Después del episodio de la semana pasada que nos mostró la guerra en todo su esplendor, parecía un tanto difícil que algún otro capítulo de la segunda temporada lo superara. Sin embargo, el segundo final de Game of Thrones, no sólo sentó las bases para lo que vendrá el próximo año, sino que tuvo algunos de los mejores momentos de toda la temporada. Valar Morghulis fue todo lo opuesto a Blackwater, hizo un recorrido por todos los personajes en juego, y dejó entrever cuál es la situación en la queda cada uno de ellos.
El Invierno llegó en el final de Game of Thrones [Crítica]


El amargo sabor de la victoria
Tyrion ( Peter Dinklage) está vivo, aunque muy en el fondo desearía estar muerto. Es increíble como en un abrir y cerrar de ojos su vida cambió, y lo digo en sentido literal. Tyrion ya no es más la mano del rey ahora que su padre ha pasado a ocupar su lugar, y la forma en que el maestre Pycell lo trata, deja muy en claro cuál es la posición que ocupará de ahora en más.
Sin amigos, sin aliados, a excepción de Varys y una muy fiel Shae, el pequeño Lannister ha quedado atrapado y sin salida. Es más, creo que el caballo de Tywin deja bastante en claro qué es lo que le han hecho a Tyrion.

Por supuesto, papá Lannister ( Charles Dance) se atribuyó toda la victoria de la guerra, y en retribución, fue nombrado Mano del Rey. Y no fue el único cambio que se llevó a cambio en la gran corte de King’s Landing. A partir de ahora, Sansa ( Sophie Turner) ya no será forzada a casarse con Joffrey ( Jack Gleeson), ya que el rey ha decidido prolongar la alianza con la casa Tyrell aceptando la mano de Margaery (Natalie Dormer) en matrimonio.
Recuerdan cuando Renly murió, y ella tuvo una conversación con Littlefinger en la que le dejó muy en claro que ella no queriía ser reina, sino LA reina, bueno ahora parece que Margaery está dando ciertos pasos que la llevarán a alcanzar su objetivo. Ojalá que la venganza esté entre sus planes.
Asimismo, Littlefinger ( Aidan Gillen) fue resarcido por su contribución a todo el asunto, quedándose con el Castillo de Harrenhal. Tal como se dijo en la primera temporada, este no es un personaje para confiar, y en especial ahora que le ofreció ayuda a Sansa me da no sé qué. El hecho que le haya dicho que le recuerda mucho a su madre cuando era joven, ya me imagino cuáles pueden ser las intenciones de Lord Baelish.
De nuevo en su castillo, Stannis ( Stephen Dillane) le reprocha a Melisandre ( Carice van Houten) todo lo fallido de su accionar, y no puede evitar sentir enojo, pero sobretodo, culpa. Ahora es cuando la culpa le carcome la conciencia por haber matado a su propio hermano. Me intriga saber qué es lo que habrá visto Stannis en las llamas.
A diferencia de otros episodios de esta temporada, las escenas de Daenerys ( Emilia Clarke) fueron de lo mejor. Dany entró en The House of the Undying para recuperar sus dragones. Una vez dentro, comienza a transitar una serie de alucinaciones, el Trono de Hierro cubierto de nieve, pero no se detiene ya que los gritos de sus dragones seguían llamándola, y se dirige hacía el Muro donde encuentra a Khal Drogo y a su hijo.
Esta escena fue bastante emotiva, pero Daenerys ha demostrado ser cada vez más fuerte, y ante un nuevo llamado de sus pequeños decidió irse. Finalmente confrontó a Pyat Pree ( Ian Hanmore), y con ayuda de sus dragones lograron reducirlo en llamas.
Antes de despedirse de Qarth, Daenerys también dio su merecido a Xaro. Fue bueno ver cerrar su historia, y que la estadía en la ciudad no haya sido del todo en vano, ya que después de todo no se van con las manos vacías.

