Todos sabíamos que el estricto código impuesto por Deb ( Jennifer Carpenter) sumado a su vigilancia constante iban a terminar haciendo estragos en Dexter ( Michael C. Hall). Si bien las circunstancias hicieron que nuestro asesino favorito pudiera librarse a tiempo del control de su hermana, todavía no ha podido saciar a su Oscuro Pasajero.
Un mal necesario en Dexter [Crítica 7x03]

Seguir la ley o seguir el instinto
El tercer episodio de la temporada comienza con Dexter alucinando sobre lo bien que se sentiría viendo sangre correr. Incluso si proviene de un compañero de trabajo. Decide que su espera ha sido suficiente y se pone a investigar sobre un ex convicto sospechoso de asesinar a varias mujeres, pero que nunca ha sido condenado ya que la policía nunca pudo encontrar pruebas suficientes para inculparlo.
Resulta que este hombre llamado Ray Speltzer ( Matt Gerald) trabaja en un cementerio y allí va Dexter a investigar al sujeto. Descubre que utiliza una bóveda como escondite de sus trofeos y encuentra allí la prueba que necesitaba para convencer a Deb de la culpabilidad del asesino. La aún reciente teniente confía a pesar de todo en su hermano y decide dirigirse a la casa de Speltzer, donde este está a punto de matar a su nueva víctima.
Deb ingresa al lugar y si no fuera por Dexter que llega justo para salvarla, hubiese corrido el mismo destino que la pobre chica que no pudo rescatar. Speltzer logra escapar y luego de esta situación Deb comienza a replantearse algunas cosas sobre Dexter y su método.

Luego de darse cuenta que lo que hace Dexter no es del todo incorrecto, o al menos entenderlo, se da cuenta que su hermano es y fue muy útil en muchas investigaciones y lo libera de su supervisión constante. Si bien ella sigue aparentemente firme cumpliendo la ley, no sé si se ha dado cuenta que ya es una cómplice de los crímenes de su hermano y aunque intente justificarlo por el amor que le tiene, en algún punto sabe que suprimir a su hermano no es lo correcto.
Un problema menos, otro que se asoma
Como ya había comentado en la crítica anterior, Louis ( Josh Cooke) se había convertido en un dolor de cabeza para Dexter, pero sin derramar un gota de sangre con sus manos, Dex se las arregló para quitárselo de encima y vaya que tuvo suerte. Primero logró que Masuka ( C.S Lee) lo despidiera al enviarle una caja anónima con el brazo del Asesino del Camión de Hielo donde lo delataba como el dueño de la misma y luego hizo que Jamie ( Aimee García) viera el video donde estaba junto a una prostituta.
Con su vida hecha añicos, Louis se disponía a arruinar las cosas para Dexter tendiéndole una trampa en su barco, pero las cosas no le salieron como esperaba. El mafioso ucraniano junto a dos matones, en búsqueda de su compatriota desaparecido arriba al muelle gracias a una pulsera con GPS que tenía Víktor cuando Dex lo mató y allí se encuentra con Louis, a quien confunde con el dueño del barco para luego matarlo luego de que les brindara la información que necesitaban: el nombre Dexter Morgan.

Y la perlita del episodio: la incorporación de un nuevo personaje femenino – ¿e interés romántico para Dex?- Hanna McKay ( Yvonne Strahoski) quien fuera cómplice del convicto que se mató el episodio pasado a quien deben indagar nuevamente. Dexter parece inquietarse al tener que tomarle una muestra de ADN y las cosas al parecer se desarrollarán más en los siguientes capítulos.
Mientras dura la espera, este es el adelanto de la semana que viene: Run.






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