El estadio Maracaná de Rio de Janeiro, el más grande de Brasil, sirvió como escenario para una de las gestas deportivas más inesperadas y heroicas de la historia del fútbol mundial, que ha pasado a ser reconocida con el nombre de " Maracanazo" en honor a este emblemático estadio.
Maracaná, la película

Los de afuera son de palo
El Maracaná fue la sede donde se llevó a cabo la final de la Copa del Mundo de 1950, en la que se enfrentaron Brasil y Uruguay.
Dado que Brasil era el local, que venía de una racha deportiva implacable, que era un país gigante de más de 100 millones de habitantes que se enfrentaba a uno muy pequeño, cuya población no superaba los 3 millones, y que sólo le alcanzaba con el empate para coronarse como campeón, todo el país se preparaba para celebrar su primer Campeonato Mundial en Fútbol, y nadie imaginaba otro desenlace posible.
Tanto el público como la prensa anunciaban a Brasil campeón desde días antes del encuentro, y las más de 200.000 personas que acudieron al estadio ya festejaban eufóricamente el triunfo antes de siquiera comenzar el partido.
Esta sensación de victoria inminente e inevitable creció cuando Brasil se puso en ventaja, a poco de comenzado el segundo tiempo. Sin embargo, Uruguay se las arregló para anotar 2 goles -el segundo a sólo 11 del final del partido- y la celebración de todo un país fue arruinada.
Este partido ha quedado como uno de los momentos deportivos más traumáticos para Brasil, pero para Uruguay es un símbolo histórico que excede al deporte y ha pasado a formar parte de la identidad nacional, representando el espíritu de lucha y la superación de las adversidades.
Durante este encuentro el emblemático capitán uruguayo Obdulio Varela alentó a sus compañeros con la famosa frase que ha quedado grabada para la historia: " Los de afuera son de palo", haciendo referencia a que toda la hinchada alentaba por Brasil.

El triunfo del más débil
Sin dudas, el Maracanazo tiene algo de poético y es una historia que, si cambiamos los detalles circunstanciales, ya hemos visto en el cine: la conmovedora historia del que todos dan como perdedor pero se alza con el triunfo contra todos los pronósticos. De modo que es natural que esta historia real sea llevada a la gran pantalla, aunque en este caso se trate de un documental y no de una ficcionalización dramática.
Los realizadores uruguayos Sebastián Bednarik y Andrés Varela (cuya película anterior es un documental sobre el Mundialito, un torneo realizado en Uruguay en 1980, en medio de un conflictivo panorama social y político, sobre el que intenta echar luz la película) adaptaron el libro Maracaná, la historia secreta, del autor Atilio Garrido, que rinde homenaje a esta gesta deportiva y recorre cronológicamente los eventos que llevaron a Uruguay a obtener su segundo campeonato mundial de fútbol.
A través de imágenes inéditas y de los testimonios de algunos de los involucrados, la película refleja los momentos claves de aquella épica hazaña deportiva, sus entretelones sociales y políticos y sus consecuencias, tanto para las sociedades de Uruguay y Brasil, como para algunos de los jugadores que protagonizaron la gran final.
En su sitio oficial, se anuncia que este documental es "una metáfora sobre la manipulación de los pueblos a través del deporte y la voluntad de los individuos intentando dignificarse más allá de las fuerzas externas que los doblegan".
Maracaná, la película, se estrenará en Uruguay con una función especial en el no menos emblemático Estadio Centenario de Montevideo, el próximo 12 de marzo, poco tiempo antes de que, en Brasil, dé comienzo la Copa del Mundo 2014, que significa para este país una nueva oportunidad de celebrar con toda su gente un campeonato mundial, tratando de que nadie arruine la fiesta.









