5 lecciones de vida que puede enseñarte Tetris

Hoy nos concentramos en uno de los juegos más antiguos de la historia y cuya popularidad se mantiene intacta hasta el día de hoy: Tetris.

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Además de ser un ingenioso rompecabezas a reloj, el Tetris puede oficiar de gurú empírico para la vida enseñándonos las principales lecciones que rigen nuestro estilo de vida y forma de concebir el mundo… un poco al menos.

Hoy les mostraremos 5 lecciones de la vida que puede enseñarte Tetris.

Trabaja o muere

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Una de las lecciones de vida más duras que nos deja Tetris es que refleja la vida en la oficina. ¿Me explico?, cada vez que logramos ensamblar una serie de líneas en el juego éstas se borrarán para dejar espacio para, lógicamente, más figuras a encastrar. No hay forma de parar esto, las piezas seguirán cayendo con más velocidad, conduciéndonos a toda velocidad por la autopista cerebral del automatismo.

Lo mismo nos puede suceder en el lugar de trabajo. Cada vez que conseguimos terminar una tarea, ¿qué viene?, más trabajo y más trabajo y más trabajo, sin que a nadie le importe realmente lo bien que lo estás haciendo. Ya sabes, sólo sigue haciéndolo…

Aprende de tus errores

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¡Allí viene una barra!, ¡ideal para que encaje en esta abertura que he estado trabajando! (sin connotaciones sexuales, por favor). Es en este momento de alegría, cuando le damos muy fuerte a la flecha baja y… la terminamos embarrando. Allí reposa ahora la barra en forma burlona, a exactamente una columna de donde debía caer. 

Sucede a menudo en Tetris que la ansiedad por completar cuatro, cinco o seis franjas nos lleva a cometer errores como el que describí. ¿Cómo solucionarlo?, lamentablemente a niveles muy altos esto puede resultar fatal en el juego y tendremos que volver a comenzar el nivel.

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Afortunadamente la vida no es tan drástica en este sentido, siempre podemos volver a comenzar un “nivel”, eso sí, procuremos no volver a cometer la misma estupidez.

Planifica

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Las nuevas versiones de Tetris nos permiten saber qué pieza viene a continuación, lo cual puede ser una ventaja para las personas que planifican y se mantienen apegadas a una estrategia.

Aunque uno siempre prefiera alejarse de las estructuras rígidas y soltarse a la espontaneidad, la vida me ha enseñado que siempre es mejor tener en cuenta los acontecimientos que están “al caer”. En definitiva, no se puede abusar de la improvisación, al menos si tenemos objetivos claros, de otra forma nuestra vida se reducirá a apilar piezas “Z” hasta el momento de nuestra agónica muerte.

No te obsesiones

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Aunque contradice el punto anterior, Tetris me ha enseñado que a veces es mejor quitar el juego y salir a tomar aire fresco. Esto viene a relación con el efecto Tetris, ¿no conoces el “ efecto Tetris”?, déjame explicarlo en breves oraciones.

El efecto Tetris es un síndrome totalmente real y consiste en la obsesión con la organización geométrica de las formas. Jocosamente este efecto pasajero suele aparecer luego de jugar muchas horas a Tetris, digamos unas veinte. Similar a lo que le sucede a los matemáticos que acusan soñar con números y ecuaciones.

La vida nos puede presentar las mismas problemáticas. No es bueno obsesionarse en problemas que no podemos resolver, a no ser que quieras tenerlos presente en tu mente todo el tiempo, ¿quién quiere eso?

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La aceptación es el camino para la armonía

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Aunque no lo parezca, Tetris en realidad es un juego bastante hippe y zen. En el fondo lo que nos está mostrando es que la única forma de lograr la armonía es aceptando al diferente, ya sabes, esas piezas cuadradas, Ls y Zs, todas tienen un lugar perfecto para ocupar en el mundo.

Imagina un mundo donde personas de todos los continentes, géneros, alturas y pesos se funden en un gran abrazo colectivo al ritmo de “ give peace a chance”, bastante interesante, ¿no?... ¿hola?

¿Qué otras lecciones de la vida te ha enseñado Tetris?, compártelas en la sección de comentarios.