Los hombres de tu vida tienen mucho que enseñarte. A continuación, te presentamos once actitudes, hábitos y características ¡que quizá sería bueno imitarles!
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Ponernos primero. Muchas mujeres tendemos a poner las necesidades de todo el mundo por delante de las nuestras ¡demasiado a menudo!
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Mejor, intentemos imitar a los chicos, que no suelen tener problemas para concentrar sus energías en conseguir lo que desean.
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Ser claras. Cuando tenemos que decirle algo difícil a otra persona, es posible que por tener tanto “tacto”, no nos demos a entender con claridad.
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No intentar ser “perfectas”. Muchos hombres están conscientes de que tienen graves defectos, y no intentan enmascararlos, sino que se aceptan tal y como son. ¡Imitémoslos!
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Ser menos exigentes con nuestro cuerpo. Así como ellos se animan a mostrar su pancita cervecera sin pudor, librémonos nosotras también de ese deseo de tener el cuerpo perfecto, y disfrutémoslo tal cual es.
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Hacer deporte. Así como ellos se divierten jugando al fútbol o al básquetbol, nosotras podríamos juntarnos con nuestras mejores amigas a practicar algún deporte en equipo juntas, ¿no? Sería mucho más divertido que ejercitarnos cada una por su lado.
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Ponernos en acción. ¿Has notado que cuando le cuentas a un hombre un problema pequeño, él siempre intentará solucionarlo inmediatamente?
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Inspirémonos en ellos para no ocupar nuestra mente con un conflicto más tiempo del necesario.
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Encontrar el romance en cualquier sitio. Muchos chicos no necesitan una cena en un buen restaurante ni un ramo de rosas para celebrar una noche especial.
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Una pizza en el parque o una notita con un lindo mensaje les basta para hacer romántica la velada.
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Comprar menos zapatos. Fíjate cuántos pares de zapatos hay en tu clóset y luego revisa el de tu chico. ¿Es necesario aclarar algo más?
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Hablar de dinero. Algunos hombres tienen menos reparos que las mujeres al pedir un aumento de salario, pero la verdad es que discutir este tema con nuestros jefes ¡es necesario!
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Así como ellos, animémonos a pedir lo que nos parece justo.
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Enojarnos. En ocasiones, las mujeres tendemos a aplacar nuestro enojo y a hablar de forma constructiva, porque percibimos que esa es la manera más madura de solucionar los conflictos.
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Sin embargo, ¿no sería fabuloso alguna vez permitirnos decir cualquier barbaridad?
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Decir piropos. A ellos ¡también les gusta que los halaguen! Anímate a decirles cosas lindas a chicos que apenas conoces, como: “Se te cayó el papel que te envuelve, bombón”. (Claro, no lo hagas en la oficina, o 'HR is gonna freak out!') ¿Te atreves?