The Walking Dead: en la cornisa [Crítica 4x03]

A medida que se suceden, semana tras semana, los episodios de esta temporada 4 de The Walking Dead nos vamos dando cuenta de que volvimos al punto inicial donde la premisa es la supervivencia y el enemigo se encuentra en todos lados.

Basta hacer un ejercicio de memoria para repasar las tres entregas anteriores: la primera temporada exploró el vértigo y la situación de deriva de los personajes, la segunda los conflictos internos y la tercera temporada ahondó en el conflicto humano. Esta nueva temporada nos remite a la lucha por la supervivencia de los primeros episodios, aunque también resume de buena forma todo lo vivido hasta ahora.

Nuevos conocidos y viejos por desconocer

Tanto en el cómic como en la serie televisiva, la habilidad de Robert Kirkman para transformar los personajes es merecedora de elogios. En definitiva, The Walking Dead se centra en la fascinación morbosa del espectador por ver un grupo humano en la cornisa de su propia naturaleza. Si el argumento estuvo bien desarrollado, el episodio nos debería llevar siempre a la misma pregunta: ¿cuál es el precio de la supervivencia?

El guión de Isolation nos muestra la miseria y la debacle de dos personajes: Tyreese ( Chad Coleman) y Carol ( Melissa McBride). En el caso de Tyreese, la transformación era más esperable tomando en cuenta el curso que tomaron los acontecimientos. La discusión (y explosión) con Rick ( Andrew Lincoln) nos muestra un elogiable trabajo por parte de Chad Coleman transitando de la perplejidad a la furia con todos los matices expresivos intermedios.

Esta transformación de Tyreese en segundos le llevó a Carol unas cuatro temporadas, y hay que admitir que el nuevo giro que ha tomado el personaje es interesante. De sumisa a asesina, aunque el bien común sea la meta, se ha vuelto desconocida para la audiencia.

Otro enemigo

No se trata de una horda de caminantes ni de un psicópata enceguecido en su reino, la gripe es el nuevo enemigo en estos primeros episodios. Dan Sackheim se muestra a la altura del argumento y prepara un escenario donde el espectador visualiza la bomba de tiempo dentro de la prisión: una especie de gueto de aislamiento, poblado por la oscuridad y el eco de la tos. Excelentes recursos tanto visuales como sonoros y que dotan a estas secuencias como las más interesantes del episodio.

Puntaje 8/10: El episodio reúne todo: acción, suspenso y drama. La actuación de Chad Coleman se lleva los aplausos al igual que la puesta en escena del bloque de aislamiento. La serie sigue por el buen camino.