Gajes del oficio en House of Cards [Crítica 1x05]

Ganarse enemigos va ligado directamente a la política, es imposible caer bien a todo el mundo, menos en un mundo donde las mentiras son un bien necesario para salir a flote, y eso se refleja claramente en este episodio de House of Cards. El problema para Frank Underwood ( Kevin Spacey) es que su lista de adversarios empieza a ser demasiado extensa.

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Underwood va colocando parches que consiguen frenar todos los desbordes pero, conforme van avanzando los capítulos, la sensación de angustia va in crescendo. Nuestro político ha salido, hasta el momento, ganador de todas sus disputas, pero las complicaciones son cada vez mayores y la tensión está latente en cada escena.

Las mentiras

En el capítulo anterior vimos a Frank acostándose con la joven periodista Zoe Barnes ( Kate Mara). Las repercusiones mayores de tal acto aún no han llegado, pero ya han surgido las primeras miradas de desconfianza entre el matrimonio. Sin tiempo para darle más vueltas al asunto, Frank se encuentra con el sindicato de profesores en pie de guerra, dispuestos a echarse atrás en la reforma de la educación, ofendidos por las mentiras que dijo Underwood en la reunión que tuvo lugar semanas atrás.

"No es mentir, es hacer política " dice Underwood para excusarse. Aunque tal afirmación parezca indignante, no por ello es menos cierta. Enseñar todas tus cartas desde un comienzo no es la mejor táctica para negociar, hay cosas que debes esconder para alcanzar tus objetivos. Pese a todos los esfuerzos  de Underwood, no hay manera de que las negociaciones lleguen a buen puerto.

La fiesta

La fiesta que organizaba Claire ( Robin Wright) corre el riesgo de suspenderse por falta de alojamiento. Un problema con la reserva del local pone patas arriba el evento, teniendo que buscar a contrarreloj un recinto alternativo. Underwood saca a relucir su agenda de contactos para solucionarle el entuerto a su mujer, algo decepcionada por las decisiones que había tomado su marido últimamente.

Imagen CANAL+

Una huelga del sindicato de profesores pretende estropear la fiesta y, aprovechando la presencia de la prensa, demandar públicamente las mentiras de Underwood. Éste aplaca dichas protestas por la vía rápida, dando comida a los manifestantes y demostrando ante las cámaras su enorme "generosidad". A quién vamos a engañar a estas alturas; efectivamente, Frank Underwood es un rey de la manipulación.

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Interpretaciones dispares

Tras ser despedida del Washington Post por falta de respeto y rebeldía, Zoe es fichada por la revista Slugline, donde dispondrá de todos los recursos necesarios para seguir siendo la intermediaria de Underwood. Su papel como amante de Frank es, sin duda alguna, mucho más interesante que el de periodista.Tras los primeros cinco capítulos, ya podemos decir que a la novel Kate Mara le queda algo grande compartir protagonismo con Kevin Spacey.

Imagen Getty Images

Peter Russo ( Corey Stoll) se encuentra en un estado destructivo tras verse chantajeado, en el capítulo anterior, por sus problemas alcohólicos. Underwood decide utilizarlo como su delfín para el puesto de gobernador, y así colocar en las posiciones más altas a un hombre que tiene contra las cuerdas. Si bien Kate Mara deja mucho que desear, no podemos decir lo mismo de un Corey Stoll muy poderoso en escena, que consigue transmitir brillantemente la consternación de un personaje vilipendiado y complejo.

Tras visionar los primeros cinco episodios, no hay persona que dude de la calidad de una serie que ya resultó revolucionaria en los años '90. La fabulosa puesta en escena, unas interpretaciones francamente notables y la combinación de un ritmo pausado y frenético hacen de House of Cards uno de los mejores estrenos del año.