Y hemos alcanzado el mid-season finale de la temporada 6 de The Walking Dead
The Walking Dead: Dolor hic tibi proderit olim [Crítica 6x08]


No fue lo que muchos esperaban ya que no hubo tanta acción como se prometió en el capítulo de la semana pasada (“Heads Up”), pero sin duda se trata de un episodio bien estructurado y con una trama interesante que insta a estar atento hasta febrero para ver la conclusión.
Pero igualmente se le dio un cierre adecuado que deja a más de un lector del cómic original y espectador asiduo satisfecho.
- En caso de que no hayas leído la crítica de la semana anterior: The Walking Dead: El mundo quiere morir [Crítica 6x07]

El episodio, que lleva por título “Start to Finish” se ambienta completamente en Alexandria, permitiendo a Glenn y Enid aparecer solo por unos momentos pero dejándolos bastante al margen, a diferencia de Darryl, Abraham y Sasha que ni siquiera aparecen en la introducción. La horda se abre paso por las calles de la zona segura, no queda más opción que encerrarse en alguna casa cercana para planear el siguiente movimiento, por lo que el grupo se ve separado y (momentáneamente) aislado.
Mucha tensión y solo muertes necesarias
Siendo un capítulo final previo a un breve hiatus festivo, puede sorprender bastante las pocas muertes que ocurrieron en el mismo, pero estas pasaron de manera adecuada, dejando entrever que no todo está terminado para Alexandria. Muy diferente a lo que pasó (por ejemplo) con el mid-season finale de la cuarta temporada (“Too Far Gone”), en que el ataque del Gobernador (David Morrisey) a la cárcel de West Georgia que era usada como refugio de Rick, obligo a éste y a su grupo a huir del lugar, perdiendo a mucha gente en el proceso.
También se expone completamente la tensa situación entre Carol y Morgan, no llegando a una resolución concreta, pero ciertamente dejándolo en un punto interesante.

El mayor peso de este mid-season finale radica en la ansiedad y el miedo. Los habitantes de Alexandria dan todo por perdido y no pueden ocultar su terror, llevándolos a actuar de manera inconsciente, descuidada y que expone sus debilidades y, en casos muy particulares de ciertos personajes, su inmadurez.
El detonante emotivo de esta característica fue Sam Anderson (Major Dodson), el hijo menor de Jessie que, tras la muerte de su padre en el episodio final de la quinta temporada (“Conquer”) se lo ve casi siempre encerrado y más traumado de lo que muchos pensaban, dibujándose a sí mismo atado a un árbol, a la espera de ser asesinado por “los monstruos” (como él llama a los Caminantes) que ahora pululan por el mundo.
“Dolor hic tibi proderit olim”

Si es en los momentos de estrés y desgracia en que cierta gente muestra su peor lado, es en los últimos momentos (antes de morir) en que pueden dar los mensajes más poderosos. Se debe aprender del dolor, se debe aprender de las desgracias; no volver a cometer los mismos errores, debemos utilizar el dolor del pasado para hacernos fuertes, para seguir adelante.
Ese es el mensaje que nos deja el episodio, el cual no solo es sencillamente fantástico, sino que se puede aplicar a casi cualquier situación adversa de la vida; algo que parecía haberse perdido de la serie, pero nos alegra que siga presente.
Por ahora habrá que esperar hasta Febrero para saber el destino de Rick y su gente.

Trivia
Al inicio del capítulo pueden verse en la habitación de Sam, a los cuatro muñecos de la línea Minimates basados en Invincible, un cómic de superhéroes escrito por Robert Kirkman (autor de The Walking Dead).
Ficha técnica:
The Walking Dead [6x08] – Episodio #75 “Start to Finish”
Guion: Matthew Negrete
Dirección: Michael E. Satrazemis
¿Ya has visto el episodio? ¿Qué te ha parecido?






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