Crítica de Game of Thrones 2x03: What is Dead May Never Die

Seguimos aguardando por la guerra que se avecina, pero ya hemos visto tres capítulos de Game of Thrones, y aún no hay rastros de ella. Las alianzas se siguen gestando, los personajes se siguen moviendo, pero en el episodio de esta semana, la historia volvió a limitarse a unos pocos personajes, a la vez que introdujo a unos nuevos. A pesar de la poca acción, What is Dead May Never Die se las ingenió lo suficiente como para dejar algunos cabos sueltos que van a dar pie para algunos desarrollos importantes de la historia.

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Alianzas y traiciones

Hacia el final de The Night Lands, Jon Snow ( Kit Harington) tuvo un encuentro un tanto violento con Craster ( Robert Pugh) lo que terminó con que éste le pidiera a los hermanos de la Guardia que se marcharan de su aldea. Todo esto le valió otra reprimenda a Jon por parte de Lord Comandante Mormont ( James Cosmo), aunque no tan severa como la anterior; y Sam ( John Bradley) sigue empeñado en querer ayudar a Gilly ( Hannah Murray) la hija/esposa de Craster. Esto fue lo único que pudimos ver más allá del muro porque el resto tuvo lugar en Westeros.

De regreso al norte, Catelyn Stak ( Michelle Fairley) cumple con el mandato de su hijo y visita al rey Renly Baratheon ( Gethin Anthony) en un intento por unir a ambos ejércitos por una misma causa. De todos los reyes que se han proclamado hasta el momento, Renly es el que más se cree que es un verdadero monarca, y que así lo ve el resto; además, cuenta con un enorme ejército y con el apoyo de Highgarden, mediante un estratégico enlace con Margaery Tyrell ( Natalie Dormer), hermana de Ser Loras.

Mientras las fuerzas de los distintos reyes se mueven, Renly parece muy tranquilo entre sus hombres y celebra un torneo en donde encuentra a una nueva guerrera, Brienne of Tarth ( Gwendoline Christie), quien rápidamente se incorpora a su guardia personal.

Imagen HBO LA Press

Un poco más alejado, en las tierras de Pyke, Theon ( Alfie Allen) confronta a su padre, y le reprocha su falta de confianza y los malos tratos desde su arribo. Desde luego Balon ( Patrick Malahide) no tiene una respuesta fundada al respecto, después de todo, él fue quien lo dio a los Stark. En base a la falta de respuesta de su padre, Theon se da cuenta que debe elegir un bando: Greyjoy o Stark.

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En un intento de advertencia, vimos que Theon le escribe una carta a Robb advirtiéndole sobre las intenciones de su padre, pero pronto la quema. Es evidente que tiene un gran conflicto interno, pero la dirección que pueda tomar Theon parece ser bastante clara, especialmente si quiere volver a ganar el amor y la confianza de su padre.

Como si los problemas de familia no fueran poca cosa, el clan Greyjoy también tiene ambiciones, y planean recuperar lo que les pertenece. Balon manda a su hija Yara ( Gemma Whelan) con treinta barcos para apropiarse de una serie de tierras en el norte.

Tyrion sigue al mando

En King’s Landing, Tyrion ( Peter Dinklage) se las sigue ingeniando para eliminar de a poco a todas aquellas personas de las cuales desconfía, a la vez que trata de poner a salvo, aquellos a los que quiere. En esta ocasión nos demostró que Pycelle ( Julian Glover) fue el que traicionó a las últimas dos Manos del Rey, tanto Jon Arryn, como Ned Stark. Hasta el momento, Tyrion ha demostrado ser el mejor personaje de todos, y el que sigue pisando fuerte jugando a ser el mejor estratega de todo Westeros. 

Por supuesto hubo otra discusión con Cersei ( Lena Heady), debido a las intenciones de la mano de acordar un matrimonio con la princesa Myrcella. Pero Cersei, en vez de insultarlo como hace habitualmente, fue más bien a rogarle o a reprocharle haber arreglado todo a sus espaldas. Haga lo que haga, Cresei no puede negar que esa es la mejor decisión que Tyrion pudo haber tomado, las cosas en King’s Landing ya no están tranquilas, y nadie está seguro.

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A pesar que en está ocasión no tuvimos contacto con el despreciable de Joffrey, sí pudimos ver un poco más de Sansa ( Sophie Turner), que ahora cuenta con Shae ( Sibel Kekilli) a su lado. Sansa es uno de los personaje por los que siento lástima, realmente está atrapada allí y está completamente sola; y el hecho de tener a Shae a su lado, implica tener a alguien en quien poder confiar, a pesar de todo. El destino de la Stark me resulta incierto todavía, pero tras haber visto los avances del siguiente episodio, se puede deducir que nada bueno le espera, ojalá alguien se apiade de ella y la ayude.

Imagen HBO LA Press

Y finalmente, lo que más me gustó del episodio: Arya. Hasta donde habíamos visto, Arya ( Maisie Williams) se encontraba camino al norte con el grupo que comanda Yoren hacia el Muro. La conversación entre ambos fue muy buena y sincera, lo cual nos demuestra que no todos los hombres son crueles en este mundo fantástico. Pero ahora, con Yoren muerto (situación que me recordó a la muerte de Syrio), todo ha cambiado. Ahora tanto Arya como Gendry ( Joe Dempsie), están a la deriva de los Lannister, y se dirigen hacia Harenhall.

Hay algo que debo resaltar de esta serie, y es que no se guarda nada, la escena en que uno de los guardias mata a Lommy, nos demuestra que cualquier cosa puede suceder, y no dudan en mostrar la crueldad y el cinismo de los personajes, cosa que no se ve en muchos programas y le aporta ese toque de realismo único.

No hubo Daenerys, tampoco hubo Stannis o Robb, pero supongo que será su turno el próximo capítulo. Ya casi estamos promediando la mitad de la temporada (sólo son 10 episodios), y si bien todo parece avanzar lentamente, tengo el presentimiento de que los últimos episodios van a ser lo más violentos y emocionantes. O al menos, todos esperamos un gran final de temporada, que nos deje contando los días, minutos y segundos para el regreso de la tercera temporada, que fue anunciada la semana pasada.