El hijo asesino en Dexter [Crítica 8x10]

Todo producto suele tener su fecha de caducidad pero, por motivos de oferta y demanda, si
sigue saliendo rentable es normal que se intente sacar provecho hasta el final. Estirar el chicle
es una expresión muy común en el mundo de las series que, en el caso de Dexter, le viene que ni
pintado, sobre todo tras ver este  episodio Goodbye Miami.

PUBLICIDAD

Si bien en anteriores reviews pedía a todos con fervor que fueran pacientes y confiaran en
los guionistas, en esta ocasión han conseguido dilapidar por completo mis esperanzas en el
producto, en gran parte por culpa de este pésimo Goodbye Miami, que nos han ofrecido a
falta de tan solo dos capítulos para el final de temporada de Dexter.

Cuestión de hermanos

La relación entre los hermanos Morgan fue el gran motor argumental de la notable séptima
temporada; el descubrimiento de Deb sobre la identidad de su hermano dio una quinta
marcha a la serie y retornó el ritmo frenético de antaño. Además, las interpretaciones de
Michael C. Hall y Jennifer Carpenter fueron deliciosas, demostrando un gran entendimiento
en escena y regalándonos algunos de los mejores momentos de la serie.

En esta temporada todos los indicios apuntaban a un enfrentamiento total entre ambos, cosa
que vimos en los primeros capítulos y que, tras el inteno de asesinato de Deb, no parecía
tener marcha atrás. Pero nada más lejos de la realidad, pues Deb ( Jennifer Carpenter) cambió repentinamente de parecer, perdonando a su hermano e incluso ahora acepta a Hannah (si, la misma que intentó matarla meses atrás) en su hogar. Como si fuera poco Dexter ( Michael C. Hall) le suelta que se marcha a Argentina como si no fuera con ella la cosa.

PUBLICIDAD

Su vuelta con Quinn ( Desmond Harrington) es totalmente intrascendente y los trabajos que ha realizado con el inspector Jacob Elroy ( Sean Patrick Flanery) insustanciales. Un personaje de la magnitud del interpretado por Carpenter debería haber cobrado un protagonismo mucho más relevante en estos doce capítulos finales, especialmente teniendo en cuenta el flojo e inconsistente reparto de secundarios que tiene la serie.

Imagen Showtime

Un hijo psicópata

Vogel ( Charlotte Rampling) sigue creyendo que puede ayudar a Saxon ( Darri Ingolfsson) con el código, aunque eventualmente se da cuenta de que la oscuridad que emana de su hijo es irremediable y acaba acudiendo a Dexter. Teniendo en cuenta las circunstancias en las que se encontraba la temporada, Saxon es una salida bastante decente para encauzar y bifurcar con esmero las sucesivas tramas que se habían quedado en el alero, tales como la del descuartizador de cerebros o los secretos de la doctora Vogel. Con el añadido de que se introduce un nuevo villano para Dexter en la recta final.

Aún así, el halo de improvisación y discordancia sigue latente en todo momento; ¿Por qué
Saxon ha esperado tantos años para contactar con su madre? ¿Y a qué venía este juego de
los cerebros? El trasfondo de Saxon es pobre y tópico, convirtiéndose en uno de los villanos
menos complejos y carismáticos que ha pasado por la serie.

Investigación

Por el otro lado tenemos al nuevo detective privado, que está acercándose cada vez más a
Hannah ( Yvonne Strahovski) y, por ende, a Dexter. Una de las normas inquebrantables del código de Harry consiste en evitar cualquier sentimiento incontrolable que pueda ofuscar tu racionalidad. En este caso, el amor que Dexter siente por Hannah es una debilidad que puede echar por tierra la identidad oculta que se ha ido labrando durante todos estos años.

PUBLICIDAD

El detonante que ha puesto a Hannah en peligro ha sido tan oportuno como forzado; Harrison ( Jadon Wells) es herido mientras jugaba y Hannah tiene que llevarlo al hospital, exponiéndose a ser pillada por la policía. Sinceramente, no me creo que a los guionistas no se les ocurriese una situación más elaborada para sacar a Hannah a la palestra.

Imagen Showtime

Asesinato

(Alerta de Spoilers)

El episodio finaliza con la muerte de la doctora Vogel a manos de Saxon, que la degolla delante
de Dexter sin ningún tipo de compasión. Hay dos detalles de la escena final que me han
desconcertado y molestado. En primer lugar me resulta fuera de lugar la reacción de Dexter
ante la muerte de Vogel, llorando desconsoladamente y ansiando venganza.

Es contradictorio que el mismo Dexter que no derramó ninguna lágrima por el fallecimiento
de Rita (su gran amor) ahora se muestre tan afectado y desconsolado por el de una persona
a la que ni tan siquiera le tenía depositada confianza plena. Me pueden vender de que Dexter ha sufrido una humanización meteórica durante esta temporada, pero no lo compro.

Imagen Showtime

En segundo lugar, Dexter va directo al cadáver de Vogel y Saxon desaparece del mapa sin más.
Dexter tarda apenas unos segundos en entrar en la casa desde que Saxon la degolla, por lo que es imposible que éste haya conseguido escapar a tiempo. O bien la escena se continua en el próximo capítulo o estaríamos hablando de un fallo técnico de guión garrafal. Por el bien de
esta recta final, más nos vale confiar en que la primera opción se imponga.

PUBLICIDAD

Ya están todas las cartas echadas sobre la mesa y solo quedan dos episodios para concluir, en
los que Dexter intentará encontrar y matar a Saxon para poder marchar en paz a Argentina
junto a Harrison y Hannah. Un escenario mucho más simple y apaciguado de lo que esperaba
para el final de Dexter, aunque teniendo en cuenta el flojo transcurso de la temporada podría
haber sido aún peor.

Sí me preguntan por mi opinión personal sobre la temporada 8 de Dexter (a falta de dos capítulos)
la definiría con una sola palabra: decepcionante. Tramas dispersas e injustificadas que no
llevan a ningún lado, inclusiones forzadas de personajes tediosos, desbarajustes estructurales
y fallos técnicos por doquier… No me gusta nada el camino que ha tomado la serie para su final
y veo complicado que consigan solventarlo a tiempo…

Imagen Showtime

¿Qué les ha parecido a ustedes este Goodbye Miami?