Un suceso inesperado en Dexter (Crítica 8x04)

La deteriorada relación de los hermanos Morgan está siendo el motor de esta temporada final. A diferencia de la estructura clásica de la serie, en esta temporada Dexter (Michael C.Hall) no debe enfrentarse contra el villano de turno, sus demonios interiores y los errores que arrastra del pasado son el gran quebradero de cabeza del asesino en serie.

Terapia

La doctora Vogel (Charlotte Rampling) está empeñada en sacar a Deb (Jennifer Carpenter) del agujero que se encuentra, o al menos eso es lo que parece. Sus intenciones con Dexter han sido una incógnita desde el minuto uno, así que recomendaría a los Morgan que no se fiasen demasiado de esta mujer…

Hemos tardado cuatro capítulos para empezar a vislumbrar de donde radica el interés de la doctora con Dexter y, sinceramente, esperaba algo más. ¿Dexter un conejo de laboratorio para su próximo libro? No lo compro. Y espero que en los próximos capítulos nos revelen más datos al respecto y consigan contarnos una historia más redonda, ya que gran parte del peso del hilo argumental de esta temporada recae sobre la doctora Vogel.

Acierto

A la tercera va la vencida y, tras dos intentos fallidos, Dexter al fin desentraña la identidad del destripador de cerebros, aunque se ha mostrado más torpe que de costumbre en la cacería. ¿Hablar por teléfono mientras recaba pruebas en la casa del asesino? ¿Presentarse al destripador de cara con inyección en mano? Este no es el letal asesino que yo conocía…

Secundarios

Corro el riesgo de sonar repetitivo al dar el mismo sermón semana tras semana… Pero es que las tramas de Batista, Quinn, Masuka y compañía consiguen sacarme de quicio. Cada capítulo se superan y arman unas situaciones más grotescas y apabullantemente ridículas que en el anterior.

Masuka con su despampanante hija preconcebida in vitro es una de esas escenas que te hace replantearte si vale la pena seguir viendo la serie. Soy un seguidor acérrimo de Dexter desde sus inicios, pero el papel de sus secundarios es un aspecto donde la serie cojea de mala manera. Y soy de los que piensa que unos buenos secundarios son básicos para cualquier producción…

Intento de asesinato

Por suerte, en lo que respecta a Dexter la cosa está más interesante que nunca. Los que deseaban un enfrentamiento entre los hermanos pueden estar de enhorabuena, pues el camino que ha cogido la serie parece destinado a tener a Deb tratando de encerrar entre rejas a su adorado hermano.

Vayamos por partes. La influencia de la doctora Vogel en Deb no tarda en hacerse notar y sus sesiones cunden un efecto prácticamente inmediato en ella. Su mejora es evidente, dejando de una vez las noches de borracheras y centrándose en lo que mejor sabe hacer: trabajo policial.

El camino sería de rosas si no fuese por un pequeño detalle: Dexter no tiene cabida en la nueva vida de Deb. Tras la revelación de que su padre se suicidó por culpa de Dexter, Deb opta por la trágica decisión de tratar de estampar su coche contra el mar y acabar con la vida de ambos. Afortunadamente no salen malheridos del accidente, pues Deb acaba arrepintiéndose en última instancia y rescata a su hermano.

Más allá del tremendo impacto de la escena en sí, lo realmente importante será ver la reacción de Dexter ante este inesperado suceso. Hasta ahora ha defendido a ultranza a su hermana y ha sacado su lado más humano con ella, pero el cúmulo de acontecimientos de los últimos tiempos ha convertido a Deb en un auténtico incordio para Dexter.

Como he comentado anteriormente, tras fracasar en su intento de homicidio, me apostaría la mano a que Deb empezará a ir, junto al investigador privado Jacob Elroy (Sean Flanery), tras los pasos de Dexter con la firme intención de encerrarlo por sus crímenes. Ver a los hermanos Morgan enfrentados me parecería un giro brillante para esta temporada y supondría un punto de inflexión para tratar de remontar el vuelo en esta irregular y descafeinada octava temporada.