Desde que mi hija cumplió tres años y comenzó a sentirse "grande" para hacer algunas cosas sola, se ha repetido la escena en la que le pido que ordene sus juguetes, y ella se niega a hacerlo.
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Sé consistente. Es normal que los niños pongan los límites a prueba, a medida que buscan entender las verdaderas reglas y consecuencias, nos explica el psicólogo infantil Rahil Briggs, del Hospital Montefiore.
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Sé coherente: si un día permites saltar en la cama y al otro no, los confundirás.
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Diferentes agendas. Frecuentemente, los padres y sus hijos tienen agendas distintas.
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Sólo porque los adultos deseen que el niño ordene o se prepare para la cama, no significa que el pequeño no prefiera seguir jugando, avisa Briggs. Apúntate más sugerencias del especialista.
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Promueve la rutina. Los niños se benefician de ella, ya que les permite anticiparse a lo que vendrá después. Siempre que te sea posible puedes, por ejemplo, prepararlos para dormir leyéndoles un libro, o cantándoles una melodía especial.
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Vuélvelo un juego. Cuando sea viable, convierte la tarea en una competencia. A la hora de ordenar los juguetes, por ejemplo, diles que quien junte y guarde la mayor cantidad de muñecos en un minuto, ¡gana un premio!
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Consecuencias naturales. ¿No quiere ponerse el abrigo para salir en invierno? Llévalo contigo y, tras algunos minutos a la intemperie, él solo te lo pedirá.
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En lugar de discutir con los hijos, a veces es mejor esperar a que surtan efecto las “consecuencias naturales” de sus actos.
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Recompensa su esfuerzo. A muchos niños (y adultos) les desagradan las tareas domésticas. Enséñale a tu niño a cooperar, ayudándolo.
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Luego, premia su esfuerzo: se sentirá apreciado y valorado.
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¿Te escuchó? Muchas madres piensan que sus niños no cooperan porque las ignoran, pero suele ocurrir que están tan absortos en lo que hacen que, sencillamente, no las han oído, indica el portal Become a Nanny.
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En lugar de entrar en gritos, asegúrate de que tus hijos sepan lo que esperas.
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Empodéralos. Otra forma de lograr que tus hijos cooperen es darles cierto poder en el asunto. En lugar de decirles que tienen que ponerse los tenis, podrías preguntarles: "¿Quieres usar los negras o los rojas?", propone la coach en paternidad, Kathy Slattengren, en su sitio Priceless Parenting.
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“Y punto”. Cuando tu niño quiera algo y le hayas dicho que no, dale respuestas que no inviten a la discusión.
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Reconoce su queja, pero sin responder al contenido específico de lo que diga. Al usar respuestas "neutras", el pequeño no tendrá de qué asirse para pelear, subraya Slattengren.
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Evita los castigos. ¿Has intentado ser empática y paciente, pero tu niño sigue negándose a cooperar?
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Mantén la calma. Los castigos y la fuerza sólo generarán una mayor resistencia, advierte la psicóloga Laura Markham, en la revista Psychology Today.
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Win-win. Puedes empoderar a tu hijo si le brindas la oportunidad de tomar decisiones. Para esto, si tiene la edad suficiente, claro, conversen juntos soluciones que los dejen a ambos satisfechos, aconseja Markham.
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Pase libre. De tanto en tanto, puedes cortar con la rutina y darle a tu niño un pase libre. Pero asegúrate de hacerle saber que se trata de una excepción y que, si lo desea, puede "ahorrarla" para otra oportunidad.
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