Luego de 35 años, el dolor de la Guerra de Malvinas sigue ocupando un lugar importantísimo en el imaginario colectivo argentino. Resulta curioso que, tanto el conflicto como el género bélico, no hayan sido tratados por el cine local durante las últimas 3 décadas (salvo conocidas excepciones).
«Soldado argentino, solo conocido por Dios»: el regreso del cine bélico sobre Malvinas

En este terreno inexplorado desembarca « Soldado argentino, solo conocido por Dios». La cinta, premiada en el último Festival de Mar del Plata, «homenajea» la leyenda de Pedro, un soldado argentino no identificado que, tras la rendición de su regimiento, se negó a entregar las armas y murió en un combate final.
En este primer tramo, la historia se centra en 2 amigos cuya relación se ve atravesada por el conflicto. Tras hacer la colimba, Ramón (Sergio Surraco) regresa a su pueblo para descubrir que su amigo Juan (Mariano Bertolini) había empezado una relación amorosa con Ana, su hermana (Florencia Torrente). Esto, por supuesto, motiva una pelea.
Sus destinos se vuelven a cruzar algunos meses más tarde, cuando a Juan lo convocan para el ejército y es destinado a Chubut. De allí es enviado a Malvinas, donde se reencuentra con su amigo y comienzan a reconstruir su vínculo antes de que este sea enviado al frente de batalla.
Hasta allí, el planteo es mas o menos similar al de cualquier film bélico, con una fotografía impecable y una puesta en escena más que correcta. El ritmo narrativo está muy bien llevado y las escenas de combate provocan una tensión acorde al relato.
En la segunda mitad es cuando el film pega el volantazo y comienza a abordar las secuelas de aquellos que regresaron y ahora deben reinsertarse en la sociedad. Esto nos introduce en el derrotero de Juan que, apartado del mundo, se reencuentra con Ana (ahora periodista), con quien intenta desenterrar el misterio de la leyenda del soldado Pedro.
Sin embargo en las actuaciones el largometraje no termina de convencer, lo que redunda en que « Soldado argentino...» apele a ciertas tropes clásicas del género para reforzar la carga dramática de la historia.
Y si bien el film hace bien en denunciar el destrato sufrido por los ex-combatientes luego del conflicto, no tiene el mismo rigor para con la cúpula militar. Todos los soldados están bien equipados y con provisiones, las armas funcionan y los superiores mantienen un comportamiento ejemplar.
En esto quizá influyó la participación de los tres brazos del ejército que, junto a una muy buena postproducción, aportaron apoyo logístico y técnico que se ve reflejado en el realismo de las escenas de combate.
Tampoco es la primera vez que el director, Rodrigo Fernández Engler, aborda el tema Malvinas. En 2007 ya había realizado « Cartas a Malvinas», un film sobre 8 soldados a cargo de entregar a los soldados en el frente la correspondencia que llegaba a la isla.
De esta manera, « Soldado argentino, solo conocido por Dios...» ofrece, de la mano de un género prácticamente ausente en el cine argentino, una mirada interesante del conflicto que le hace justicia a la lucha de aquellos que combatieron en las islas y vivieron para contarlo.

