Crítica de House 8x06: Parents

Está claro que después de ocho temporadas no se le puede pedir a House que sea una serie con la originalidad, los destellos de genialidad, y la importancia que tuvo en sus primeras temporadas. Basta con saber que es una serie reconocible, entretenida, y que no se repite más de lo esperado, luego de estar viendo a estos personajes por tantos años. Y en este sentido House sigue funcionando.

En esta octava temporada algunos aspectos han cambiado en cuanto al tono general del show, prescindiendo mucho más de los momentos altamente dramáticos, ahora mayormente vinculados a las subtramas propias de cada episodio, restándole intensidad, y aumentando considerablemente el humor.

Este episodio marca la vuelta de los problemas de Taub ( Peter Jacobson) con sus antiguas parejas y sus intentos por ejercer la paternidad de sus dos niñas. En este caso, su ex esposa Rachel piensa en mudarse con su hija a otra ciudad y esto traerá algunas disputas, de las que House ( Hugh Laurie), naturalmente, participa, y elabora la teoría de que no tiene importancia que un niño crezca con su padre biológico o no, y que los padres siempre terminan arruinando la vida de sus hijos.

Este concepto atraviesa todo el episodio y se vincula con el paciente del mismo, un adolescente con una historia familiar complicada, que quiere convertirse en payaso siguiendo los pasos de su padre biológico que él cree que ha muerto.

El giro final de esta historia, cuando House se da cuenta que en realidad la madre del adolescente le mintió sobre la muerte de su padre y éste abusó de él cuando era niño y le provocó la sífilis que ahora casi lo mata, suena como un recurso rebuscado y exagerado para probar el punto de House sobre los padres.

Independientemente de esto, el episodio sigue varias otras lineas que funcionan muy bien, con los intentos de House de demostrarle a la doctora Adams ( Odette Annable) que sus padres sí la arruinaron, contrariamente a lo que ella piensa, con el paciente hipocondríaco que está convencido de tener diabetes, que aporta las situaciones más divertidas, con la intención de House de asistir a un espectáculo de boxeo que también tiene un desenlace muy gracioso, y con la resolución de los problemas de Taub cuando su ex esposa decide quedarse en la ciudad.

Puntaje: 5/10. El episodio contiene varias subtramas entretenidas y bien resueltas, pero la historia principal no encaja con éstas de la mejor manera y resulta algo fuera de lugar.