"El Tuerto" continúa su tatuaje facial

Todos recordarán cuando apenas hace algunas semanas atrás, estuvimos viendo el increíble tatuaje facial de nuestro amigo Juan Carlos, mejor conocido por su mote como “el Tuerto”. Él nos escribió a nuestro correo de envíos para compartir con todos nosotros mucho más que un tatuaje en la cara, sino toda una verdadera enseñanza de vida.

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La cuestión es que "el Tuerto" nuevamente se ha vuelto pinchar el rostro, en esta oportunidad nada menos que la nariz, para así cumplir con lo que nos prometía en su envío anterior. Pasemos entonces a conocer el testimonio del Tuerto, hoy ya un amigo y hombre de la casa.

Un tatuaje en la nariz no es para cualquiera

El diseño

Para esta ocasión, "el Tuerto" simplemente continúa con su tatuaje facial, lo recompone y unifica para formar un diseño unísono que le cruza todo el rostro, de oreja a oreja. Por ende, el diseño vuelve a estar compuesto por las ondas marinas de estilo japonés que ya conocíamos. Pero esta vez, con algunas modificaciones en las puntas que igual, mantienen su oriental estilo japonés original.

" El Tuerto" nos dice: “La mar. Así llenaré mi carita, con olas. Sí, tengo pensado seguir con lo mismo; más lo miro, más me gusta. La mar...”

Imagen Crovat
Imagen Crovat

La sesión

El tatuaje fue realizado o mejor dicho, continuado, por la tatuadora Montse de Tarambana Tattoo, en el Puerto de Santa María, ciudad de Cádiz, España. Nuevamente, el costo fue muy económico y "el Tuerto" está muy satisfecho con los trabajos de Montse.

“Me volvió a doler más la parte izquierda, y la nariz no la olvidaré, ¡je je je! Duele para acordarse.”
Me confesaba el Tuerto, que como ya nos había contado en la publicación anterior, al parecer es muy común que al tatuarse la cara, una parte duela e incluso sangre más que la otra. En el caso de nuestro amigo, fue el izquierdo.

Imagen Crovat

Lo que más dolió en la sesión fue tatuar la nariz, él nos cuenta que cuando Montse penetraba su nariz con la máquina, pudo experimentar una sensación de particulares cosquilleos y dolores. "El Tuerto" nos dice: “(...) una mezcla, como si hubiera entrado polvo por los conductos.” Para peor, no en pocas oportunidades, le daban ganas de estornudar, aunque por suerte nunca sucedió. “ Parece que la presión de la máquina le cosquillea a la nariz algún punto clave, no sé. Interesante y en cierta forma, agradable.”

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Según nos cuenta "el Tuerto", las molestias ya pasadas las 15 horas desde la sesión, no significan casi nada. De todas formas, algunos dolores en la zona izquierda por momentos vuelven a aparecer. No presenta problemas para comer y tampoco para estornudar, además nos dice que lo mejor es lo que devuelve el espejo, “Mi mirada lo cura...”

Imagen Crovat

"El Tuerto" lo viene curando con Bepanthol y no le ha traído ninguna molestia en cuanto a su ojo. El tatuaje en si apenas pica y según nos dice, mientras tenga buena música y algo bueno que leer, se aguanta perfectamente.

Imagen Crovat
Imagen Crovat

Por último, tal como en la oportunidad anterior, el Tuerto nos deja algunas palabras...

"Las personas que por fin, hayan decidido punzarse la cara, deben saber que esto no es para tímidos. Hay que tener desparpajo, ser un niño pequeño, ser natural. Saber que serán mirados por el 90 % de la población no caritatuada (esta palabra llegará, debe llegar a los diccionarios), y el resto tiene alguna enfermedad visual o es muy, muy despistado. Tendrán problemas en muchas empresas, trabajando con jefes no caritatuados o no llegando siquiera a poder hacerlo. Esto no es para cualquiera, por desgracia. El ser humano, hace milenios, era más duro, duro de veras, un Rambo en cada pequeña choza. ¿Qué científico podría demostrar que los niños no se pinchaban cenizas o algo así? Nadie puede decirlo. Y ahora, en pleno siglo XXI, con un billón de máquinas bobas y parlantes que se equivocan cada dos por tres, no soportamos la faz del prójimo si lleva tinta. Esto del tatuaje facial debe ser para ellos, los que decidieron pincharse, una necesidad; y como tal, marcará un antes y un después, por necesidad. Si te da vergüenza beber agua de un charco de lluvia, todavía tienes poca sed. Quien se sienta morir de sed, esa sed que aparta todo lo demás, que se tatúe la cara. Lo sabio es sonreír, pues no se demuestra la mínima importancia por esas miradas... o sí... por ser también parte de esa sed..."

¿Qué te parece el tatuaje del Tuerto? ¿Tu te animarías a tatuarte la cara?