Game of Thrones: las leyes de los hombres y los dioses [Crítica 4x06]

Habiendo superado ya la mitad de la temporada 4 de Game of Thrones, se puede notar que todas las historias paralelas, a lo largo y ancho de Westeros, van apuntando a sus momentos de mayor conflicto e intensidad.

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Es por eso que este sexto capítulo, si bien es un gran episodio en el que suceden muchas cosas importantes, es también un capítulo de transición, uno en el que casi todo lo que sucede es la puesta en marcha de algo más, de algo que una vez finalizado el episodio ha quedado pendiente, y cuyo desenlace conoceremos más adelante.

El impulso renovado de Stannis Baratheon, las complicaciones recientemente encontradas por la Khaleesi, los peligrosos planes que trama Ramsay Snow y, por supuesto, el juicio de Tyrion Lannister, que ocupó la mayor parte (y la más inquietante) de todo el episodio, que terminó con una gran vuelta de tuerca.

Dinero, poder y justicia

Se podría decir además que este capítulo, apropiadamente titulado “Las leyes de los hombres y los dioses”, es uno de los más políticos de la serie, uno que permite fácilmente trazar comparaciones con las nociones del poder económico, del poder político y de justicia que tenemos en el mundo actual.

Al comienzo del capítulo podemos conocer la extraña e impresionante ciudad de Braavos, a la que se dirigen Stannis y Ser Davos para pedir dinero en el Banco de Hierro, una institución que sería el FMI de Westeros.

El poder de esta institución reside en el oro y no en la espada y, naturalmente, se beneficia con la guerra y con los conflictos, en los que los países gastan mucho dinero. Ahora no sólo los Lannister y la Corona están en deuda con el Banco de Hierro, sino también Stannis, gracias al convincente discurso de Ser Davos. Y estos dos deudores, van directo a pelear entre ellos e, independientemente de quién gane el poder político, éste quedará subordinado al poder económico del Banco de Hierro.

En el rol del director del Banco de Hierro, Tycho Nestoris, apareció Mark Gatiss, también conocido por ser el hermano de Sherlock, un hombre poderoso tanto en Londres como en Braavos. 

Daenerys Targaryen se ha establecido en Mereen y se ha proclamado Reina, intentando gobernar con justicia y bondad, aunque estos dos aspectos no siempre van de la mano.

Se podría decir que hay algo inherentemente injusto en el ejercicio del poder, pero además, en este caso, Daenerys no supo reconocer el buen consejo de Ser Barristan Selmy y ha pagado las consecuencias, aprendiendo, no de la manera más agradable, que no existe un único criterio de justicia, ni una única forma de aplicarla.

Mientras tanto, sus dragones han ido creciendo de manera alarmante y ahora están en un periodo de rebeldía adolescente en el que no hacen más que causarle problemas a su madre, prendiendo fuego campos y cabras. 

Uno de los villanos más crueles y despiadados de la televisión sigue haciendo de las suyas. Ramsay Snow ha completado exitosamente el lavado de cerebro de Theon Greyjoy (perdón, Hediondo), arruinándole por completo su identidad y arrebatándole su dignidad, por lo que su valiente hermana movilizó a sus tropas y perdió a algunos hombres en el camino por nada.

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De todas maneras, Ramsay no está conforme aún y ahora se dispone a tomar el Foso Cailin con la ayuda de Hediondo.

Un juicio injusto

Finalmente, llegó el esperado juicio por el asesinato del Rey Joffrey, con Tyrion como principal y único acusado. Teniendo en cuenta el jurado y los testigos declarantes, este juicio tiene tanto de justicia como Tyrion de altura.

Oberyn Martell, a pesar de haber jurado una venganza en contra de los Lannister, parece ser el más sensato y neutral en el jurado. Se puede sospechar que posee cierta simpatía por Tyrion, por sus hábitos y su forma de ser, y porque internamente sabe que no fue él el culpable, aunque también parece tener un cierto desdén por algo que sabe es una farsa.

Tywin Lannister sin embargo, con su antiguo y profundo odio a su hijo enano, y Mace Tyrell, un hombre sin ninguna personalidad que acaba de cerrar un acuerdo político con el primero, no dudarían en mandar a decapitar a Tyrion. Más allá de los esperables testimonios de Ser Meryn Trant, de Maester Pycelle y de Cersei, fue algo sorpresivo el de Varys, un hombre generalmente bienintencionado. Pero nadie quiere ser el defensor de un asesino de reyes.

De todas maneras, la mayor sorpresa fue la aparición de Shae y su duro testimonio en contra de Tyrion, alguien que siempre trató de protegerla.

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La escena de este juicio falso y completamente sesgado fue capaz de generar un nivel de indignación y rabia similar al del legendario juicio militar de la película Paths of Glory (1957) de Kubrick, pero aquí, en cambio, el giro del final nos permite un momento de catarsis, que nos deja expectantes y contando cada minuto hasta el próximo episodio.

Otras observaciones: 

• “Aquí nuestros libros contienen números, preferimos las historias que ellos cuentan. Son más sencillas, menos sujetas a interpretaciones”. Tycho Nestoris.
• El sueño de Daenerys parece haber terminado y se percibe un cierto fatalismo detrás de su historia. Una cosa es romper las cadenas y castigar a los amos, pero otra distinta es gobernar a un pueblo libre. Cualquier semejanza con la realidad y las gestas revolucionarias no son casualidad. 
• Si se siguen agregando títulos y nombres a la Khaleesi, pronto van a tener que hacer episodios más extensos para poder pronunciarlos en su totalidad. Este es ahora: "Daenerys de la Tormenta, de la Casa Targaryen, la primera de su nombre, la que no arde, reina de Mereen, reina de los Ándalos y de los Primeros Hombres, Khaleesi del Gran Mar de Hierba, Rompedora de Cadenas y Madre de Dragones".
• En medio de todo este caos que involucra a un pequeño hombre al que su padre y su hermana están dispuestos a mandar ejecutar por un crimen que no cometió, fue agradable tener al menos una pizca de amor familiar, con Jaime dispuesto a hacer ciertos sacrificios para salvar la vida de su hermano.
• “Ojalá fuera el monstruo que ustedes creen que soy. Ojalá tuviera suficiente veneno para todos ustedes. Daría mi vida alegremente para ver como se lo tragan”. Tyrion Lannister.

Puntaje: 9/10.