Rituales
Ágata, un gran amuleto de buena suerte
Una piedra de la familia de los cuarzos con muchas propiedades esotéricas interesantes.
La ágata es una piedra hermosa que mezcla varios colores y que se forma de muchísimos cristales de cuarzo. Entre sus propiedades esotéricas, se pueden encontrar muchas que equilibran la mente, el físico y lo espiritual.
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El ágata es un tipo de calcedonia, compuesto por millones de partículas de cristal que se van formando gracias al magma ardiente que resulta de las erupciones de un volcán. Con el fuego y las partículas de piedra, se van formando burbujas de gas en los cristales y dejan estos maravillosos resultados.
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Con todo el movimiento en su creación, resultan en una serie de anillos, círculos o giros en una variedad de impresionantes colores que dejan una creación única que puede tener tonos distintos y hermosos. Cada ágata suele ser distinta.
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Abundan en distintos tonos y así, hay diferentes tipos de ágatas, como el azul, el amarillo, verde, negro, rojo... y a todas se les atribuye propiedades y usos particulares.
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Se les puso el nombre de 'ágata' porque supuestamente se encontró la primera de estas piedras en el río Achates (actualmente llamado el río Dirillo), al sur de Sicilia, en Italia.
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Con sus bellos e intensos colores y debido a su peculiar poder, se han usado desde hace siglos como amuletos de la buena suerte y también, para múltiples usos esotéricos de protección y equilibrio.
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A nivel físico, el ágata ayuda con dolores cardiacos, estomacales, de riñones, hígado, dientes y cervicales. Inclusive se cree que combate el estrés, ansiedad y el insomnio.
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Una de las principales creencias sobre el ágata es que puede darte equilibrio emocional, intelectual y físico, actuando sobre tus estados de ánimo, transformándolos de negativos a positivos.
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El ágata azul se cree que tiene propiedades calmantes, y que puede curar todo lo relacionado al habla, la garganta, el dolor de cuello, hombros y toda el área.
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El ágata te proporciona equilibrio a todos niveles, y es que se cree que es capaz de absorber la energía de nuestro cuerpo cuando está alterada o elevada, para calmarnos, tranquilizarnos y equilibrar nuestro organismo.
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El ágata hace que nuestras fuerzas tanto positivas como negativas se equilibren, para un mayor bienestar. Por eso, estabiliza no solo los chakras, sino también nuestro ying y yang.
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Al equilibrar nuestro ser, nos ayuda a elevar nuestra autoconfianza, autoestima y nuestra autoconciencia, buscando anlizar qué hay de malo en nosotros y qué está alterando nuestra felicidad, bienestar y orden.
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Esta piedra te ayuda a superar problemas emocionales y sentimentales, brindando una mayor seguridad en ti mismo. Por eso, si fallas en algo o la suerte no está de tu lado, te da ese impulso para intentarlo de nuevo.
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A nivel emocional, también el ágata te ayuda a mejorar tu concentración, activa tu percepción y tus recuerdos, estimulando nuestra mente.
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El ágata te brinda una sensación linda de seguridad en ti mismo, de alegría y claridad mental, y te vuelve más extrovertido, más despreocupado y hasta soñador, alejándote de la banalidad de lo material y lo mundano.
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Por eso se cree que no deben usarlas personas que sean muy soñadoras o que no tengan bien puestos los pies en el piso, porque es justamente eso lo que aumenta. Quizá es mejor para aquellos que necesiten abrir su mundo y que tengan puntos de vistas muy 'cuadrados'.
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También se le ha llamado la "piedra de los dones", porque hay quienes aseguran que aumenta nuestras capacidades mágicas, como el don de leer auras, de la clarividencia y potencia nuestra intuición o sexto sentido.
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Finalmente, se cree que su potencia es óptima y es una piedra ideal para aquellas personas nacidas bajo los signos de Tauro y Géminis.
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