De que Heidi Montag tiene unos cuantos problemas, nadie duda, pero pocos se han imaginado que toda esa adicción a las cirugías plásticas puede ser incentivo de su marido, Spencer Pratt.
¿Heidi Montag explotada por su marido?

Les recuerdo que Montag se ha hecho famosa a lo largo y ancho del mundo por su
desfiguración
transformación en una Barbie ambulante (ya vimos la evolución de sus caras hace algún tiempo) y que recientemente se sometió a 10 cirugías plásticas en un solo día, y que el resultado fue un ser completamente artificial que Lic. Cortisona ya les presentó en este post.
Durante toda esa metamorfosis, su marido, Spencer Pratt, se mostró como una victima que debe tolerar los caprichos de su esposa, e incluso ha dicho que no le gusta que ella se someta a esos cambios de imagen, pero ahora el rumor es otro.
Al parecer es el mismo Spencer Pratt quien estimula las cirugías plásticas de Heidi Montag, para conseguir un poco más de sonoridad en los medios.
Heidi se ha transformado de una chica normal en una chica artificial. Muchas veces las mujeres se comenten a algunos “retoques” pero estos se notan muy poco, pero en el caso de Montag, es difícil ver esta foto y no notar al menos una modificación a base de bisturí (lo más evidente son los pechos, que ya se notan demasiado y que Montag dice que aún son pequeños).
Heidi Montag ya ha sufrido mucha discriminación por su adicción a las cirugías plásticas, y si realmente esas intervenciones están motivadas por Pratt para conseguir más fama o algo de espacio en los medios, se hace evidente que lo de la chica va más allá de una falta de auto estima o de un llamado de atención...
La joven ya ha llorado (obviamente que en televisión) por sus cambios, y ha tenido que soportar que sus padres, sus amigos y sus seres queridos le digan en la cara que esa no es ella y que no les agrada esa imagen que ha creado.
Por otro lado, mientras muchos hombres admiran el cuerpo de Montag con evidente deseo, muchos sienten repulsión y algo de pena por la joven, pero sobre gustos, aún no se escribe una ley.
Esperemos que Montag resuelva sus problemas, lejos del quirófano, o va a terminar convertida en un verdadero Frankenstein.









