La primera temporada de The Strain giró en torno a tres grandes asuntos:
The Strain: The Master [Reseña 1x13, final de temporada]

- La irrupción y el crecimiento de la epidemia de vampiros que fue conquistando a la ciudad y sus habitantes hasta convertir a Nueva York en un gran escenario apocalíptico;
- La conformación y consolidación de un grupo de ciudadanos conscientes de la amenaza y dispuestos a combatirla, aunque aislados y solitarios;
- Las historias personales y familiares de varios de los involucrados en los dos primeros.
Se podría decir que los dos primeros fueron el punto fuerte de la serie en su mayoría, aunque muchas veces carecieron de consistencia y de verosimilitud, y les faltó un anclaje que hiciera la historia y la amenaza más real y palpable. Ver también: Los gifs más espeluznantes del primer episodio de The Strain
Los dos bandos
El principal problema al respecto es que la batalla se dio entre estos dos bandos y el resto del mundo permanece ajeno a todo lo que está sucediendo.
En algunos episodios las calles de Nueva York son todo caos y destrucción, gritos desesperados, incendios, gente corriendo, sirenas y alarmas, y en otros la gente parece transitar la ciudad tranquilamente como si fuera un día más.
A esto se le suma el hecho de que todo parece tan anárquico que ni siquiera las autoridades se han percatado de nada de lo que está sucediendo, ni siquiera cuando hace ya unos cuantos episodios dos agentes del FBI son atacados y asesinados, lo que le permite a Eph escapar.

Cuando Eph Goodweather, con la ayuda de la hacker Dutch, da un mensaje a la población advirtiendo sobre la mortal amenaza que se cierne sobre ellos, parece que nadie había notado antes que en las noches las calles están plagadas de monstruos que chupan la sangre del resto de los ciudadanos.
Es recién después de que este mensaje de pocos segundos llega filtrado a la población, que las autoridades deciden poner a Nueva York en cuarentena, aunque estaba allí para evitarlo un rejuvenecido Eldritch.
Vampiros
Estas cuestiones de consistencia tal vez no parecen tan importantes en una serie sobre criaturas inmortales que buscan aniquilar a la humanidad, pero da la sensación de que The Strain se dejó llevar por este carácter fantástico y de terror de la trama, y se olvidó de ponerle un marco más realista que la hiciera más temible y más sólida como serie de terror.
En el bando de los vampiros tenemos principalmente a Eichorst, uno de los personajes mejor logrados de la serie, en parte a su naturaleza de “doble agente”, que le permite hacerse pasar por humano, y en parte gracias a la gran performance del actor Richard Sammell, que se destacó no sólo como el fiel hombre de confianza del Amo, sino también como el atribulado general nazi de la Segunda Guerra Mundial.

Tal vez hubiera sido mejor que el Amo no apareciera en todo su esplendor en tantas oportunidades, lo que le quitó un poco de impacto a su presencia. No caben dudas de que los primeros episodios, cuando todavía era sólo una silueta, una voz, unos movimientos, el Amo lucía como algo mucho más impactante e intimidante.
La subtrama que involucró a Eldritch, si bien suena interesante a priori –un anciano obsesionado con la inmortalidad y dispuesto a todo para alcanzarla–, probó ser una de las más aburridas de toda la temporada, y recién en el último episodio, cuando Eldritch logró al menos rejuvenecer y evitar su inminente muerte, se convirtió en un personaje un poco más interesante.
Nuestros héroes
El otro bando es mucho más compacto y naturalmente interesante, por ser el de los héroes que defenderán a la humanidad.
Setrakian, en su papel de viejo sabio pero también de hábil combatiente, y Vasily Fet, como el más temerario y combativo, fueron dos pilares fundamentales de la historia. Los personajes femeninos, Nora y después Dutch, quedaron en segundo plano y sólo sirvieron a propósitos puntuales o a sugeridos intereses románticos.
Finalmente, tenemos en el doctor Eph Goodweather al gran protagonista de la serie, al hombre con el que nos identificamos, el que supera los obstáculos que la vida le ha puesto y que él mismo se ha construido, para cumplir con el papel de héroe que le ha marcado el destino. Sin dudas, otro de los personajes más disfrutables de toda esta temporada y otra actuación destacada, la de Corey Stoll.
Sin embargo, esto nos lleva al tercer punto sobre el que giró toda la temporada: las relaciones familiares y las historias personales.

Se entiende que es necesario incluir este tipo de cosas para humanizar al héroe, darle un trasfondo emocional, darnos a entender que es una persona con todas sus historias y complejidades y no una simple máquina de matar vampiros.
Pero toda la temporada hizo tal vez demasiado hincapié en los dramas que rodearon a Kelly y Zack, dos personajes que en sí no aportaban demasiado. Este drama es llevado a un punto casi irrisorio en el final de temporada, cuando Zack simula necesitar un inhalador, simplemente para ir a su casa a recoger un álbum de fotografías, lo que permitió un momento de intimidad y recuerdo de buenos momentos familiares entre Zack y Eph, y que lejos de despertar la reacción emocional que se proponía, sonó absurdo y fuera de lugar.
Ver también: ¿Qué tienen de común The Strain y Breaking Bad?
El final de temporada
Este último episodio nos deparó, como no podía ser de otra manera, un nuevo enfrentamiento del grupo con los vampiros y con el Amo.
Si bien el momento cúlmine de la batalla y la revelación de que el Amo no era completamente vulnerable a la luz solar fue lo suficientemente inesperado, todo este desenlace no estuvo a la altura de un final de temporada.
No sólo faltó una construcción más minuciosa y detallada de la tensión que significaba ir a un lugar cerrado a enfrentar al gran enemigo, sino que de hecho esto ya había sucedido casual e inesperadamente hace un par de episodios, y con una tensión mucho mayor.
Ninguno de los dos bandos, ni siquiera el poderoso y casi invencible Amo, aprendieron nada de su encuentro anterior, y vuelven a repetirlo casi de manera idéntica, excepto que ahora estaba en un lugar donde se podían romper vidrios y dejar entrar la luz solar.
Las cosas vuelven a estar casi igual que al principio de la serie para la segunda temporada de The Strain, con los vampiros y el Amo sueltos por ahí e intentando propagar la epidemia y con el grupo tratando de descifrar una estrategia para detenerlos. La gran diferencia será el desarrollo de la historia paralela, que involucra a los otros vampiros militarizados, que probablemente tienen una especie de riña interna con el Amo y quieren derribarlo, contando para ello con aliados humanos y con un gran soldado como Gus.

Puntaje del episodio: 7/10.
Puntaje de la temporada: 6/10.
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Ver también: Outlander y The Strain tendrán nuevas temporadas






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