Supersticiones raras de los fanáticos del fútbol

Fútbol es sinónimo de pasión. Este deporte probablemente tiene la fanaticada más ferviente y devota de todos los deportes. Sus fans son capaces de hacer hasta lo imposible por ver a sus equipos ganar, incluyendo los rituales supersticiosos más interesantes y complicadas que podríamos imaginar.

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En muchos países de Sudamérica los fans le ruegan a la pelota que entre en la portería contraria como si esta tuviera oídos y pudiera obedecer. Ellos creen que desear esto con mucha fuerza tiene un efecto sobre el curso del partido. Otros usan siempre la misma camiseta cuando van a ver a su equipo favorito.

Algunas supersticiones involucran también alimentos. Para los fans del Deportivo de la Coruña es costumbre llevar al estadio una cabeza de ajo en el bolsillo. Según la tradición gallega, el aromático producto tiene la capacidad de ahuyentar a los malos espíritus y energías que puedan jugar en contra del Deportivo.

También en la liga de primera los devotos del Liverpool creen que mientras más ruido hagan en las gradas mejor desempeño tendrá el equipo. Si crees que las vuvuzelas del mundial de Brasil 2014 hacían demasiado ruido te equivocas: Los fanáticos del Liverpool hicieron el ruido más alto que se ha registrado en un estadio con una marca de 132 decibeles. Más de 85 decibeles se considera perjudicial para la salud humana.

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Por otra parte, los seguidores del Napoli de Italia tienen como costumbre pedirle a sus madres que les preparen un sándwich antes del partido. Pero no cualquier sándwich, los hinchas degustan de manera solemne un sabroso emparedado de albóndigas, el cuál debe traerle buena suerte al equipo.

Los rituales en el fútbol a veces llegan tan lejos que sobrepasan los límites de la imaginación. El Estadio da Luz no solo es la casa del club Benfica de Lisboa, también es el nido de dos águilas: Victoria y Gloria. Estas dos aves majestuosas encontraron cobijo detrás de una de las porterías. Antes de cada partido vuelan sobre 65,000 espectadores mientras estos cantan loas al equipo. Solían ser tres, pero el club vendió a la tercera, Olimpia, al Lazio de Italia.

De este lado del Atlántico está el famoso caso de Biriba, el perro del dueño del club Botafogo de Brasil. En 1948 el canino se escapó, irrumpió en el terreno, alzó la pata y orinó a un jugador del equipo justo antes del partido. El Botafogo ganó el encuentro y desde entonces el dueño del club, Carlito Rocha, hizo a su perro orinar a un jugador antes de cada partido. El club terminó campeón ese año.

Si estos rituales funcionan o no, lo importante es que forman parte de la cultura futbolística. Realmente no se puede esperar menos de un deporte que es tan importante en las vidas de millones de personas alrededor del mundo.

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A través de la historia y en todas las culturas encontramos supersticiones y prácticas relacionadas con la mala suerte. #EnviaMalaSuerte al rival de tu equipo.