American Horror Story: la sangre clama justicia [Crítica 3x07]

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Desbordante, atrevido. American Horror Story: Coven implantó todos los matices necesarios para formular un capítulo redondo, enardecido, demoledor. Son pocos los calificativos ante la genuina puesta en escena de Bradley Buecker, pero haremos el intento.

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Coven pisa fuerte a mitad de temporada. The Dead es un episodio de artimañas, destapes y venganza. Las aguas se han tornado turbias en la mansión de las brujas, una mansión que tiene su propia historia endemoniada, es casi un personaje más. De una cosa estamos seguros, cualquier cosa puede acontecer bajo el techo de la academia.

Zoey: una suprema en potencia

Pero este no es el punto más fuerte. Siento que por primera vez la mayoría de personajes estuvieron conectados con mucho acierto, hasta el propio Kyle ( Evan Peters), que arrancó en los minutos iniciales con un previo a su metamorfosis.

Que Kyle sea un animal embrutecido que destroza todo a su paso no tenía mucho sentido ¿verdad? Pero su blindaje e insensibilidad son dos elementos sustanciales para que Zoey ( Taissa Farmiga) pueda establecer un romance sin provocar la muerte de nadie.

Y aquí está otra vez Zoey, motivada por los planes anarquistas de Cordelia ( Sarah Paulson) para acabar con las arbitrariedades de su madre. Los errores no están permitidos, Zoey ya no es más una chica asustadiza, bienvenida sea la mujer calculadora capaz de infringir daño letal y usar su poder, el poder de una suprema en potencia para tumbar las piezas más importantes del tablero de Fiona ( Jessica Lange).

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Un tablero que se está viniendo abajo por el cáncer demoledor que achaca la suprema. Sin embargo, también ha surgido una nueva dupla letal con The Axeman o el Hombre del hacha ( Danny Huston), un enamoradizo más y protector de Fiona desde que era una niña de ocho años.

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La sangre se paga con sangre

The Dead también representa la muerte de Spalding ( Denis O'Hare), el perro fiel de Fiona que, envenado por el hechizo de Myrtle ( Frances Conroy), develó el nombre detrás de la muerte de Madison ( Emma Roberts). Y para poner la estaca final, Zoey le estancó un buen puñal en el pecho. Adiós Spalding, te fuiste de lengua.

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Ahora sí, me guardé lo mejor para el final. Debo admitir que tengo una ligera debilidad por el lado oscuro de Madame Delphine LaLaurie ( Kathy Bates), que tuvo un reencuentro épico con la despiadada Marie Laveau ( Angela Bassett). A mi juicio, esta ha sido una de las escenas más impactantes de toda la temporada, un primer duelo de dos enemigas cuya rivalidad se origina desde comienzos del siglo pasado.

LaLaurie fue vilmente traicionada por Queenie ( Gabourey Sidibe), una bruja que se siente marginada y autoexcluida por el hecho de ser negra. Pero la traición de Queenie no quedará impune, y lo más probable es que arrastre duras consecuencias desde el otro lado del banquillo.

Con todo lo visto ya teníamos suficiente, pero no, hacía falta algo más, una cuota de excelencia para honrar un episodio de culto para una serie de culto. La venganza, sí, la dulce venganza que se sirve en plato frío y perdura por toda eternidad.

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Marie Laveau se roba el show durante los últimos segundos, y mientras el tiempo agoniza, su mirada frívola vertida en un chorro de sangre de las vísceras de Madame LaLaurie pone el broche de oro para un capítulo de cinco estrellas.

Puntaje: 10/10. Como diría la abominable Marie Laveau: “Hermoso”. Coven ha tocado fondo, y estamos felices por ello.