¿Conoces la "receta" para crear un superhéroe de cómics?
Los héroes y vigilantes enmascarados no son producto de los cómics, sino de la los relatos pulp de diarios y revistas, más ligados al mundo del hampa o de la hechicería, y que recurrían a la violencia para combatir el crimen. En 1938 la cosa cambió, apareció el “superhéroe” (con el surgimiento de Superman), notoriamente menos violento (aunque no tanto) y con aventuras más esquemáticas en las que se empleaba una moralidad en blanco y negro para diferenciar héroes y villanos.
El superhéroe ha pasado a convertirse en un ícono cultural norteamericano, ya que en ningún otro sitio parecen tener el mismo éxito que en ese país, y tales personajes se crean siguiendo una regla muy simple y esquemática de 5 tópicos para crear la psicología de un héroe (teniendo en cuenta las posibles variantes cuando se habla de un antihéroe, pero no son tantas como creerían).
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A continuación repasaremos los 5 elementos a tener en cuenta en la “receta” para crear un superhéroe de cómics.
1. Una habilidad propia
Si bien todo superhéroe por definición tiene algún súper poder, eso no se aplica a los héroes sin súper habilidades, como Batman, Punisher o incluso Kick-Ass; pero ellos tienen una habilidad intrínseca que es "normal" (lo que quiere decir que en teoría, cualquier persona es capaz de conseguirla), pero no es común (solo ciertas personas alcanzan el grado de experticia combativa que presentan héroes como Batman, o el increíble entrenamiento con armas de Punisher). Incluso el joven aspirante a superhéroe Kick-Ass tenía prótesis y placas metálicas en el cráneo que lo hacían ser más resistente a los golpes. Por eso, el elemento principal de un superhéroe es un talento, algo que lo hace especial, y que es empleado para el bien.
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2. Una tragedia personal
En palabras de Francis Scott Fitzgerald: "Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia". Muchos héroes pierden a uno o ambos padres, sus familias son asesinadas o su planeta estalla. Esta tragedia personal es un disparador emotivo que genera empatía en el lector; todos hemos experimentado perdidas en la vida (al menos una vez), es algo con lo que cualquiera puede sentirse identificado. El mensaje del héroe con pasado trágico es sumamente positivo a nivel psicológico para los lectores más jóvenes; plantea que una desgracia no debe evitar que se alcance el máximo potencial personal, ya que sobrevivir o sobrellevar una desgracia es una victoria importante en sí misma; y ese mensaje está presente en todo superhéroe (en mayor o menor medida).
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3. Una motivación adecuada
El heroísmo pocas veces surge de la generosidad de la propia naturaleza de un individuo. Puede que cueste creerlo, pero la mayoría de los héroes en realidad se guían por una motivación más profunda y personal. La más común (y trillada) es la retribución, la VENGANZA; el héroe trata de reivindicar un acto de injusticia que lo afectó directa o indirectamente; después puede evolucionar y trascender esa motivación para finalmente convertirlo en un acto virtuoso, pero el detonante fue un desquite bastante más egoísta (si lo analizamos en frío). Esto no significa que TODOS los superhéroes tengan esa motivación; por ejemplo, Hulk es un monstruo con “tendencias heroicas” y actúa guiado por una naturaleza intrínsecamente buena.
4. Un alter ego
La utilización de una identidad heroica siempre se escuda con la típica excusa de "mantener una identidad secreta para proteger a los seres queridos de los enemigos", pero en realidad la verdadera función del alter ego o “nom de guerre” es la de transmitir la noción de cambio y evolución. Aquel que usa la máscara o el uniforme es algo más que un humano, es un símbolo que no puede ser corrompido, por ende es moralmente “mejor” que la identidad que oculta. Por supuesto, todos conocemos el caso especial de Superman, quien fue el primer superhéroe y marcó esta diferencia de manera un tanto más exagerada: su imagen heroica es perfecta, y su alter ego es cobarde, tímido, débil, etc. (mostrándose como la cara opuesta exacta del héroe).
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5. Un "comportamiento nivelador"
Casi de la mano con la identidad secreta, está el comportamiento nivelador de los héroes, que es aquella característica intrínseca del personaje que actúa cubriendo o haciendo cosas que en su identidad normal no podría. Por esta razón es que muchos de los héroes eran científicos débiles o “nerds”, ya que de esa forma generaban empatía con los lectores (niños pequeños). Hulk es un caso extremo de ese comportamiento, ya que su metamorfosis lo cambia de un hombre pusilánime en uno de los seres más poderosos del planeta, nivelando su relación (tensa desde el comienzo) con el General Ross, un líder militar agresivo, acostumbrado a “controlar el poder”. De esta manera un lector siente júbilo al ver a alguien débil siendo capaz de humillar físicamente a un bravucón.
¿Habías notado estos elementos presentes en los superhéroes de cómics?