Después de todo, el Invierno se acerca
Theon ( Alfie Allen) comenzó a mostrar cierto arrepentimiento de haber tomado Winterfell por asalto. Pero más que arrepentimiento a Theon lo inunda la tristeza y la incertidumbre de no saber qué hacer. Tal como él menciona, siempre le recordaban que era el prisionero de los Starks, y cuando finalmente pudo regresar a su hogar, nadie lo tuvo en estima.
Dadas estas circunstancias, es bastante entendible que Theon actúe de forma impulsiva e irresponsable, y por mucho odio que le tengo a este personaje, en esta ocasión, no pude evitar sentir lástima por él.
El entusiasmo de este Greyjoy por enfrentar a los 500 hombres del Norte que los tenían rodeados lo dejó al borde de parecer un fanático desquiciado (especialmente por su empecinamiento con matar al que hace sonar el cuerno, me pareció una circunstancia bastante cómica). Pero los hombres de las Iron Islands deciden aceptar la oferta de Robb, a cambio de entregar a Theon.
Ya vimos que hubo varios momentos tristes en este episodio, y la muerte de Luwin ( Donald Sumpter) fue la que más me llegó. A lo largo de todo el show hemos visto la relación de este hombre con Bran desde que quedó sólo en Winterfell, él se convirtió en una especia de figura paterna para él, fue el único que se quedó y trató de aconsejarlo de la mejor manera posible. Fue bastante horrible verlo agonizar, y pedir una misericordiosa muerte a Osha.
Con Winterfell totalmente destruida, Bran y Rickon se ven obligados a partir, y tras las últimas palabras de Luwin, se dirigen hacia El Muro para encontrar a Jon. Algo que me llamó la atención es que no han vuelto a retomar el tema de las visiones de Bran, por poco relevante que parezca, es algo bastante importante, en especial para este personaje.
Para no caer en el olvido, Brienne y Jaime ( Nikolaj Coster-Waldau) tuvieron una breve escena, pero fue genial. Su ataque a los soldados del norte fue increíble, y aunque a veces Brienne ( Gwendoline Christie) sostiene que no es una dama, se puede apreciar ciertos toques de feminidad al momento de querer dar un entierro adecuado a las tres mujeres que padecieron tal violencia. Y Jaime no se queda impávido ante tal espectáculo.

Arya ( Maisie Williams) se encuentra con Jaqen, quien le ofrece llevarla a Braavos y enseñarle cómo ser un “hombre sin rostro”. Ya vimos que Jaqen es más que fiel a sus palabras, y antes de alejarse de la pequeña Stark, cambia de rostro. Antes de irse Jaqen ( Tom Wlaschiha) le da a Arya una moneda, y que si quiere encontrarlo tan sólo debe decir “valar mroghulis” (que en alto valyrio significa “todos los hombres mueren”).
Ahora que están fuera de Harrenhal, va a ser muy interesante ver cómo sigue la historia de Arya. Hasta donde vimos, sabemos que tiene intención de encontrar a su hermano y madre. Ya veremos qué le depara a la joven en la próxima temporada.
Siguiendo con los Stark, nos enteramos que Robb ( Richard Madden) ha contraído matrimonio con Talisa ( Oona Chaplin). La elección de Robb de casarse por amor le va a traer severas consecuencias. El haber roto su juramento con los Frey le va a jugar en contra, y pueden estar seguros que éstos se van a cobrar venganza.
Finalmente Qhoren hace su jugada y enfrenta a Jon ( Kit Harrington), forzándolo a matarlo. Esta acción lleva a Jon a ganarse el respeto de los Salvajes que ahora lo llevan a conocer a Mance Ryder y su masivo ejército que se ubica más allá del Muro.
Y para el final, lo mejor. De vuelta a los hombres de Night’s Watch que se encuentran recolectando cosas afuera del muro, cuando de pronto escuchan el sonido del cuerno, y al darse cuenta que suena tres veces sólo puede significar una cosa: los Otros se acercan. Un ejército de miles de Caminantes Blancos y “zombies” (si extrañan The Walking Dead pueden reconfortarse viendo Game of Thrones que introduce a los zombies en todas las especias. Ese caballo zombie es lo mejor que he visto) marchan hacia el muro, con lo cual podemos aventurar que las cosas se van a poner interesantes en el Muro.
Pues bien esto fue el último episodio de la serie hasta el próximo año. Si bien algunos capítulos de esta temporada dieron la sensación de que la historia no avanzó, el final volvió a estar a tono con lo que fue la primera temporada. Todas las historias han quedado abiertas, y esto es sólo un pequeño vistazo de lo que se viene. Una vez más voy a decir que el episodio me pareció muy bueno, y el final fue épico.
En resumen, podría decir que la segunda temporada de Game of Thrones nos introdujo a cinco hombres en el centro de la pugna de poder, con un solo objetivo en mente: el Trono de Hierro. Creo que en general toda la temporada (al igual que el segundo libro) constituye en sí misma un preludio de lo que será la tercera temporada.
Como ya sabrán, la tercera y cuarta temporada van a estar basadas en la tercera entrega de la saga de Hielo y Fuego escrita por George R.R. Martin. Y si hay algo de lo que podemos estar seguros es que el año que viene va a correr mucha sangre en Game of Thrones.






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