El penúltimo episodio de la tercera temporada de The Vampire Diaries tuvo de todo un poco. Algunos viejos enemigos juntaron fuerzas para combatir al nuevo villano, pero también para quitar del medio a otro. Elena se prepara para tomar una gran decisión, y nosotros nos preparamos para lo que parece ser un gran final de temporada.
Lo bueno dura poco en The Vampire Diaries

Hasta pronto Klaus
El episodio comenzó con un poco de humor (cosa que no le vino nada mal después de tanto drama seguido). Al ritmo de una música bastante rockera ( Start to Run de Middle Class Rut) vimos a Alaric ( Matt Davis) arrastrar a una inconsciente Caroline ( Candice Accola) dentro de la escuela. Acto seguido, una escena un tanto cómica en la casa de los Gilbert, donde Damon ( Ian Somerhalder) y Stefan ( Paul Wesley) intentaban defenderse del ataque de Klaus ( Joseph Morgan).
Recién convertido en vampiro, Alaric se da cuenta de que no todos los vampiros son mosntruos, y que en su estado actual puede ser el “cazador de vampiros” que siempre quizo ser, o al menos eso pareció. Matt Davis volvió a brindar una gran actuación, sin duda, una de las mejores del show. Sus cambios de personalidad son constantes, y son logrados de forma muy sútil. Además, la forma en que deja ver todo su “nuevo yo” violento, atacando a Caroline, Stefan y Damon; se contrasta con un cierto instinto protector hacia Elena.
Elena se dio cuenta que para poder detener a Alaric y salvar a Klaus, era necesario que su vida corriera peligro. Por un instante me pareció ridículo verla con un cuchillo a punto de cortar su garganta, es más, no la creí capaz de hacerlo. E aquí algo que se me había pasado completamente por alto. Cuando Esther ( Alice Evans) transformó a Alaric, ligó su vida a la de Elena ( Nina Dobrev), por lo que ahora la supervivencia de uno depende del otro.
La ambición le pudo más a Klaus que, hasta el minuto final, seguía empesinado con crear un ejército de híbridos, y para lograrlo necesita la sangre de la doppelganger (Elena). Aquí es cuando Bonnie ( Kat Graham) vuelve a entrar otra vez en acción. Al comienzo del episodio fue advertida por Abby que la magia negra es peligrosa para ella, y en el momento en que estaba realizando el hechizo, se vio reflejado en su rostro la… satisfacción. Ojalá que en la próxima temporada veamos un poco más de este personaje, sería interesante ver qué sucedería con la bruja si comienza a experimentar con su lado más oscuro.

Hay que mencionar que fue bastante sorpresivo ver a Damon, Stefan, Bonnie, inclusive Klaus y Abby ( Persia White), trabajando juntos. Pero inclusive con un plan para intentar detener a Alaric, no debería haber sido muy sopresivo el hecho de que la “pequeña comunidad de héroes improvisada” se disolviera tan rápido, y se volvieran todos otra vez contra Klaus.
La maniobra estuvo bien manejada. Casi todo el capítulo giró en torno a el nuevo asesino de vampiros, y sólo hacia el final recordamos que el original (Klaus) es quien ha estado causando tantos problemas a lo largo de toda la temporada, y había que acabar con él de alguna forma. Estoy segura que este no va a ser el final definitivo de Klaus, y veremos más de él en el futuro. Después de todo no está muerto, sino más bien disecado.
Lo bueno dura poco
Ya hacia el final, todo regresó a la normalidad. Una vez que Elena estuvo sana y salva en su hogar, se encontró con sus amigos preparando la “Fiesta de la Victoria contra Klaus”, cosa que nos prepara para el final de temporada. Fue bueno ver a todos los amigos juntos, reunidos y celebrando la “derrota” del vampiro original que, por ahora, está fuera del mapa. Lo único que llamó mi atención, a pesar de no ser muy relevante, fue Elena bebiendo alcohol y poniéndose a pintar luego de haber perdido tres litros de sangre.
Los hermanos Salvatore también tuvieron su momento. Hacie el final su vínculo parece estar más unido que nunca, lástima que eso que tanto los une sea una chica. Al final de todo esa unión pende de un hilo que podría quebrarse la próxima semana, si Elena toma una desición sobre los hermanos. Para darle un final bien a lo película, Klaus pasará sus próximos días en medio del Atlántico, pero como todo lo que se tira al mar vuelve, no pasará mucho tiempo antes de escuchar su acento británico nuevamente.

Algunas observaciones. Matt ( Zach Roerig) quedó totalmente relegado de la acción, lo cual me pareció un poco injusto. Rebekah ( Claire Holt) tuvo una fugaz aparición al comienzo y luego decidió partir, una vez más, su personaje pasó sin pena ni gloria. Aunque algo me dice que estos dos personajes se van a redimir en The Departed, el último episodio. La situación pinta bien para Caroline y Tyler, aunque me hubiera gustado que sucediera algo entre la Rubia y el vampiro original. Y por último, el regreso de Abby me pareció irrelevante, un hubo ni una conversación, ni disculpas, ni nada.
En otras noticias, The Vampire Diaries ha sido renovada para una cuarta temporada, la cual podremos ver hacia fines de este año. Sólo un episodio par aver cómo se van a resolver las cosas. Ahora que Klaus no está, es más que seguro que Alaric pasará a tomar la delantera en el lugar de villano. ¿Veremos a Elena hacer alguna desición que afecte drásticamente el futuro del programa?






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