Drexler: el humilde cantautor que derrotó a J.Balvin y destronó al reggaeton en los Grammy 2018

El músico uruguayo —médico de profesión— se coronó como ganador absoluto de la 19a Entrega Anual del Latin GRAMMY.

PUBLICIDAD

Galardonado como Mejor Cantautor, Jorge Drexler también recibió los reconocimientos a Grabación del Año y Mejor Canción, por Salvavidas de hielo y «Telefonía», respectivamente. Si bien no fue inesperado, los tres gramófonos que sostuvo el cantante y compositor representaron la caída (momentánea) de un imperio: J. Balvin, quien cosechaba 8 nominaciones y se perfilaba como favorito, solo obtuvo el galardón de Mejor Álbum de Música Urbana, por Vibras. De esta manera, el poderío de millones de visualizaciones y reproducciones en las principales plataformas online cedía ante la ensordecedora sencillez de un disco poético, sincero y relevante.

No obstante, mis acotaciones no son despectivas, ya que el mismísmo Drexler, en su discurso de aceptación, mencionó lo siguiente:

«Que viva Iberoamérica, que viva la música iberoamericana. Que viva Borges, que viva Pessoa, pero que viva también la cumbia, que viva el reguetón, ¡que viva todo! ¡Vamo' arriba!»

Para algunos demagogo, para otros, conciliador, Drexler optó por expresarse con la más latente de sus virtudes artísticas: humildad.

Armonía y verso, romance y una discreta guitarra, son todo lo que el uruguayo necesitó para componer el álbum y la canción del año, según la opinión de la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación.

Si de «Telefonía» hablamos, primer single de Salvavidas de Hielo y perfecta representación del alma del disco —a pesar de que, a opinión personal, el mejor tema es «Movimiento»—, fue grabado únicamente con guitarras, con excepción de la percusión, e intenta ser una oda al amor y la comunicación, en todas sus formas y en tiempos de conexiones digitales.

«Que viva la telefonía en todas sus variantes, pensando estaba que te me escabullías cuando vi tu nombre en la llamada entrante. Bendita cada onda, cada cable, bendita radiación de las antenas, mientras sea tu voz la que me hable como me hablaste hace un minuto apenas.
Te quiero, te querré, te quise siempre, desde antes de saber que te quería, Te dejo este mensaje, simplemente, para repetirte algo que yo sé que vos sabías».

Finalmente, con todo el respeto y admiración que merecen artistas tan comprometidos, sin importar el género musical o si es de nuestro agrado —sobre todo en el caso de Rosalía, artista catalana embajadora del flamenco que llevó dos meritorios premios—, la victoria de Drexler es un bálsamo para la saturada hipersexualidad que domina la industria musical. Es más, gracias a lo sucedido con este modesto rioplatense, la música dejó de ser industria, por un momento, para volver a ser arte.

PUBLICIDAD

Podría interesarte:

Esperamos tus comentarios.