El mundo de los asesinos en serie ha despertado siempre una extraña fascinación, por la misma razón quizás por la que sería más interesante observar la manzana podrida del cajón que el resto, todas más o menos iguales y más o menos conocidas. Personajes que, con sus extrañas motivaciones psicológicas, sus absurdas elaboraciones teóricas que intentan racionalizar su conducta, o la carencia de justificación alguna, hemos visto tanto en la realidad como en la ficción desde hace mucho tiempo.
El reencuentro en The Following [Crítica 1x01]

Por todo esto, mucho de lo que vemos en The Following resuena como algo ya conocido y parecerá poco original, sin que esto sea algo totalmente negativo; después de todo, es un show que se cierne a un determinado género (terror, suspenso, etcétera). De hecho, el piloto sentó las bases de lo que podemos esperar a lo largo de la serie de manera muy certera, sin esperar más de un minuto para mostrar varios cadáveres ensangrentados (lo que ya resulta algo sorprendente al ser emitido por la cadena Fox y no por un canal de cable).
De vuelta al trabajo
El asesino serial en cuestión es Joe Carroll ( James Purefoy), que hace algunos años se dedicaba a asesinar chicas jóvenes no sin antes sacarles los ojos. Fue atrapado entonces por el conflictivo agente del FBI Ryan Hardy ( Kevin Bacon). En la actualidad, luego de ocho años en la cárcel, Joe Carroll logra escapar, lo que obliga al agente Hardy a retornar a su trabajo para tratar de atraparlo.

Es que luego de atrapar a Carroll, ocho años atrás, Hardy abandonó su trabajo en el FBI y, aunque no sabemos exactamente cuáles fueron las circunstancias, su despedida no fue la mejor, dejando tras de sí rumores de que era un agente conflictivo y de que no le gusta trabajar en equipo.
Por otra parte, en el momento del encuentro cara a cara con Carroll, si bien salvó la vida de la joven Sarah Fuller ( Maggie Grace), recibió una puñalada que lo dejó con una enorme cicatriz y problemas en el corazón. Ya fuera de su trabajo en el FBI y con estos problemas físicos, se volvió algo alcohólico y se dedicó a escribir un libro acerca de su persecución y final encarcelamiento de Joe Carroll.
Red antisocial
Joe Carroll, a la manera de otros famosos asesinos seriales, no es simplemente un demente o un lunático, sino una persona sofisticada y culta, un profesor universitario que enseña literatura y está obsesionado con el escritor Edgar Allan Poe. Todas sus motivaciones y sus métodos están explicados por la literatura de Poe y las referencias a poemas o cuentos del escritor son muy numerosas.

El asesino tuvo antes su propio intento de incursionar en la literatura, pero fracasó y esto (acorde a una explicación “simplista” según el agente Hardy) fue lo que lo hizo convertirse en un asesino. Todas sus intenciones durante el piloto están enfocadas a “terminar lo que comenzó” con la joven Sarah Fuller, referenciando así también al cuento inconcluso que dejó Poe al morirse.
Para llevar a cabo esta empresa, fue construyendo minuciosamente durante sus años en prisión una red de asesinos seriales, contactándose a través de Internet con sus seguidores y fanáticos, gente dispuesta a pasar años con una falsa identidad para no despertar sospechas o dispuestas a clavarse un puñal en el ojo para dar pistas a la policía.
El bueno contra el malo
El piloto tuvo sus buenos momentos de suspenso, interesantes giros en la trama (no me esperaba ese destino para la “única víctima sobreviviente de Joe Carroll”, Sarah Fuller, o las revelaciones acerca de la pareja de vecinos y de la niñera del hijo de Carroll), y algunos acontecimientos que parecen arriesgados para un show por cadena y no por cable (la violencia gráfica, el secuestro del niño).

La carta que Claire ( Natalie Zea) le muestra a Hardy será uno de los elementos cruciales en próximos episodios. Me resultó interesante la sensación de que, si bien se plantea como una típica historia del bueno contra el malo, el agente Ryan Hardy parece tener algunos trastornos que lo asimilan bastante al asesino: es el que más entiende sus métodos y motivaciones, conoce a fondo, al igual que Carroll, la obra de Poe y toda su simbología, tuvo una relación con la misma mujer y también es algo solitario.
En el diálogo final entre Carroll y Hardy, las palabras del asesino hablando sobre su próxima novela parecen también ir dirigidas al espectador: “Toda buena historia necesita un interés amoroso”; “Esta vez pensé en ir hacia lo más tradicional: el bien contra el mal, un hombre arruinado buscando redención”; “Esto es simplemente el prólogo, el llamado a la acción”.
Luego de un piloto más que interesante, esperaremos entonces a los próximos episodios para ver de qué trata la novela del asesino.






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