Aprender a despedirse: ¿cuándo es el mejor momento para renunciar a una serie?

Aunque, como hemos dicho, vivimos en la época dorada de la televisión, también es válido decir que nos encontraremos con situaciones un poco menos felices. Es decir, así como hay producciones de alto calibre, también hay otras tantas que no llegarán a tu corazón y, por lo tanto, acabarán en una gran decepción.

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Y, en ese punto, será necesario saber cómo renunciar a las series sin importar nada más.

El encuentro con una serie nueva

Te hablan de ella e insisten en que la veas. Como no te puedes escapar, buscas el primer capítulo para saber de qué va. Por supuesto, tienes en mente todas las recomendaciones y críticas favorables que han hecho al respecto y sientes entusiasmo porque por fin ya no serás el extranjero en la conversación cuando se hable de ello.

Sin embargo, no quedaste convencido a la primera pero, como eres perseverante, decides dar una segunda… Tercera… Cuarta  oportunidad. No obstante, el resultado sigue siendo el mismo.

Imagen NBC

¿Qué hacer, entonces? Hay varias respuestas para ello. Algunos recomiendan no darle largas al asunto y desechar la serie si sientes que hubo algo que no funcionó, porque no vale la pena perder el tiempo. Otros, sin embargo, te plantearán la regla de esperar hasta el cuarto episodio. Si llegaste hasta allí y no hubo esa chispa, pues es el momento de dejarlo ir.

En dado caso, parece que Netflix, una de las plataformas más exitosas actualmente de cine y series, establece una especie de algoritmo que indica cuándo la audiencia permanecerá enganchada a lo largo de la temporada. Eso varía según sea el caso.

Entonces, ¿qué hacer?

Aunque no haya una respuesta clara, nos vemos en la necesidad de crear nuestros propios criterios. Algunos casos serán más extremos que otros, pero es interesante tener en cuenta que debemos seguir eso que nos enamoró en un primer momento.

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Es decir, puede que la trama no sea tan atrayente o tome un rumbo que no nos guste demasiado pero, si decidimos continuar, entonces trata de no perder la vista sobre aquello que nos atrapó. Puede ser un elemento del argumento, la actuación de nuestro actor favorito o inclusive el diseño de indumentaria. Es ese «no sé qué».

Otro truco que parece funcionar es escoger un momento del día en el que no tengas que concentrar toda tu atención en el programa. Suena contraproducente, pero puede que no resulte tan complicado de ver y aun así seguirás con la historia. En cualquier caso, es válido recordar que el «hype » de ciertos shows depende de cada quien y que no todos los argumentos son para todos.