¿Estás listo para un viaje musical único con el sonido de Michael Gil? [Bajo la Lupa]

Por algún motivo has decidido entrar a este apartado donde habitan los artistas, la música, y sobre todo la pasión. Por eso antes que todo, ¡gracias por llegar y bienvenido/a!

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Te tomaré de la mano y juntos cada viernes vamos a desmenuzar la música de un artista. Pero lo haremos en confianza, como si tú y yo ya fuéramos grandes amigos, y como si los tres: el artista tú y yo ya fuéramos grandes amigos también.

Le diremos lo bueno y lo que no nos gusta también, como hacen los buenos amigos. Pero siempre de buena intención, con el ojo clínico de los que amamos la buena música.

Espero no me falles en este viaje a la imaginación donde cerrar los ojos y escuchar la música se hará ver lo bello, eso que solo los artistas pueden crear.

Hoy vamos a poner Bajo la Lupa algo diferente, algo que estoy seguro no escuchas ni ves todos los días. Te voy a invitar a conocer a Michael Gil, un artista de los pies a la cabeza. Vamos a tener A Musical Journey With Michael Gil. ¡Comencemos!

Este hombre comenzó su Musical Journey a los 16 años cambiando las artes marciales y la biología por una nueva pasión que se adueñó de su vida: la guitarra. Pero este instrumento fue solo la puerta, la excusa, la carnada para que Michael se convirtiera en un músico de otra dimensión. “El rigor y la profundidad de la guitarra clásica me aportaron la metodología y la paciencia para explorar y aprender cualquier instrumento,” me comentó sobre sus transgresiones a lo diferente.

Este músico de escuela confiesa que nunca se sintió atraído por violines ni saxofones. Me cuenta que su encuentro con instrumentos étnicos viene de otras vidas y que solo los toca para acordarse de que puede hacerlo. “La primera vez que vi un berimbau delante de mí, literalmente se lo quité de las manos al dueño con amabilidad.”

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El berimbau abrió la ventana de los sonidos ancestrales para que Michael asomara su instinto musical y desde entonces no parara de investigar, aprender, experimentar, y sobre todo liberar su alma a través de los sonidos. Entonces sus manos, oídos, y corazón tocan el didgeridoo, el talking drum, el kalimba, el jaw harp, el udu, y los arcos musicales, entre muchos otros.

Michael es un artista cubano que hoy reside en Miami pero su música es universal porque viene de todas partes. Toca instrumentos australianos, de capoeira, de la música Yoruba, y los liga lo mismo a un sintetizador que a la guitarra. “Son instrumentos sencillos y no ofrecen tanto como un piano o una guitarra en términos musicales, pero poseen un timbre, un sonido que les ha permitido desafiar siglos y seguir cautivando audiencias e instrumentistas.”

Actualmente Michael da conferencias sobre los muchos instrumentos étnicos que domina. También participa en conciertos benéficos y colabora en programas de organizaciones sin fines de lucro para familiarizar a los niños con estos instrumentos, su historia, y sus sonidos milenarios.

Luyanó Band es su sueño amplificado desde hace 4 años. En este proyecto otros 7 músicos fuera de serie se unen a Michael para llevar el espíritu sonoro a la máxima expresión, adicionando jazz, rock, y otros ritmos contemporáneos.

Michael continúa su búsqueda insaciable por caminos hasta cierto punto inexplorados. Se adentra en regiones musicales que luego recrea para los que lo escuchan. Su música te hará encontrarte contigo mismo, con tus orígenes, y con muchas culturas. Y con el azar a nuestro favor muchos descubrirán la magia de su música.

“Me considero un autodidacta que tuvo la suerte de exponerse tan intensamente a la academia como pude. No soy compositor, sino alguien que se autoreceta melodías para hacer de este tiempo que llamamos vida algo mejor. Si a mi me funcionan… Tal vez le puedan servir a otros.”

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