La Luna tien una gran influencia en el comportamiento de todo lo que pasa y vive en la Tierra: con las plantas, animales y sobre todo, los humanos. Es algo que ya está súper comprobado. Y con cada fase del ciclo tiene el poder de modificar nuestra conducta y acciones.
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Podemos claramente ver todas las fases de la Luna en el cielo cada mes: aparece, va creciendo, llega a su plenitud, luego va decreciendo y finalmente, 'desaparece'. Por supuesto, hablamos de las fases lunares: creciente, llena, menguante y nueva.
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Podemos equiparar las diferentes fases lunares a nuestro propio ciclo de la vida: nacemos, crecemos, llegamos a nuestra plenitud y luego comenzamos un 'declive' o debilitamiento hasta que finalmente llega nuestro ocaso: la muerte.
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La Luna también representa nuestro lado emocional, lo femenino, lo intuitivo. Al aprovechar la energía que libera todo el tiempo, podemos aprender más de nuestras emociones, sentimientos y la manera en que nos relacionamos con los demás.
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Muchas personas cambian de humor según las fases de la Luna, y nuestros niveles de energía van cambiando conforme a ellos también. Por ejemplo, cuando hay Luna llena, están al tope, pero cuando hay Luna nueva, decrecen.
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Muchos científicos creen que así como la Luna mueve las mareas, también tienen su propia influencia sobre nuestras propias "mareas", o sea, nuestros sentimientos. Y finalmente, también estamos hechos de un gran porcentaje de agua, ¿no?
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Cada ciclo es importante para hacer cosas diferentes y es importante que sepamos la diferencia entre ellos y cuándo es la oportunidad ideal para hacer algo, ya que los resultados que obtengamos o deseamos serán muy diferentes si no tomamos en cuenta esta energía vital de nuestro satélite.
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Por ejemplo, comencemos con la
LUNA NUEVA. Es un tiempo ideal para los inicios, para comenzar algún proyecto, para tomar inspiración y ver qué queremos hacer. Buena etapa para sentarte a meditar, a concentrarte en tus metas; es una fase de introspección.
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La Luna nueva es ideal también para comenzar algún tratamiento, o plantar nuevas flores, hierbas o lo que desees, para sembrar, arar, eliminar maleza...
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La
LUNA CRECIENTE es cuando comienza a crecer (y acá un tip para diferenciarla de la menguante. Esta tiene forma de D, mientras que la menguante va al revés, tiene forma de C) y tiene una influencia muy positiva en todo.
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En tiempos de luna creciente es cuando se recomienda hacer todo tipo de cosas que queremos que funcionen bien, como para comenzar tratamientos físicos, complementos de salud como vitaminas, iniciar dietas, un nuevo trabajo, una inversión, etc.
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Un consejo muy común es que durante la luna creciente es cuando debes cortarte el cabello si deseas que te crezca mucho. Porque si te lo recortas por ejemplo durante la luna menguante, entonces te tardarás siglos en que vuelva a crecer.
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Es el tiempo adecuado para poner en marcha cualquier proyecto, para por ejemplo hacer hechizos donde quieras conseguir trabajo, que aumenten tus ingresos o que un romance funcione...
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Y es que la fase de luna creciente siempre ejerce una influencia positiva en todo aquello que puede desarrollarse, crecer, ampliarse, multiplicarse... Es tiempo perfecto e ideal para emprender una nueva aventura, negocio, etc.
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La Luna llena es todo un 'estuche de monerías, como seguramente te habrás imaginado o comprobado ya. Es cuando la Luna está a 'full' y por ende, también nuestras emociones, sentimientos, nuestro ego, nuestra sexualidad...
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En la
LUNA LLENA, nuestro cuerpo se siente diferente, y es que de verdad se producen cambios muy interesantes. Hasta nuestro sistema nervioso tiende a alterase con muchísima facilidad. Son días hermosos, pero también de cuidado.
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Con la Luna llena nuestras emociones se desatan, pues la razón pierde terreno. Son días en que todo está aumentado, y aunque hay cosas buenas como el amor, la pasión y la sexualidad, también hay que cuidarse de no alterarse y perder nuestro semblante.
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Por ejemplo, la Luna llena propicia a que nos peleemos con todo mundo, pues nuestros sentimientos están más inquietos. Si tienes problemas con alguien, mejor respira profundo y contrólate, porque es una fase ideal para explotar ante la más mínima cosa.
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Como nuestro organismo se altera con mayor facilidad, también son días en que aumenta la violencia, las diferencias, los accidentes, los truenes sentimentales, los asaltos, robos, incluso asesinatos. Y es que la gente tiende a volverse un poco loca con tanta energía.
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No obstante, también es un periodo en que nuestra creatividad e intuición están al tope. Puedes conseguir inspiración para cualquier cosa, puedes sentirte más romántico, más sexy, más seguro de ti mismo. Simplemente es cosa de aprovecharlo con prudencia y tratar de hacerlo con la cabeza fría.
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Puedes aprovechar también la Luna llena para hacerte promesas a ti mismo: usa toda ese energía y determinación de sobra para ponerte metas como dejar de fumar, beber, de pelearte tanto o afirmaciones tipo "ahora sí voy a echarle mil ganas", pues la Luna te dará la energía suficiente para cumplirlo.
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Conforme vamos entrando al ciclo de
LUNA MENGUANTE, la energía va disminuyendo, nuestras emociones van centrándose y volviendo a la 'normalidad'. Quizá nuestro ánimo decaiga, todo nos parece aburrido o fastidioso y queremos mejor quedarnos solitos en casa, algo desganados...
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Mientras la energía de la Luna va decreciendo, también la nuestra. Nuestro organismo entonces va a aprovechándose para deshacerse de lo que no necesita. O sea, es más fácil deshacernos de toxinas, de perder peso, de ya no retener líquidos, sal, etc...
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Por eso mismo, la Luna menguante es el periodo ideal para comenzar una dieta para adelgazar o algún tratamiento para limpiar nuestro organismo o deshacernos de toxinas, como por ejemplo el cigarro o algún otro vicio que nos esté perjudicando.
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No es tiempo de iniciar otras cosas importantes. Es tiempo de descanso. El ciclo se cierra y así se va preparando para iniciarse otra vez y con ello, otro grupo de experiencias y oportunidades.