Si bien Sony había probado todas las fórmulas, y aunque algunas resultaron exitosas —las primeras dos películas de Sam Raimi, básicamente—, necesitábamos que Spider-Man, el hijo pródigo de Marvel en el cine, «volviera a casa». Finalmente, luego de tanta espera, Spider-Man: Homecoming fue estrenada.
Homecoming es la mejor película de Spider-Man hasta la fecha y tengo razones para probarlo... algunas

Con un nuevo —y más joven— Peter Parker, interpretado por Tom Holland, y un villano bastante diferente a lo visto en anteriores adaptaciones, Homecoming se metía en terreno hostil; ya que todos los fans estaríamos al pendiente de cada movimiento arácnido buscando una falla, un error, una sola desviación canónica que justificara nuestro rechazo; afortunadamente, esos errores —que, efectivamente, existieron— fueron totalmente eclipsados por la calidad de un film que lo tuvo todo.
Spidey en esencia

Uno de los comentarios más frecuentes previo al estreno de la película fue «¿por qué Peter era tan joven?», una interrogante que podría delatar cierto desconocimiento del canon principal del personaje ya que, verdaderamente, Peter Parker es un adolescente que cursa preparatoria al momento de convertirse en Spider-Man, y Tom Holland luce exactamente como un individuo de esa edad debería lucir —al contrario de lo sucedido con las encarnaciones que lo precedieron—.
Tom logra plasmar la esencia del joven Parker a la perfección. Toda su espontaneidad y buen humor, su inocente heroísmo e inquebrantable determinación, cada elemento de su personalidad era expresado de forma coherente; en otras palabras, este Peter fue creíble y admirable.

Por otro lado, al momento de ponerse el traje y asumir el rol de Spider-Man, Peter se sumergía en un mundo muy por encima de su comprensión. ¿Los Avengers? ¿Un mercado negro de armas forjadas con material alienígena? ¿Tony Stark ofreciéndole un traje espectacular y apadrinándolo? Todas estas cosas no son moneda corriente en la vida de un adolescente común, y a través de esto Peter entendía que el manto de Spider-Man es una gran responsabilidad —enseñanzas de familia—.
Además, a lo largo del film Spidey se enfrentará a varias decisiones que lo pondrán entre la espada y la pared, que lo definirán como héroe, que mostrarán la madurez y carácter de un adolescente destinado a convertirse en leyenda.
Entonces, ¿qué hace Iron-Man ahí?

Otra gran interrogante que todo fan se planteó antes del estreno estuvo relacionada a la presencia de Iron Man en el mismo: ¿sería su propósito salvar la película? Afortunadamente, no fue así. La presencia de Tony Stark sirvió como conector con el resto del universo y justificó parte de lo sucedido en Homecoming —el traje, por ejemplo—, pero en ningún momento fue invasiva ni tampoco imprescindible. Si bien no podría extenderme en este punto sin caer en spoilers, me gustaría afirmar lo siguiente: podrías sacar al señor Stark de la historia y esta funcionaría de todas formas; aunque, probablemente, no se establecería un lazo entre Homecoming e Infinity War.
¿Y el villano? ¿El MCU creó otro villano sin sentido?

Me es muy grato confesar que esta vez Marvel ha hecho un gran trabajo. Desde el Loki de Tom Hiddleston, el MCU jamás había presentado un antagonista que realmente me haya sorprendido —como fan de DC este siempre fue uno de mis argumentos más sólidos al momento de comparar—, pero The Vulture cambió esto.
No solo fue la magnífica actuación de Michael Keaton, sino que la construcción del personaje fue excepcional; sobre todo al proponer sus motivaciones y justificar sus acciones. Comprendíamos lo que impulsaba su comportamiento delictivo, pero no lo aceptábamos; sabíamos que la forma era errónea, que era maldad y queríamos que Spidey lo detuviera; aún así sentíamos cierta empatía por el personaje y su trasfondo. Además, por supuesto, es el responsable de una de las vueltas de tuerca más sorprendentes en la historia del cine de superhéroes.
¡Qué escenas post-créditos!

Esta es una reseña sin spoilers, así que, por respeto, no voy a revelar información alguna sobre el contenido de las escenas, pero sí voy a asegurarte algo: son dos, y la segunda vale cada segundo del tiempo invertido en esperar. Además, la paciencia es una gran virtud...
En fin, sé que mi título no será compartido por muchos, pero, personalmente, fue la película de Spider-Man que esperé por años. Tom Holland fue el Peter Parker que imaginé desde que leí un cómic de Spidey. Y sí, la película puede ser un poco tediosa durante los 30 minutos —aunque si tienes buen sentido del humor, la disfrutarás igual—, pero crece para coronarse como la mejor película del arácnido... para mi.
Calificación: 8/10
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Y tú, ¿qué piensas al respecto? ¿Ya has visto Homecoming? ¿





