El mejor gol de todos los tiempos cumple 30 años

Miles de párrafos se escribieron sobre este gol. En la memoria colectiva perdura el relato de Víctor Hugo Morales, el puño apretado y el desahogo de millones de argentinos que veían en ese instante cómo la pelota se hundía en el fondo de la red luego de < >.

Hoy, el gol de Maradona a los ingleses cumple 30 años. 3 décadas que parecen una eternidad en el marco del tumultuoso devenir de la historia argentina. Un momento inolvidable que no solo se mantiene en el recuerdo de quienes lo vivieron, sino también en la mente de quienes no lo vimos, pero volvemos a él cada tanto para sentirnos un poco más vivos.

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Lo que para algunos pudo haber sido un simple gol, fue para unas 30 millones de personas la liberación catártica más poderosa que se haya experimentado colectivamente. Porque el cuento no terminó con La Mano de Dios, con esa muestra de picardía argentina que pretendía reparar la enorme herida que nos dejó la guerra de 1982.

Habiéndose escrito tanto al respecto, sobra poner en palabras lo que se ha dicho mil veces, de mil formas mejores. Así lo hizo el escritor Eduardo Sacheri, en su cuento << Me van a tener que disculpar>>.

Hasta ahí, eso solo ya es historia. Ya parece suficiente. Porque le robaste algo al que te afanó primero. Y aunque lo que él te robó te duele más, vos te regodeás porque sabés que esto, igual, le duele. Pero hay más. Aunque uno desde acá diga “bueno, es suficiente, me doy por hecho”, hay más. Porque el tipo, además de piola es un artista. Es mucho más que los otros.

Porque el afano estaba bien, pero era poco. Porque el afano de ellos era demasiado grande. Así que faltaba humillarlos por las buenas. Inmortalizarlos para cada ocasión en que ese gol volviese a verse una vez y otra vez y para siempre en cada rincón del mundo. Ellos volviendo a verse una y mil veces hasta el cansancio en las repeticiones incrédulas. Ellos pasmados, ellos llegando tarde al cruce, ellos viéndolo todo desde el piso. Ellos hundiéndose definitivamente en la derrota, en la derrota pequeña y futbolera y absoluta y eterna e inolvidable.

¿Acaso queda algo más por decir? No más palabras, señor juez.