Si existió alguien en el mundo del cómic latinoamericano capaz de retratar la dura vida de un legionario del ejército francés fue el maestro Robin Wood. Recordemos el cómic Aquí la Legión:
Recordamos el magistral cómic «Aquí la legión» de Robin Wood


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La legión extranjera
Desierto del norte de África. El calor del Sol deshidrata hasta producir el desmayo y la arena duplica el peso del cuerpo. Pero aun así los soldados no caen. No caen porque saben que están siendo observados por enemigos. Enemigos aguerridos, conocedores del territorio y defensores de su lucha. Y, de pronto, un soldado grita la palabra que dará inicio a una batalla épica: «¡los bereberes!»

De eso se trataba la Legión Extranjera Francesa, un ejército de élite fundado en 1831 destinado a combatir en los peores lugares del mundo. Se caracterizó por formar sus líneas con extranjeros voluntarios (muchos de ellos personas que deseaban huir de Francia por problemas políticos, delictivos, económicos, etcétera.) que forjaban una particular hermandad en base a sus historias, duros entrenamientos y supervivencia. La Legión Extranjera fue el brazo armado del Imperio colonial francés durante décadas.
Robin Wood, amante de la historia universal, se fijó en esta particular fraternidad y, junto a García Durán en los dibujos, comenzó a relatar la época desde la visión de numerosos personajes que integraron el grupo. El primer número salió el 30 de diciembre de 1976 integrando la revista D’Artagnan Anuario #7 y desde entonces se publicaron cerca de 200 episodios en la clásica y tristemente desaparecida Editorial Columba.
Visitando África desde Argentina

La historia se concentra en junio de 1871. Tras perder la guerra franco-prusiana y de ser utilizados como objetos de represión en diferentes pueblos colonizados, las tropas legionarias regresan al norte de África con la moral por el piso. El segundo regimiento, ubicado en Sidi-Bel-Abbés, se convirtió en un antro de veteranos alcoholizados que no responden ante nadie y jóvenes novatos asustados. Es entonces cuando acuden al Coronel Max Chevalier, el Caballero de Hierro, quien deberá primero fusionar los lazos entre los integrantes del cuerpo y fortalecer su espíritu para luego combatir en Cabilia, una zona recuperada por los bereberes.
La obra de Robin Wood es sencillamente asombrosa. Atrapa desde el primer número como si se tratase de una serie de televisión gracias al ritmo de cada capítulo consistente en una historia enfocada en un personaje en particular, a veces protagonista y otras no tanto. Wood como el resto de los artistas que participaron en la serie ( Durán, Robson, Fernández y Olivera) hacen sentir al lector el complejo contexto en el que los legionarios se manejaban y esa también es una semilla bien plantada por Robin desde el principio.

Para quien no la haya leído y aún pueda conseguirla (aunque sea los tres tomos recopilatorios que contienen los 38 primeros capítulos) es una colección que se disfruta en plenitud y permite conocer el trabajo de genios de la historieta de nuestras tierras. Para quien ya la ha leído, es un buen momento para volver a hacerlo.
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