Historias de venganza en Game of Thrones [Crítica 3x04]

Seguramente algunos que consideraron los primeros episodios de la temporada 3 de Game of Thrones como algo faltos de acción han tenido de sobra lo que reclamaban con los últimos o, sobre todo, con este último episodio de Game of Thrones, llamado And Now His Watch Has Ended (Y ahora su guardia ha terminado).

Este episodio fue por momentos tenso, por momentos sorpresivo, por momentos cruel y brutal y, finalmente, fue épico y emocionante. Sumó algunas subtramas realmente interesantes (sobre todo de la mano de Lord Varys que en este episodio ganó bastante protagonismo) y tuvimos importantes puntos de inflexión en varias de las historias que veníamos siguiendo.

La mano del matarreyes

Se podría decir que casi todo este episodio está atravesado por la brutalidad y la crueldad, aunque ejercidas con cierto afán de venganza. Esta crueldad se hace manifiesta ya en el comienzo y es aplicada sobre el otrora despreocupado, sarcástico y poderoso Jaime Lannister ( Nikolaj Coster-Waldau).

La serie nos ubica en un lugar extraño, al ver tan impotente y disminuido a alguien que siempre pareció, incluso en las más difíciles, estar por encima de las circunstancias. Es raro sentir compasión por un personaje que no dudó ni un segundo en empujar a un niño al vacío por su propio bien, pero eso es lo que logra Locke ( Noah Taylor) uno de los personajes más despiadados que hayan aparecido en Game of Thrones.

Lo curioso además, como mencionaba en la reseña del episodio anterior, es que Jaime Lannister está recibiendo todo este castigo (el peor de su vida) justo después de haber hecho una buena y desinteresada acción (probablemente la única en su vida) para ayudar a Brienne de Tarth ( Gwendoline Christie).

Brienne sabe que Jaime la ayudó y no soporta verlo así, rendido, sin ganas de comer y dispuesto a morir. Sin dudas que después de este tiempo juntos, los dos han llegado a desarrollar ciertos sentimientos por el otro, sino de amistad al menos de respeto, pero en su relación -justamente una relación basada en el respeto tácito mutuo- poner de manifiesto los sentimientos es algo impensado.

Por eso Brienne trata de animar a Jaime casi que insultándolo y, aunque luego no vemos la respuesta de Jaime cuando Brienne le pregunta por qué la ayudó, es seguro que la respuesta no será que se preocupa por ella, aunque en realidad sí lo hace.

Crimen y castigo

La crueldad extrema es también aplicada sobre Theon Greyjoy ( Alfie Allen), y de una manera bastante retorcida por el joven que fingió ayudarlo a escaparse, asesinó a los que quisieron capturarlo y luego lo condujo de vuelta al lugar de donde había escapado, haciéndole creer que allí estaría a salvo, pero dejándolo finalmente a disposición de los mismos torturadores de los que escapó.

Es realmente interesante que, durante las dos temporadas anteriores, la serie se haya asegurado de despertar en la audiencia un sentimiento de desprecio hacia Jaime Lannister y Theon Greyjoy, y ahora someta a los dos personajes a estas situaciones tan brutales y extremas, como poniendo a prueba el sentimiento de odio del espectador hacia hacia ellos.

Es que el afán de venganza que mencionaba al principio, en lo que respecta a estos dos personajes, estaba de alguna manera ubicado en la audiencia. No sé si a todos les sucede lo mismo, pero la situación de los dos me despierta algo de compasión y lástima, incluso recordando lo que fueron capaces de hacer. 

Una situación similar parece ser la de Lord Varys ( Conleth Hill) y su venganza ante el hechicero que lo convirtió en un eunuco cuando era niño. Lo del hechicero fue realmente sádico, según se lo cuenta Varys a Tyrion ( Peter Dinklage), pero la imagen de un anciano maniatado y encerrado en una caja también lo es. 

Varys, luego, descubre el plan de Lord Baelish ( Aidan Gillen), que consiste en ayudar a Sansa Stark ( Sophie Turner) a escapar de Desembarco del Rey para casarse con ella y luego hacer uso de los beneficios que el nombre Stark significa en Invernalia. Al hablar Varys con Lady Olenna Tyrell ( Diana Rigg), ponen en marcha un plan que le permitirá a Sansa estar a salvo (y, de paso, también beneficiar a la familia Tyrell).

La liberación

Otra situación que se presenta como una verdadera y justificada venganza es la de algunos rebeldes de la Guardia de la Noche que, cansados de los malos tratos, el desprecio y la mala comida de Craster ( Robert Pugh), un salvaje que mata a sus propios hijos y se casa con sus hijas, terminan atacándolo y matándolo.

Todo este caos desatado dentro de las instalaciones de Craster determinó además la muerte de Jeor Mormont ( James Cosmo), a manos de uno de sus súbditos, lo que tendrá importantes repercusiones dentro de la Guardia de la Noche. Por otra parte, la pelea también le dio la posibilidad a Sam ( John Bradley) de ayudar a Gilly ( Hannah Murray) a huir.

El episodio marcó además la gran aparición de Beric Dondarrion ( Richard Dormer), líder de la Hermandad sin Estandartes, que luego de presenciar la valentía de Arya, sentenció a Sandor Clegane ( Rory McCann) a un juicio por combate, por lo que "el perro" deberá combatir con el propio Beric Dondarrion.

Finalmente, vemos el intercambio de Daenerys ( Emilia Clarke) con Kraznys ( Dan Hildebrand), en el que ella se apodera de los 8.000 esclavos y él, aparentemente, de uno de sus dragones, el momento que siguió a esta escena fue uno de los mejores de toda la serie.

No fue del todo sorprendente (uno se podía imaginar que algo similar tramaba la Khaleesi) pero aún así, la impecable ejecución de las escenas, con el imponente ejército formado en filas, los dragones y el fuego, la gran actuación de Emilia Clarke (la revelación de que comprendió cada una de las palabras de Kraznys en idioma valyrio) y el sentimiento de venganza (nuevamente), pero además de liberación, de los esclavos, conformaron un final emocionante y único. Ahora Daenerys parece realmente invencible.

Puntaje: 9. Uno de los mejores episodios de la serie.