Suele pasar que lo que nos hace sentir raros y excluidos en un momento se vuelve motivo de orgullo en otro. Cuando pensamos en un geek o un nerd, pensamos en alguien que recibió burlas, que optó por caminos menos populares y que tuvo que defender y justificar los objetos culturales a los que profesa devoción.
"Mujeres en Refrigeradores": cómo el cómic anula lo que es distinto y lo que no entiende
Por:Univision
Sin embargo, el producto principal del cómic estadounidense -su motor- es el superhéroe, quien como forma mitológica -así lo eran Hércules, Hera, Diana o Perseo en su época- es sumamente mainstream. Ellos están para defenderte. Con ellos no te metes, y si te metes eres un villano. El superhéroe es ese embajador, su presencia es justicia, su cuerpo poderoso es autoridad superior.
Como un refugio para los que quedamos atrás... esa es la visión romántica de la épica
Las Mujeres en Refrigeradores surge como un intento de analizar el destino de los personajes femeninos en el cómic. Es un proyecto/sitio web de 1999, y consiste en una lista de las mujeres que son lastimadas, matadas o privadas de su poderes en el cómic y si esto está utilizado como dipositivo (recurrente) de las tramas y si las afecta desproporcionadamente. La lista simplemente cuestiona: “se me ocurre que no es sano ser una mujer en el cómic y me pregunto por qué”.
Gail Simone escribió estos nombres y no pasaron desapercibidos. Era obvio que los personajes mujeres no recibían el mismo tratamiento, ni su profundidad estaba a la par de las psiquis de los héroes hombres. El punto de Gail era simple “si tratas así a las mujeres en el cómic, ¿cómo esperas que lo lean?”. Muchos creadores del cómic realmente pausaron y reflexionaron al respecto. Eran, después de todo, varones los que escribían esto.
En respuesta a la reflexión de que la muerte, transformación y resurrección son el trato común de todos los personajes, John Bartol afirma que cuando los héroes masculinos sufren pérdidas se les suele permitir volver a su status quo, mientras que las mujeres no recuperan su estado y su poder original.
¿Y si en vez de la portada de Albuquerque de Batgirl y el Jóker se hubiera dibujado esto?
"No, Superman jamás se sometería así ni podríamos aceptar que lo hiciera"
Por supuesto, el término Mujeres en Refrigeradores surge de cuando Major Force mata a Alexandra DeWitt, novia del Linterna Verde Kyle Rayner quien la encuentra metida en su refrigerador al llegar al apartamento. Otras mujeres que recibieron maltrato fueron Batichica (abusada, quedó paralítica a manos del Joker, esa es la controversial portada del ilustrador Albuquerque que mencionamos), Gwen Stacy, Scarlet Witch, Stephanie Brown (la primera Robin mujer) y Black Canary. En particular, víctimas de la locura, la mutilación, la violación y la limitación de sus poderes.
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"Si no es apropiado para un hombre, probablemente no sea apropiado para una mujer"
Imagen Marvel Comics
La Hawkeye Initiative es un tumblr de fan art que muestra lo ridículos que se verían los hombres si posaran como ellas
Superman, en Action Comics, surge en 1938 y Batman, en Detective Comics, en 1939 -después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era el líder del mundo
Por más que la historieta es antigua, Internet y el cómic tienen una historia entrelazada. ¿Qué es el meme sino una viñeta? ¿Quiénes seríamos los “internautas” (¿o eternautas?) sin avatares, fanfictions, dobles identidades? Yo en las redes, anónimo, “justiciero”. Pero el cómic no es democrático (y a esos efectos, podríamos argumentar que Internet o… Facebook tampoco lo es). El superhéroe es autoridad moral y hegemonía cultural, o puesto en otros términos, protagonismo.
Y ese protagonismo establece una jerarquía.
Desprestigiado, ya que el texto es culto y la imagen -más explícita- es vulgar, el cómic es como una serie de televisión. Más precisamente, por su alcance y extensión, es una serie como Doctor Who, en el caso de los buenos, o de Days of Our Lives, General Hospital o La Belleza y el Poder. Cuanto más se intenta descalificarlo, más fuerza tenemos los fans para reivindicar su estética, su potente atracción y su poder narrativo.
Y esa operación que acabo de hacer, “cuanto más se oponen, más fuerza nos dan” es precisamente la lógica de osmosis que opera en el cómic. Es un poco el modelo de recepción que impera cuando te acercas a sus páginas: que como el Mjolnir, su épica te fortalece, dignifica y da refugio. Que te elige ( I want you for U.S. Army!). Que coleccionas sus espiraladas historias como Thanos a las Gemas del Infinito.
¿Y la justicia?
A-Force, las vengadoras mujeres
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Tomemos a Batman, un playboy multimillonario y huérfano -jamás, ¡jamás nos olvidaremos de que es huérfano!- y al Jóker -un standapero fracasado que se volvió criminal para mantener a su mujer e hijo, que también luego son asesinados. ¿En serio tengo que simpatizar más con Batman? Porque es… ¿oscuro y complejo? Como dice Bruce Wayne en The Dark Knight Rises de Nolan “Batman es un símbolo de miedo”... y miedo es opresión silenciosa.
Las distintas perspectivas sobre algo tan elusivo como la justicia -defendida tanto por villanos psicóticos como por genocidas que buscan la superioridad de la raza- hace que se vuelva tan justificable la necesidad de los superequipos de interferir policialmente en los asuntos de todo el mundo (“para protegernos”).
El cómic posee una distinción: sus fans son férreos defensores del canon -un término que fue introducido por el discurso religioso- que sin dudas se vuelve necesario cuando un personaje sobrevive más de medio siglo de historias. Y parte de ese canon ha sido el tratamiento que a lo largo de cinco décadas no han dejado de recibir (aunque se intente cambiar, se logra poco) las minorías raciales, sexuales y las mujeres: ser omitidos, burlados o castigados.
La demostración de que los fanáticos defienden con ceguera cualquier encarnación de Batman es el desastre de personajes y argumentos que vimos en Batman v. Superman.
Lo que tiene el cómic de irrefutable es que son nuestros ídolos, nuestros ídolos de la infancia. Pero, ¿a quién engradecen? ¿A qué gente y a qué grupos?