Luego de una espera inusual de dos semanas, llegó el capítulo más anticipado de la temporada 4 de Game of Thrones, uno que será recordado por todos los fanáticos gracias al mortal enfrentamiento entre Gregor “La Montaña” Clegane y Oberyn “La Víbora” Martell, pero que tuvo además otros momentos claves y significativos.
Game of Thrones: La Montaña vs. la Víbora [Crítica 4x08]

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La pelea que todos ansiábamos y que determinaría el destino de Tyrion Lannister se hizo esperar hasta el final del episodio, pero antes tuvimos noticias sobre la cada vez más cercana y amenazadora llegada de los Salvajes a Castillo Negro, vimos cómo el sádico y despreciable Ramsay Snow va acumulando cada vez más poder, nos enteramos de la poco agradable sorpresa que tenía guardada Ser Jorah para la Khaleesi y observamos cómo Sansa va lentamente aprendiendo los mecanismos del engaño y la manipulación de la persona que más sabe de ello.
La espera y la traición
Las cosas lucen bastante sombrías para Jon Snow y el resto de la Guardia de la Noche, a medida que los Salvajes comandados por Mance Rayder –pero con los temibles Tormund y Styr encabezando las acciones, y con Ygritte como la única que es todavía capaz de mostrar clemencia– se acercan a Castillo Negro, con 10 veces más hombres que los que están allí para defenderlo.
La Guardia de la Noche no sólo no tiene un plan definido para defenderse sino que además sus comandantes no escuchan al único soldado que podría conocer los movimientos y las costumbres del bando rival. Pero como en Juego de Tronos nunca nada es lo que parece, el hecho de que la Guardia de la Noche aparezca como tan indefensa y menoscabada, no hace más que infundir una cierta esperanza en su destino.

Al otro lado del Mar Angosto, mientras Daenerys Targaryen intenta aprender el oficio de reinar con justicia, las complicaciones siguen surgiendo para ella, desde los lugares más inesperados.
No sería extraño que detrás de ese misterioso papel que le fue entregado a Ser Barristan Selmy, informándole de la traición de Jorah a la Khaleesi, esté Lord Varys, que hace un par de episodios había deslizado esta información en la reunión del consejo en Desembarco del Rey.
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Varys aseguró que Jorah ya no era un espía y que se había vuelto leal a Daenerys, lo cual suena bastante razonable si tenemos en cuenta esa especie de enamoramiento y fascinación no correspondida que se apreciaba cada vez que los dos hablaban, pero proveer de forma anónima esta información deja a Daenerys sin uno de sus más expertos consejeros.
La subtrama que siguió a Gusano Gris y Missandei y esa especie de romance platónico que hay entre ellos no pareció encajar del todo en este episodio. Tal vez esta siga después su desarrollo y termine por afectar otros aspectos importantes de la trama, pero más allá del interés científico o médico que pueda provocar el surgimiento del deseo en un eunuco, parece una historia completamente innecesaria.
Finalmente: la pelea
El desarrollo y el desenlace final del enfrentamiento entre La Montaña y Oberyn Martell no sólo fue desolador y sorprendente, sino que sirve como metáfora de toda la serie y ese mundo sombrío y aterrador en el que transcurre Game of Thrones.
La justicia y el triunfo del bien es sólo una fugaz ilusión pasajera, unos pocos minutos de respiro y esperanza que en un segundo se esfuman, cuando la realidad vuelve con toda su fuerza y nos golpea, recordándonos que las cosas suceden porque sí, que no hay dioses (o, si los hay, son extremadamente crueles) y que todo es caos y destrucción.


Tyrion parece condenado a morir decapitado con este resultado en la batalla, pero hay algo que seguramente arroje incertidumbre sobre el juicio por combate. Oberyn Martell se ganó el apodo de “Víbora Roja” debido a que en sus peleas utiliza armas envenenadas y, antes de morir de una de las peores maneras que se hayan visto en Game of Thrones, alcanzó a clavarle una lanza a La Montaña.
Si el gigante luchador no sobrevive a la pelea por culpa de esa lanza envenenada, ¿quién ganó realmente la pelea? (esto es una vaga especulación, y suena improbable que, arreglado como estaba el juicio, alguien decida plantear esta interrogante, pero también cuesta imaginar que tras este trágico final para el gran Oberyn Martell veremos también la muerte de Tyrion Lannister).
Otras observaciones:
- La reacción de Arya al enterarse que viajaron durante meses hacia este lugar en vano y que nuevamente un miembro de su familia muere poco antes de su llegada, dice mucho acerca de su carácter. También fue uno de los momentos más divertidos de toda la serie. La expresión de decepción de Sandor fue no menos imperdible.
- El largo monólogo de Tyrion sobre su primo tonto que no hacía más que matar escarabajos fue muy curioso y probablemente sirva también como una especie de metáfora. Tal vez los dioses o el tiempo son ese primo bobo y los escarabajos son los hombres, muertos, aplastados, sin razón aparente y sin que nadie pueda explicar por qué. Una teoría circulando en internet también sostiene que el “primo” es George R.R. Martin, y los escarabajos muertos son los personajes de Game of Thrones.
- “Decidir la culpabilidad o inocencia de un hombre ante los ojos de los dioses, haciendo que otros dos hombres se corten a pedazos entre sí, dice mucho de los dioses”. Tyrion Lannister.
- “¿Contra ESO vas a luchar”. Ellaria Sand al ver a La Montaña.
- "Voy a matar a ESO". Oberyn Martell. Tal vez finalmente haya cumplido su promesa.
Puntaje: 8/10.






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