Jim Carrey se dio a conocer como un genio de la comedia perfectamente sobreactuado. Ver su nombre en un póster cinematográfico era sinónimo de risas. Pero el hijo de Ontario soñó grande y, contra el deseo de todos, se probó a sí mismo como actor dramático.
Estos han sido los mejores roles de Jim Carrey como villano


El resultado fue el aplauso y el reconocimiento de la audiencia, que aun a sabiendas de sus capacidades, prefiere verlo haciendo muecas. Son esos mismos gestos los que han hecho de Jim Carrey un villano perfecto. Cada movimiento de sus antagonistas parece lleno de una maldad afable, algo que solo puede lograr Jim.
Es que el eterno chico bueno también puede ser malo y mucho. ¿No me crees? Estos personajes de villanos de Jim Carrey lo demuestran.
The Cable Guy – The Cable Guy (1996)

Basta fijarse en la mirada de Carrey en los pósters promocionales de The Cable Guy para notar su lado más siniestro. Porque sí, el chico del cable es siniestro, aunque se nos pintó como un hombre de quien puedes sentir lástima y asco al mismo tiempo.
Vengativo y completamente perturbado, el chico del cable le hará la vida de cuadritos a Steven Kovacs ( Matthew Broderick) por el error más grande: despreciar su amistad.
Hank Evans – Me, Myself and Irene (2000)

La belleza de Me, Myself and Irene reside en poder ver a Carrey desde dos perspectivas: Charlie es el policía bueno y extremadamente amable y Hank… Hank es harina de otro costal.
Pero, a su manera, Hank le mostró a Charlie la importancia de hacer que su voz se escuche. Y cómo nos gustaba que Hank tomara el cuerpo del “tonto” Charlie.
Arrogante, acosador y grosero, Hank se deshará de los sentimientos de frustración que Charlie se ha creado en tantos años de ser bueno.
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Edward Nygma / Riddler – Batman Forever (1995)

Edward tiene todo el estereotipo hollywoodense del científico incomprendido que usará sus poderes para el mal.
Obsesivo con la figura de Bruce Wayne, Edward hace todo lo que está a su alcance para conseguir su aprobación, aunque falla de tal manera que su obsesión crece.
Dispuesto a obtener la atención de su ídolo, crea una máquina capaz de “manipular” la mente. Acosa a Bruce y cuando descubre su secreto, va tras él.
La actuación de Carrey es uno de los puntos más destacables y acertados de una película no muy bien recibida por la audiencia. Luego llegaría George Clooney y su traje con tetillas para mostrarnos lo equivocados que estábamos con la entrega anterior.
Conde Olaf – Lemony Snicket’s A Series of Unfortunate Events (2004)

La gracia del Conde Olaf es que, como buen actor, debe hacer gala de su histrionismo para hacerse con la fortuna de los Baudelaire.
Primero vemos su verdadera figura oscura que intenta dar una buena imagen al señor Poe. Tras perder la custodia de los niños, Olaf se transforma en Stephano para asesinar al excéntrico doctor Montgomery Montgomery y luego enamora a la tía Josephine mientras se hace pasar por el Capitán Sham, un marinero y supuesto amante de la ortografía.
Los críticos aplaudieron que Carrey se valiera de su voz y no de sus músculos para crear a cada uno de estos personajes llenos de maldad.
El Grinch – Dr. Seuss’ How the Grinch Stole Christmas (2000)

No hay villano más grande que aquel quien osa robar la navidad. Y ese fue Jim Carrey en esta película de Ron Howard no tan celebrada, pero que se ha convertido en un clásico navideño.
Basta decir que Jim estuvo tan comprometido con el papel que duraba ocho horas en la sala de maquillaje, una tortura que duró más de tres meses y por la que el actor estuvo a punto de renunciar. “El traje era como estar enterrado vivo”, dijo.
Para resolverlo, los productores de la película trajeron a un experto de la CIA para que entrenara al actor en cómo aguantar una tortura. Hablo en serio.
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