La Virgen de Fátima, también conocida como Nuestra Señora del Rosario de Fátima, es una advocación católica de la Virgen María que detalla apariciones suyas a tres niños en Portugal.
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La historia de la Virgen de Fátima se remonta a 1917, cuando tres pequeños pastores, Lucía dos Santos, de diez años, y sus primos Jacinta y Francisco Marto, menores que ella, afirmaron haber visto una aparición de la Virgen María en un lugar llamado Cova da Iria, en la región de Fátima al centro de Portugal.
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Los tres niños vivían en el pueblo de Aljustrel en Fátima, y como varios pequeños de su época, ayudaban en sus casas en el cuidado de borregos, así que los llevaban a pastar. Durante el verano de 1916 los chicos insistieron que eran visitados por un ángel que les prepararía para la visita de la Virgen.
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Este 'Ángel de Portugal' o 'Ángel de la Paz', como le llamaron, además les enseñó cómo orar para pedir por la conversión de los pecadores y cómo adorar a Dios a través de la Eucaristía. Pero su principal propósito era prepararlos para los mensajes que les traería la Virgen María pronto.
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Supuestamente fue el domingo 13 de mayo de 1917, mientras hacían sus típicas labores de pastores, cuando la Virgen se les apareció por primera vez, y les dijo, entre otras cosas, que volvería a verles durante los próximos seis meses, todos los días 13 a la misma hora.
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Los chicos describirían la aparición de la Virgen como una bella mujer vestida de blanco, "más brillante que el Sol", con un rosario entre las manos y un manto blanco con toques y bordes dorados, por lo que así suele representarse a la Virgen de Fátima.
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Los niños corrieron de vuelta a casa y anunciaron lo que habían visto, ante la incredulidad de sus familiares y demás habitantes, aunque al parecer solamente los padres de Jacinta y Francisco les creyeron.
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Fue en la segunda aparición de la Virgen, el 13 de junio, cuando la Virgen les confesó que los dos pequeñitos, los hermanos Jacinta y Francisco, lamentablemente iban a morir pronto. Era una muerte anunciada que, tristemente, se volvió realidad.
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En aquel entonces, rondaba una epidemia mortal conocida como la "gripe española" que causó la muerte de miles y miles de personas por todo Europa y América. Jacinta y Francisco cayeron víctimas de ella en diciembre de 1918.
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Francisco fue el primero en morir, en abril de 1919. Su hermana Jacinta, a pesar de haber mejorado, recayó y fue internada desde el verano. Falleció en Lisboa de 1920. A pesar de su tragedia, no faltaron a sus citas con la Virgen.
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Fue en la tercera visita de la Virgen de Fátima, en julio de 1917, cuando les fue confiado a los niños el "secreto de Fátima", que no podían revelar. Tanto así, que los pequeños fueron secuestrados por las autoridades para ser obligados a revelar el contenido del mensaje.
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Estos castigos interfirieron con su visita del 13 de agosto, a la cual no pudieron asistir por estar encerrados, pero la Virgen se les aparició el 19 de agosto, y luego fue el 19 de septiembre, cuando los invita a presenciar un milagro.
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En posteriores visitas los niños fueron seguidos por miles de personas que se concentraban en el lugar donde se les aparecía. Entre las recomendaciones, según los testimonios de los niños, la Virgen les recordaba la importancia de la oración y del arrepentimiento de sus pecados.
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La Virgen María también habría pedido la construcción de una capilla en el lugar, que sería el principio del actual Santuario de Fátima, recinto visitado por millones de turistas y católicos alrededor del mundo.
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La pequeña Lucía más tarde se convertiría en religiosa, y relataría sus experiencias en sus escritos. La última aparición de la Virgen a los tres pastorcitos tuvo lugar el 13 de octubre de 1917, día en que se produjo el llamado "milagro del Sol", el cual fue visto por unas 70,000 personas y en donde decían que parecía que el Sol temblaba o 'bailaba'.
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El 13 de junio de 1929, ya como religiosa y mientras estaba en la capilla del convento en Tuy, España, Lucía ahora vio a la Santísima Trinidad y a la Virgen María. Esta última le dijo: "Ha llegado el momento en que Dios le pide al Santo Padre, en unión con todos los obispos del mundo, hacer la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón".
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Entre 1935 y 1941, bajo las órdenes de sus superiores, la hermana Lucía escribió sus memorias de los acontecimientos de Fátima. En la tercera de ellas, publicad hasta 1941, escribió las dos primeras partes del secreto que le reveló la Virgen y explicó que había una tercera parte que el cielo aún no le permitía revelar.
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Este secreto al parecer tenía que ver con la visión profética de un atentado contra un Papa. El mensaje fue leído por los Pontífices desde entonces, como Juan XXIII y Pablo VI. Fue Juan Pablo II quien hizo la conexión con la Virgen de Fátima tras ser él mismo víctima de un intento de asesinato el 13 de mayo de 1981, día de las apariciones.
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Al rezar el Rosario, al final de cada misterio, debemos entonces decir: "Oh Jesús perdónanos por nuestros pecados, líbranos del infierno y lleva al cielo a todas las almas especialmente las más necesitadas de tu misericordia", según les dijo la Virgen a los tres pastorcitos de Fátima.
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