Crítica de The Mentalist 4x18: Ruddy Cheeks

Hay muchos aspectos importantes que mencionar en el nuevo capítulo de The Mentalist, uno de ellos se presenta a través del drama personal que viven sus personajes, envueltos en problemas tan corrientes como el simple hecho de saber que muy pronto serás papá o que es imposible llegar puntual al trabajo todos los días.

Los conflictos personales de Cho - Spoilers

“ Ruddy Cheeks” nos ofrece un capítulo poco convencional, que disfrazado una vez más por su trama auto-conclusiva, pinta una tanda de conflictos que parte desde la relación entre el agente Cho ( Tim Kang) y Summer ( Samaire Armstrong), quienes han dado un paso importante como pareja después que lo intentarán "por el lado amable" (aunque parece que no les durará mucho).

Cho se ha visto obligado a enfrentar los estragos del tratamiento médico que está llevando a causa de un fuerte dolor de espalda que sufrió tras un aparatoso accidente (cuando em capítulos anteriores fue arrollado por un auto). Los efectos de las pastillas han provocado que Cho pierda sus reflejos, ocasionando que llegue tarde al trabajo y reaccionando tardíamente en una misión suicida que asumió Wayne Rigsby ( Owain Yeoman), quien después del desafortunado suceso comenzó a cuestionar su rol como futuro papá.

En paralelo, Patrick Jane ( Simon Baker) emprenderá un nuevo caso en compañía de Teresa Lisbon ( Robin Tunney). Ambos deberán encontrar al culpable del asesinato de un hombre que padecía de cáncer. El encanto y la poca delicadeza de Jane volverán a disparar una serie de métodos poco ortodoxos en busca del autor del crimen (como la escena a oscuras en que se escondieron debajo de una camilla repleta de cadáveres). No hay quien supere las ocurrencias de Jane ¿verdad?).

Cho, por su parte, nos muestra lo rígido y duro que puede ser consigo mismo, acostumbrado a una disciplina exigente que puede desequilibrarse con el menor cambio posible (llámese Summer).

Un desenlace sin sorpresas

Una vez más, Patrick Jane descubre la identidad del verdadero asesino a pesar que estuvo cerca de inculpar a un inocente (por primera vez). Aunque nadie sabe cómo es que sus guionistas se las ingeniaron para librarlo de la condena por la muerte del “falso” Red John ( Bradley Whitford), el agudo mentalista continúa en la búsqueda del verdadero culpable que llenó su vida de desdicha, una travesía que a veces vale la pena esperar para ver capítulos como éstos.

Puntaje 7/10: El punto más interesante de este episodio gira en torno al drama personal de los personajes secundarios, quienes derivan fuertes indicadores para pensar en un conflicto mayor que irá sumando cuentas en el transcurso de las semanas. A estar atentos.