La realidad muchas veces nos muestra historias y situaciones que superan cualquier ficción imaginada por el ser humano. Incluso se le ocurren antes que a un escritor. Tal es el caso de la curiosa historia de Xiao Feng y su padre quien, por cierto, tomó una curiosa decisión.
Gamers y sicarios virtuales contra la adicción a Internet

Una enfermedad que crece en China
Según los estudios y las estadísticas elaboradas por China Internet Network Information Center (CNNIC), el juego online es la más importante manifestación de la cultura popular en la sociedad china. Millones de adolescentes pasan incontables horas sentados frente a la pantalla de sus computadoras tanto en sus hogares como en los ciber cafés jugando en los fantásticos mundos de “The Legends of Mir” o “World of Warcraft”.
Acorde a sus reportes, desde el año 2000 hasta junio de 2010, los usuarios de estos juegos online han crecido de 620 mil a 420 millones. Y lo que resulta mucho más grave es que el 71% están en un grupo de edades que van de los 10 a los 24 años.

Se trata de una tendencia que no afecta exclusivamente a jóvenes perezosos o estudiantes de bajo coeficiente intelectual, sino que estudiantes de prestigiosas universidades también quedaron atrapados en la imposibilidad de “desconectarse” de Internet.
A causa de ello, reconocidos psiquiatras han abierto Campos de Rehabilitación para esta nueva adicción en donde se acentúa el desarrollo de habilidades sociales. Esa, creen los especialistas, es la principal causa para que los adolescentes se refugien en mundos virtuales donde las equivocaciones no tienen consecuencias reales.

La historia de Xiao Feng
“Xiao Feng” es un joven chino de 23 años (su nombre real no trascendió a la prensa) que varios años antes había comenzado a divertirse con videojuegos de rol online. Cada vez empezó a pasar más tiempo frente a la computadora. Tanto que sus notas en la escuela decayeron hasta que dejó de cursar. También resultó incapaz de mantener un trabajo, hasta que finalmente dejó de intentarlo para quedarse recluido en su casa con la única finalidad de tener tiempo disponible para jugar.
Cansado de esta situación, su padre decidió hacer algo al respecto. Pero en lugar de enviar a su hijo a uno de los campos para adictos o simplemente cortarle el acceso a Internet, el Sr. Feng contrató a jugadores experimentados para que buscaran y le dieran muerte a su hijo dentro de sus juegos favoritos.

La intención de este preocupado padre era que si las identidades de su hijo dentro de esos videojuegos resultaban sistemáticamente asesinadas, llegaría el momento en que se aburriría y comenzaría a buscar empleo.
Pasaron algunas semanas y, en cierta forma, la idea del Sr. Feng dio resultado: su hijo se aburrió y se acercó a su padre para contarle como se sentía. Según el padre, Xiao dijo que él “podía jugar o no podía jugar, que eso no le importaba. No voy a buscar un trabajo, sino que me tomaré un tiempo hasta que aparezca uno que me guste”. Oyendo esto, el padre se sintió aliviado.
Ahora bien, no sabemos si el Sr. Feng retiró a sus sicarios virtuales o si su hijo consiguió empleo. Lo cierto es que el sistema utilizado por este padre desesperado abre las puertas para un nuevo tipo de empleo que los gamers chinos pueden aprovechar, ¿no les parece?









