Sentimientos encontrados en Dexter [Crítica 8x03]

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En el anterior review pedía que la serie empezase a acelerarse y cogiera más ritmo, ya que, teniendo en cuenta que estamos en la recta final, los dos primeros capítulos de esta temporada habían sido algo descafeinados. ¿What eating Dexter Morgan? satisface mis demandas a medias, pues no es hasta los últimos 10 minutos cuando las cosas empiezan a ponerse realmente interesantes.

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Susto inicial

Rastros de sangre y el pequeño Morgan pidiendo ayuda a su padre a altas horas de la madrugada… ¿Estamos ante el inicio más trágico y demoledor de la historia de la serie? Estaba cantado que no; las supuestas manchas de sangres son de los helados de fresa que Harrison ingirió, provocándole dolores de barriga y un susto espantoso a su padre.

Escenas tan tiernas como la de Dexter (Michael C. Hall) curando a su hijo son las que nos hacen querer al personaje, aunque siempre queda la duda de si los sentimientos que parece sentir son reales o tan solo son una mera ilusión empática, cuestión que se plantea con más énfasis que nunca a lo largo del capítulo.

Deb inestable

Deb (Jennifer Carpenter) sigue en estado destructivo, vagando sin sentido por la vida y atiborrándose cada noche de alcohol hasta perder la consciencia. Por mucho que Dexter se esfuerce en estrechar vínculos con su hermana, la realidad es que él es el problema, no la solución. Su presencia es como una daga que se retuerce en el corazón de Deb, recordándola que el único hombre que ha amado es la causa de la pérdida de los principios morales que siempre defendió.

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Al ser encontrada ebria en su coche por un policía, Deb vuelve a recurrir a Quinn (Desmond Harrington) para que la saque del entuerto. Quinn ha amado a Deb y está dispuesto a hacer cualquier cosa por ayudarla, aunque veremos cómo reacciona cuando empiece a destapar ciertos secretos que esconden los hermanos Morgan. 

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Definitivamente, tiene todas las papeletas para ser el que descubra la verdad sobre la muerte de Laguerta. Mi teoría y deseo es que, en los próximos capítulos, Quinn acabe en la mesa de Dexter tras conseguir unas pistas definitivas que involucren a los Morgan en el asesinato de la teniente. Sería todo un puntazo por parte de los guionistas…

Investigador privado

A estas alturas sigo sin tener claro el papel que tendrá el detective Jacob Elroy en la trama. Sus apariciones hasta el momento no han aportada nada y Sean Patrick Flanery no acaba de dotar al personaje del magnetismo necesario para seducirnos. Habrá que darle unos capítulos de margen, aunque el final está cada vez más cerca y no estamos como para andarnos con demasiados rodeos ni casos insignificantes como el de este capítulo.

Juego macabro

La doctora Vogel (Charlotte Rampling) vuelve a recibir trozos de cerebro del descuartizador, que sigue dejando víctimas a su paso ante la inoperancia policial y mantiene esta fijación obsesiva con la doctora. Es un macabro juego que recuerda al que Brian Moser (Christian Camargo) mantuvo con Dexter durante la primera temporada. Espero que su resolución nos traiga un giro en la serie que sea, al menos, la mitad de culminante que resultó el del ‘Ice Truck Killer’

Dexter y la doctora Vogel siguen dando palos de ciego y sus sospechas continúan siendo erróneas aunque, en este caso, Dexter se encuentra ante un hombre que colecciona las partes corporales de sus víctimas en la cocina y,por ende, un potencial trofeo más para su historial.

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El ritual que suele realizar Dexter antes de sacar una vida suelen implicar una larga explicación del maestro de ceremonias sobre las causas por las que el invitado de honor se encuentra atrapado en una mesa. En esta ocasión, el monólogo previo ha tenido muchas similitudes con el que tuvo con Estrada en el 7x12. En ambos Dexter se compara con su víctima y admite sin rodeos que comparte la oscuridad y maldad de aquellos a los que asesina.

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El amor del psicópata

Me dejo para el final la escena que me ha parecido más importante del capítulo y que puede resultar un paso mayúsculo para el personaje de Michael C.Hall. ‘Si Deb sabía quién eras y lo que hacías, ¿Por qué no la mataste?’ le pregunta con naturalidad la doctora Vogel, a lo que Dexter responde con unas dudas que estremecen.

No se le ve del todo seguro e insiste en que su amor por su hermana es incombustible, pero le cuesta encontrar argumentos factibles para defender este sentimiento. Partiendo de la base de que un psicópata no puede tener empatía ni sentimientos, lo que Dexter aduce como amor o cariño puede ser el resultado de una falsa sensación basada en la búsqueda de su propia estabilidad.

Esta teoría de la doctora Vogel nos abre innumerables posibilidades para el devenir de la serie, tanto en la relación de Dexter con Deb como con el eventual y esperado retorno de Hannah Mckay. Por mi parte, sigo creyendo que Dexter realmente ha sentido amor durante el transcurso de la serie, de diferentes formas, por Rita, Hannah y Deb, aunque a su manera.

La verdadera cuestión es si, llegada la hora de la verdad, antepondría la seguridad de cualquiera de estas mujeres (en el caso de Rita ya no puede hacer gran cosa…) a la suya propia. O, poniendo una situación límite, sacrificaría todo por su hijo Harrison. Tal como dice la doctora Vogel; Dexter es perfecto en su papel de justiciero, pero en el aspecto personal es un ser que, en principio, no tiene sentimientos.

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Confesión

El clímax llega cuando Deb aparece en el Departamente de policía con la firme intención de declararse culpable por el asesinato de Laguerta, pero Quinn aparece a tiempo y llama a Dexter para explicarle la situación. No soy un gran fan de este personaje, ni mucho menos, pero se supone que, teniendo un mínimo de instinto policial, no debería tardar en atar todos los cabos y darse cuenta de lo que está pasando delante de sus narices. 

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La llegada de Dexter ha sido trepidante, drogando a Deb en una de las salas de interrogación y llevándosela a hombros bajo la excusa de que se había desmayado. Me chirría que Dexter se saliese con la suya con tanta facilidad, aunque es algo que ya nos tienen acostumbrados en esta serie. 

La clave es no molestarse por estos pequeños detalles y tratar de disfrutar del desarrollo del argumento sin exigirle la veracidad de otras producciones más realistas como ‘The Wire’ o ‘The Shield’. Seguidamente, Dexter encadena a Deb en el salón y deja a la doctora Vogel la tarea de recomponerla.

El ritmo de la temporada sigue siendo lento y la sensación que nos ha dado hasta el momento es algo decepcionante. Posiblemente sea debido a las altas expectativas que teníamos después del espectacular final de la séptima temporada, pero realmente esperábamos un inicio más fulgurante.

Por el otro lado, el dinamismo de los últimos minutos deja entrever que lo que nos viene a continuación puede dejarnos con la boca abierta. La introducción de personajes nuevos en esta recta final ha ralentizado la trama pero mantenemos la esperanza de que los guionistas consigan unir los diferentes cabos para mostrarnos una historia que esté a la altura.