Supernatural: Vi luz y entre… en Sam [Crítica 9x10]

El regreso de Supernatural es, sin dudarlo un segundo, el que más me alegra de todos. Será el fanatismo, serán las ganas o lo que ustedes más quieran… pero necesitaba de los hermanos Winchester y quería verlos pronto.

El capítulo me encantó aunque, ya en el final, haya tenido una resolución un tanto conocida y usada a lo largo de la serie: los hermanos vuelven a estar peleados. Pero es importante saber que Oasis, al final, siempre vuelve a tocar.

Un ángel, una lista y el rescate final

Como para recordar un poco en la última entrega Dean ( Jensen Ackles) descubre que el ángel que poseyó a Sam ( Jared Padalecki) no es quien dijo ser, sino el culpable de que el pecado ingresara en el paraíso y Dios lo abandonara. Además sufrimos una gran pérdida: Kevin ( Osric Chau) quien al parecer será el último profeta.

Dean y Castiel ( Misha Collins) toman como tarea despertar a Sam, con el único objetivo que rechace a Gadreel ( Tahmoh Penikett) y Crowley ( Mark Sheppard) cumple un rol fundamental en esto.  

Tanto en el momento de la tortura (que si no recuerdan fue utilizada antes con otro ángel y por esto Crowley conoce el método) como cuando Dean acepta que el rey de los demonios entre en el interior de su hermano, estuve esperando que los traicionara. 

Sabemos que los hermanos y Crowley tienen una relación un tanto extraña que va de ser socios a ser enemigos mortales y, haberlo tenido encerrado tanto tiempo, no podía mejorar la relación. Pero el trato era justo, ambos recuperaban su libertad.

Si bien me mantuvo atenta cada segundo ésta pelea interna que se desarrollaba dentro de Sam, tengo que reconocer que al final me resultó un tanto sencilla de ganar. Por ahí deberíamos haber visto un poco más de forcejeo y eventos súper naturales. Pero me alegra que Sam esté de vuelta, que Castiel tenga su "mojo" para poder curarlo y se, que tarde o temprano, existirá la reconciliación.

Un demonio, una promesa y el "Vote por mí"

"Vencido" Gadreel, Crowley obtiene su recompensa: la libertad  y sabe muy bien en qué la va a utilizar: Vencer a Abaddon ( Alaina Huffman). Si bien ocupa solo unos minutos de todo el episodio me encantó verlo resolver la situación como una campaña política: Vote por Crowley.

Es claro que nuestro rey de reyes no es un guerrero, sino un burócrata que tiene todo un sistema (efectivo) alrededor del mercado de almas. Y así, cuán corredor de bolsas, no va a dejarlo caer porque una señorita sedienta de sangre lo quiere.

Ahora en libertad espero que ésta competencia se torne más que interesante.

Puntaje: 9/10. Los hermanos Winchesters volvieron con emoción y muchas dudas.  Me encantó el ritmo del episodio y cómo las cosas se fueron desarrollando. Aunque la pelea entre los hermanos no me llena de felicidad, estoy segura que va a ser algo que se resuelva rápido.

Sam, no te olvides que dejaste casi abandonado a Dean en el infierno, luchando solo y sin tu ayuda. Eso algo debe valer.