Con una pequeña ayuda de los amigos en The Following [Crítica 1x07]

Hay algo inusual y valorable que se le puede reconocer a The Following, a diferencia de la mayoría de las series policiales: en esta serie, el FBI y, en general, cualquier agente de policía que aparece en pantalla, va a hacer las cosas mal, tomar malas decisiones, llegar tarde, sacar conclusiones erróneas o dejar escapar criminales.

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No es una serie de superpolicías, sino de policías humanos y falibles, aunque el énfasis está puesto en falibles, y fallar es prácticamente todo lo que hacen. Hasta el momento el show ha dejado muy mal parados a nuestros héroes, haciéndolos ver en general como incompetentes y derrotados.

Y esto resulta, aunque algo frustrante, interesante y original, por más que sabemos que finalmente los héroes van a triunfar y derrotar al enemigo.

Manipulación y engaño

El gran problema para el FBI es, evidentemente, la inmensa red de asesinos que tiene a su disposición Joe Carroll ( James Purefoy). Suponemos que tantos años en la cárcel le permitió contactarse con muchas personas que admiraban su “obra” y así fue construyendo esta red, que penetra en todos los ámbitos posibles y que funciona como un aceitado engranaje, en el que cada parte cumple su función y todas las piezas encajan a la perfección.

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Después de todo es un culto y todos los seguidores están dispuestos a hacer, literalmente, cualquier cosa que les indique su líder. Y si bien todos sus seguidores son potenciales asesinos, desequilibrados mentales o psicópatas, eso no les ha impedido pasar muchos años como infiltrados en el FBI, en el cuerpo de policía local, en el ejército y vaya uno a saber en cuantos lugares más.

Supongamos que aceptamos todo esto. Aún resta aceptar el hecho de que alguien que todo lo que ha hecho es escribir un libro poco exitoso, dar clases sobre Poe y asesinar a algunas personas, es aparentemente una mente maestra capaz de convencer y manipular a muchas personas.

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Aunque estas cosas suenen injustificadas o poco creíbles, si uno acepta estas premisas, la serie puede resultar verdaderamente atrapante. A mi, en cambio, me ha sucedido que todo esto, sumado a que el FBI llega siempre tarde, a las inconsistencias en la trama, a la aparición totalmente injustificada de un nuevo seguidor del asesino para resolver un conflicto y a las muertes sin sentido para lograr cierto impacto en la audiencia, me han predispuesto hacia la serie como quien se enfrenta a alguien engañoso y poco confiable.

Asesino en acción

En este episodio por fin pudimos ver a Joe Carroll fuera de la cárcel, fuera de su traje de convicto y fuera de su habitual gesto maquiavélico con su sonrisa burlona, que ya resultaba algo fastidioso.

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Por lo menos ahora el siempre presente, largo y aburrido discurso de Carroll a Ryan Hardy ( Kevin Bacon) sobre la gran trama que planeó y cómo todos forman parte de su juego, estuvo acompañado de un arma apuntando a Hardy.

En todo este asunto de Carroll escapándose de la cárcel hay que aplicar, nuevamente, mucha voluntad para que resulte creíble que un asesino serial que concita la atención de todo el mundo se escape simplemente extorsionando a un alcalde de la prisión. Pero miremos el lado bueno, al menos se escapó y resulta más interesante tenerlo afuera, junto a todos sus seguidores y participando personalmente de la acción.

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Su escape también nos brindó momentos emotivos, cuando se encontró con su hijo Joey ( Kyle Catlett) en una misteriosa mansión y ante los ojos de una multitud de seguidores; aunque más que emoción, debo confesar que me causó algo de gracia que Joey le dijera: “Yo te conozco. Eres mi papá”.

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En este caso no tuvimos ni a Jacob ( Nico Tortorella) ni a Paul ( Adan Canto), pero en cambio seguimos los pasos de Emma ( Valorie Curry) y Joey que llegaron a un depósito abandonado para encontrarse con un misterioso hombre que, si bien no era seguidor del culto a Carroll, los ayudó secuestrando a la hija del alcalde de la prisión para que Carroll pudiera escaparse.

Luego, terminó muerto a manos de Charlie ( Tom Lipinski), personaje que ha demostrado ser bastante interesante con solo un par de episodios: antes nos enteramos que está enamorado de Claire ( Natalie Zea) luego de seguirla por mucho tiempo y en este episodio lo vemos actuar de manera amable y honesta ante Joey.

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Una de las mejores y más impactantes escenas de este episodio fue la de la muerte de Olivia ( Renee Elise Goldsberry), la abogada de Carroll, estrangulada por este mismo mientras Hardy se encontraba al otro lado de la línea sin poder evitarlo. Fue interesante ver a Carroll en acción finalmente y no mediante flashbacks (que no hubo en este episodio, algo que cabe destacar como positivo).

Puntaje: 6. La serie sigue resultando inverosímil y absurda en muchos aspectos, pero dejando esto de lado, algo que ya no va a cambiar, este episodio fue uno de los más interesantes de la temporada. 

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