La boda roja en Game of Thrones [Crítica 3x09]

Sabiendo como sabíamos, basándonos en las temporadas anteriores de Game of Thrones, que el penúltimo episodio de cada temporada suele ser el de mayor intensidad y el que incluye los acontecimientos más importantes, para luego lidiar con sus consecuencias en el final de temporada, aún nunca hubiéramos podido imaginar el impactante y sorpresivo giro del final que nos entregó este episodio de la temporada 3 de Game of Thrones.

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Probablemente sea uno de los momentos más violentos y de mayor conmoción que se hayan visto en la historia de la televisión y que, sin dudas, quedará entre los episodios más recordados por todos los fanáticos de la serie.

Antes del final

En el episodio 9 de la primera temporada vimos la muerte de Ned Stark ( Sean Bean) y, a partir de allí, tendríamos que haber sabido que George R. R. Martin no tiene ningún reparo a la hora de matar a uno de los personajes principales.

Pero en este caso, la apuesta del autor fue bastante más arriesgada y, por lo tanto, vimos un momento bastante más terrible y trágico (y también más sorprendente y menos esperable), con la sangrienta venganza planeada por Lord Walder Frey ( David Bradley) luego de que Robb Stark ( Richard Madden) no aceptó casarse con una de sus hijas.

Esto terminó entonces con la muerte del propio Robb Stark, de su madre Catelyn ( Michelle Fairley) y la de Talisa ( Oona Chaplin), su esposa embarazada, justo después de que todo parecía resultar perfecto para todos.

Imagen HBO LA Press

Se había dicho frecuentemente con anterioridad que los showrunners David Benioff y D. B. Weiss habían leído en el libro una escena tan impactante que fue la que los llevó a realizar la adaptación de la historia a la televisión; queda claro que, en el show, este momento fue igual de sorpresivo y traumático para los espectadores como lo fue para los lectores.

Sin dudas, no estamos acostumbrando a ver este tipo de cosas en la televisión (ni en el cine ni en ninguna historia de ficción, donde se supone que los personajes buenos y rectos siempre sobreviven, y más aún si los hemos conocido a fondo) y eso es lo que hace a Game of Thrones una serie única. 

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Con la enorme cantidad de personajes que hemos conocido y por los que nos hemos preocupado desde el comienzo de la serie, es la única que puede eliminar a tres de ellos en un solo momento y mantenernos interesados en el resto, en cómo esto afectará a los demás y las numerosas historias paralelas que se han ido tejiendo. Y de paso, generar una sensación de tragedia y de desamparo que probablemente ninguna otra serie dramática haya alcanzado ni vaya a alcanzar.

Imagen HBO LA Press

Pero esta escena final no sólo fue impactante por lo que pasó sino también por cómo pasó: las primeras puñaladas en el vientre de Talisa, las flechas arrojadas desde arriba, el intento desesperado de Catelyn de salvar a su hijo, asesinando a una joven inocente, y la puñalada final a Robb por parte de Lord Bolton ( Michael McElhatton), con "saludos de los Lannister" incluído.

Las pequeñas tragedias

Por si esto fuera poco, el sentimiento trágico y de pérdida se observa a lo largo de todo el episodio. Arya ( Maisie Williams) viaja con Sandor “El Perro” Clegane ( Rory McCann) rumbo a Los Gemelos y va con la esperanza de ver a su familia, a la que no ve desde hace mucho tiempo; antes, casi como una profecía, Sandor le echa en cara el miedo que siente al estar tan cerca. Lamentablemente, Arya nunca volverá a ver a su madre ni a su hermano. 

Jon Snow ( Kit Harington) se encuentra muy cerca de sus pequeños hermanos Bran ( Isaac Hempstead-Wright) y Rickon ( Art Parkinson), pero él no sabe que ellos están allí en la torre y, por otra parte, debe huir de los Salvajes, luego de haberse enfrentado con ellos y demostrar que sigue siendo de la Guardia de la Noche. Por este motivo, debe separarse de Ygritte ( Rose Leslie). Bran decide separarse de su hermano también, para dirigirse, junto a Jojen Reed ( Thomas Brodie Sangster) al norte del Muro. 

Imagen HBO LA Press

Daenerys Targaryen ( Emilia Clarke) fue la única que se alzó con un triunfo en este episodio (si descontamos a Lord Frey que, más que un triunfo, obtuvo su cruel venganza, y al hermano de Catelyn y tío de Robb, Edmure Tully, que dadas las circunstancias, sacó el mejor resultado posible).

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Las tensiones internas en el triángulo “amoroso” formado por Daenerys, Ser Jorah ( Iain Glen) y Daario Naharis ( Ed Skrein) son evidentes. Jorah se siente desplazado por la evidente atracción entre Daenerys y Daario, pero de todas maneras esto no impide que, en la batalla, y acompañados por el leal soldado Gusano Gris ( Jacob Anderson), sean implacables.

Las cosas le han ido demasiado bien a Daenerys y, a la luz de los hechos de este episodio, esperamos que sus causas justas y sus conquistas, no deparen un trágico destino para ella.

Puntaje: 9.5/10. Sin dudas, uno de los episodios más relevantes y potentes de la televisión, que cambia profundamente no sólo los acontecimientos del show de aquí en más, sino también nuestra forma de enfrentarnos a ella.