¿Puede un videojuego realmente innovar la labor didáctica y ser una herramienta indispensable para la educación? Pues Microsoft opina que sí. La compañía que hace un año "devoró" a Mojang, el estudio desarrollador de Minecraft, ha sacado un nuevo sitio con propuestas e ideas para los docentes: se les motiva a usar Minecraft para mejorar el aprendizaje de los alumnos y se resaltan las habilidades que pueden desarrollar gracias al videojuego.
Minecraft adquiere un nuevo rol en la educación


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Se ha estimado que la mayoría de los jugadores de Minecraft tienen 12 años o menos, lo que permite una mayor aceptación del juego dentro de las aulas. En mis tiempos nunca se hubiera imaginado un sistema de aprendizaje tan revolucionario. La educación era lineal de maestro-alumnos, libros-alumnos, alumnos-cuaderno. Permitir la acción de los videojuegos puede ser el ingrediente faltante para estimular la sed de conocimiento.
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Las virtudes de Minecraft
Minecraft puede lucir como un simple plagio de Lego, y sin embargo va más allá de eso. En Lego se necesitan bloques reales en una cantidad determinada y claro, un instructivo. En suma, es demasiado limitado. En cambio, Minecraft permite posibilidades infinitas. El único límite es el que tenga tu imaginación. Es cierto, tiene varios modos pero el creativo es el más usado. Las posibilidades de creación son demasiado tentadoras. Minecraft desarrolla habilidades en tecnología, ciencia, ingeniería, matemáticas, lenguaje y arte. Además el conocimiento no se da de forma lineal sino que, gracias a las características en línea de Minecraft, se permite socializarlo y así establecer y compartir nuevos conocimientos y habilidades.
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Renovar a las nuevas generaciones
Los videojuegos han estado por mucho tiempo ligados a la violencia y a comportamientos antisociales, sin embargo, Minecraft ha revolucionado no solo la forma de ver el mundo de los videojuegos, sino también la forma de ver el mundo real. No se trata ya de conquistar y destruir, ni de combatir para salvar, sino de crear nuevas cosas, nuevas ideas, nuevas formas, de dejar la imaginación correr y ser libre. Si se utiliza este juego de forma correcta y provechosa en la educación puede que no haga estudiantes estrellas pero sí personas con una perspectiva constructiva, creativa y capaz de solucionar problemas.
Puede que el mundo real se rija por reglas muy diferentes a las de los videojuegos pero si se forma una actitud diferente, las nuevas generaciones podrán construir un mundo mejor que en el que vivimos actualmente, y no solo una prolongación de los problemas sociales, económicos, políticos y religiosos de la humanidad.









