Autores latinoamericanos que dominaron las ficciones de la segunda mitad del S.XX

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El llamado "boom de la literatura latinoamericana" surgió como un fenómeno en el que también convergieron aspectos sociales y económicos imperantes para la época, como la Guerra Fría y las dictaduras del cono sur y, en parte, la Revolución cubana.

Con este apogeo escritores como Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, César Vallejo y Arturo Uslar Pietri, se abrieron paso a Europa gracias a sus obras. Sus ideas y experiencias sirvieron de voz de lo que sucedía al otro lado del mundo.

Aspectos a resaltar

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El boom latinoamericano tiene, en general, dos vertientes que se han convertido en señales distintivas de este movimiento: el Realismo Mágico,  que toca aspectos comunes y los conjuga con aspectos fantásticos e irreales; y la Ficción Histórica, que contiene un peso mayormente político y social. En este caso, podrán hacerse notar escritos y obras relacionadas a las dictaduras que se manifestaron durante los 60 y 70. Estas historias también combinan tramas y ficción para dar otra dimensión.

Cada uno de estos autores imprimió y, sin duda, cambió el rumbo de la literatura en este lado del continente.

Julio Cortázar

Nació en Bélgica en 1914 pero posteriormente se mudaría a Argentina junto a sus padres. Con el tiempo, Cortázar se convertiría en opositor acérrimo del gobierno de Juan Domingo Perón, lo cual lo obligó a tomar el exilio en París.

Cortázar es mundialmente conocido por su obra más popular, Rayuela, de 1963. Sin embargo, también ha realizado títulos de cuentos como  Bestiario, Las armas secretas y Final del juego. También cabe destacar  Libro de Manuel e Historias de cronopios y de famas, que contiene obras cortas, cuentos y escritos con características surrealistas.

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Gabriel García Márquez

Se inició en el mundo de la escritura como periodista y articulista para El Espectador de Bogotá. Posteriormente, se mudaría a México hasta su fallecimiento en el 2014.

García Márquez ha dejado obras emblemáticas del boom como Cien años de soledad (que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1982) o El coronel no tiene quien le escriba. Otros títulos memorables (y posteriores del movimiento) son El amor en tiempos del cólera y Memorias de mis putas tristes.

El escritor colombiano es quizás el máximo representante del realismo mágico, destacable a lo largo de su obra, lo cual lo ha establecido como uno de los escritores más influyentes del siglo XX.

Carlos Fuentes

En las obras de Fuentes es fácil resaltar el estudio profundo sobre el racismo y discriminación contra los mexicanos en los Estados Unidos, así como la exploración de la cultura de su país, además de sus experiencias y viajes por el mundo gracias a ser hijo de un diplomático mexicano; estos elementos destacarían en obras como La muerte de Artemio Cruz, La región más transparente y Aura.

A lo largo de su vida, Fuentes fue crítico de la política de su país y de la literatura latinoamericana.

Mario Vargas Llosa

En conjunto con Gabriel García Márquez es la figura con mayor proyección internacional entre los escritores del boom latinoamericano. Además de autor, también es político, ensayista, cuentista, periodista, docente y crítico de política y literario.

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Vargas Llosa saltó a la fama con La ciudad y los perros, obra que sirvió de crítica hacia el colegio militar peruano y, por ende, también a la sociedad de su país.

Otros títulos que hay que mencionar son  La casa verde, Conversación en La Catedral y Pantaleón y las visitadoras.

En el 2010 obtuvo el Premio Nobel de Literatura gracias a sus obras con componentes históricos y sus acercamientos a diferentes facetas del ser humano.

Augusto Roa Bastos

Fue un cuentista, ensayista y escritor paraguayo que se dio a conocer por su obra Yo, el Supremo, texto que comprende una gran compilación de datos, información y reconstrucción que recrean el perfil de José Gaspar Rodríguez de Francia, Dictador Perpetuo que gobernó el  Paraguay desde 1814 hasta 1840.

Este texto, además, forma parte de una trilogía del poder en conjunto con Hijo de hombre (considerada la primera obra del boom) y El Fiscal.

Roa Bastos deja entrever en sus obras las historias, cultura y dificultades del pueblo paraguayo, así conjugadas con política y vivencias en el exilio.

José Donoso

Nacido entre la élite chilena, Donoso recibió una formación literaria importante que más tarde se traduciría en una carrera como docente y escritor.

Destaca por su obra Historia personal del “boom” en la que nombra a varios autores latinoamericanos de esta corriente, como Salvador Garmendia o Adriano González León, entre otros.

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En las obras de Donoso es posible apreciar humor negro, duplicidad, sexualidad y temas relacionados a la psicología.

El Post-Boom

Algunos logran definir esta época a partir de los 80, aunque varios escritores de la primera oleada también crearon obras significativas en este momento histórico como, por ejemplo, El obsceno pájaro de la noche de José Donoso, y hasta la propia El amor en tiempos del cólera de García Márquez.

Algunos de ellos han sido éxitos de ventas, como la chilena  Isabel Allende, autora de Eva Luna, La casa de los espíritusDe amor y de sombra, entre otros. Actualmente se la considera la autora viva más leída en el mundo.

En la misma línea de escritores exitosos y mundialmente reconocidos está Paulo Coelho, quien alcanzó renombre con El alquimista; su estilo es más de índole espiritual y reflexivo, elementos que preserva a lo largo de sus obras.

Entre todos, cabe destacar un nombre que se ha convertido en referencia literaria, pero póstumamente. Se trata del chileno Roberto Bolaño Ávalos, quien además formó parte del movimiento infrarrealista (o solo “infra”), en el cual pugnaba por una literatura libre y más personal.

Con esto, Bolaño representaría una prosa comprometida con la literatura así como el valor de esta. Sus obras más conocidas como Los detectives salvajes y 2666, convergen la violencia, melancolía y la necesidad y el valor de la literatura proyectado en protagonistas complejos.

El Boon fue un movimiento que el propio Fuentes diría que surgió como una forma de darle protagonismo a años de historia latinoamericana y, de cierta manera, es así, ya que estos autores y tantos más ayudaron a forjar un estilo íntimo que nos une como cultura en una gran entidad.