Estos son los sidekicks más queridos de Disney

Siempre es buena ocasión para echar la vista atrás y recopilar algunos de los personajes Disney más queridos por el gran público. ¿Villanos? ¿Princesas? Y, ¿qué me decís de estos inolvidables sidekicks de Disney?

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Desde la suricata más famosa del cine a cierto muñeco de nieve en busca del verano, estos son algunos de los personajes secundarios más queridos de Disney:

Olaf 

Cuando pensábamos que Disney no podía volver a ofrecernos un sidekick tan memorable como aquellos de los 90 llegó Olaf, de Frozen, el muñeco de nieve que soñaba con saber que era eso del verano.

Contradicciones aparte, Olaf se ganó el corazón de pequeños y grandes tras su presencia en la cinta más taquillera de Disney de la historia, y aunque pedir un spin-off del personaje quizás sea demasiado, queremos ver más de Olaf en esa Frozen 2 que aún se resiste. 

Jaq y Gus

Convertir a un ratón en sidekick de una película de princesas suele ser un recurso típico, pero en el caso de Cenicienta era más que necesario.

Jaq, el ratoncito experimentado, y Gus, el regordito y tímido formaban un dúo más que imprescindible en la película de 1950, especialmente en momentos como esa búsqueda de un collar de perlas que el gato Lucifer no les iba a permitir agarrar tan fácilmente. 

Mushu

Parecía un lagarto, pero él insistía en confirmar su bravura de dragón aun con escaso éxito. Llegado del más allá, Mushu se convirtió en el plato fuerte de Mulán gracias a su sentido del humor y su capacidad para resultar imprescindible en los momentos de mayor tensión de la cinta protagonizada por la joven china venida a bravo guerrero. Y creemos que Eddie Murphy tuvo gran culpa de ello. 

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Sebastián

El sidekick más histriónico de Disney terminaba convirtiéndose en aliado de la princesa Ariel en The Little Mermaid, no sin antes recordarle que "el mar no estaba tan mal".

El autor de uno de las canciones más famosas de Disney, Under the Sea, hizo de su acento cubano su seña de identidad y de su jugosa carne el plato que un loco chef francés nunca llegó a cocinar (por suerte). 

Flounder también nos gustaba, pero era mucho más blandito. 

Lumière y Ding Dong

En el viejo castillo de la Bestia todos los enseres fueron convertidos en utensilios que nadie creyó vivientes hasta que un candelabro se ofreció a alumbrar el camino de Bella a su paso por su nueva prisión. Para mayor sorpresa, Lumière también tenía escarceos con el plumero y era un perfecto maestro de ceremonias, como bien confirmó Be Our Guest (o cómo convertir una película Disney en un glorioso musical de Broadway).

Ding Dong era menos llamativo, pero concebir a Lumière sin él es algo casi imposible. 

Timón y Pumba

Tras huir de su tío Scar, el pequeño Simba llegaba a una selva en la que moraban bichos viscosos, brillantes y crujientes convertidos en el almuerzo favorito de Timón, un suricato, y Pumba, un jabalí cuyo pestilente aroma espantaba a todos los vecinos del oasis. Los autores de Hakuna Matata no tenían complejos: podían disfrazarse de bailarinas hula hula y cantar a gritos King of the Jungle. Tan imprescindibles en la filmografía Disney como la propia The Lion King.

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Baloo

En la selva de la India en la que se ambientaba The Jungle Book había swing, jazz y mucho ritmo gracias en parte al talento de Baloo, el oso perezoso que rascaba su espaldas en palmeras y podía pegarse un día entero flotando en el río con Mowgli sobre su barriga llegaba para recordarnos el potencial del carpe diem en tiempos del movimiento hippie.

Uno de los personajes más queridos de Disney terminó siendo el más querido de la última película en la que Walt Disney participó antes de su muerte en 1966.

Los Siete Enanos

El papel del sidekick no es nada nuevo, de hecho Disney ya se encargó de introducirlos en su primera cinta de dibujos animados, allá por 1937. Y es que la princesa Blancanieves no contó con uno sino con SIETE aliados bajitos tras huir del castillo de su malvada madrastra. 

Doc, Grumpy, Happy, Sleepy, Bashful, Sneezy y especialmente Dopey (nuestro favorito) representaban personalidades diferentes pero igualmente imprescindibles en el que es uno de los grandes clásicos de la casa Disney.

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Genio

En muy raras ocasiones un sidekick ha llegado a robar demasiado protagonismo al protagonista de una cinta Disney, y uno de esos pocos ejemplos es el de Aladdín, el joven mendigo de Agrabah que tras frotar una lámpara liberaba a un genio azul adicto a los bailes y los transformismos. Doblado por ese otro fenómeno llamado Robin Williams, el Genio fue azafata de vuelos, diseñador de moda y hasta Pinocho en tiempo récord, confirmando el potencial del que es el sidekick más memorable de Disney

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Estos sidekicks de Disney ya forman parte de la historia del cine, de nuestros corazones, de la infancia de todos. 

¿Cuál es tu sidekick de Disney favorito?