La mejor bailarina del mundo se llama Ludmila Pagliero y es argentina

Ludmila Pagliero logró lo que ninguna bailarina latinoamericana había conseguido antes: ser nombrada étoile (estrella) del Ballet de la Opera Nacional de París, y este año, se consagró como la mejor bailarina del mundo, al ganar el Benois de la Danse, premio que en este arte, es equivalente a un Oscar.

PUBLICIDAD

Ludmila nació en la ciudad de Buenos Aires el 15 de octubre de 1983. Le encantaba bailar, por lo que a los 7 años comenzó clases de danza clásica.

Por su notable talento, su maestra le sugirió que participara de las audiciones para ingresar en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires, uno de los centros del país más prestigiosos en esta disciplina.

Aceptó el reto y a los 10 años estaba adentro.

Sus comienzos profesionales

En el año 1999, a sus 15 años tomó una de las primeras decisiones más importantes de su vida: dejar Argentina para formar parte del ballet del Teatro Municipal de Santiago de Chile.

Esta gran oportunidad, le permitió​ dos años más tarde y con tan solo 17 años de edad, ser promovida a solista e interpretar papeles como el de la Princesa Aurora en la Bella Durmiente del Bosque.

En 2003 decide ir más allá y con mucho esfuerzo, trabajo y dedicación, participa de la Competencia Internacional de Ballet de Nueva York, donde logró obtener la medalla de plata​ y el premio Igor Youskevitch.

Ópera Nacional de Paris

También en el año 2003, se presentó en la prestigiosa academia, donde le ofrecieron un contrato de 3 meses para la producción de Iván el Terrible en la Ópera de la Bastilla.

Luego ese contrato fue extendido hasta el fin de la temporada y en junio del 2004, se le propuso juntarse a la compañía como surnuméraire.

En junio del 2005 obtuvo el título de Quadrille (primer grado de la compañía) en el cuerpo de baile de la Ópera Nacional de París y así logró convertirse en la primera latinoamericana en integrar esa prestigiosa compañía de ballet.

PUBLICIDAD

En marzo de 2012, la Ópera Nacional de París la galardonó con el título de estrella / étoile (categoría que solo una decena logra alcanzar).

Y este año, un jurado reunido en el Bolshoi de Moscú, le otorgó el Benois de la Danse, distinción que la coloca como la mejor bailarina del mundo.

Su esfuerzo, valentía, dedicación y trabajo, le permitieron llegar hasta donde solo muy pocos pudieron, sabiendo que todavía le queda un largo camino por delante para seguir marcando su huella en la historia de la danza clásica.