La búsqueda del amor y el descubrimiento de lo que se puede dar al otro, es un sorprendente viaje que nos acerca a sentimientos maravillosos y hacen que Amélie sea uno de los films más románticos que existen.
Amélie, la película que siempre recordamos con una sonrisa

Desde el primer momento, la historia de Amélie Poulain nos conmueve al llevarnos por recuerdos y experiencias que retratan a un personaje que de repente queda envuelta en una situación que transforma toda su vida.
Un pequeño descubrimiento

Amélie es una niña solitaria que desarrolla una poderosa imaginación y sensibilidad única, que trata de conectarse con el mundo. Al crecer, siente que quiere darle algo de sentido a su vida y, al enterarse de la muerte de Lady Di (uno de los hechos históricos más impactantes de la modernidad), descubre una pequeña caja con algunos recuerdos.
Determinada a regresarla, busca incansablemente hasta dar con el dueño, quien con nostalgia y alegría, recuerda sus mejores momentos de la niñez.
La vocación ha llegado y Amélie está determinada en ayudar a los demás tanto como pueda... La vida cobra sentido.
Personajes entrañables

A lo largo de la historia, se introducen personajes que nutren la vida de nuestra protagonista. Desde las particularidades de su padre, hasta sus compañeros de trabajo en el café. Cada quien tiene detalles que los hace fascinantes.
Por ejemplo, la madre de Amélie es nerviosa en superlativo, su padre es antisocial. Por lo que, gracias a ello, se condiciona una personalidad retraída pero imaginativa.
En el film, también hay detalles que otorgan la construcción de este personaje que disfruta de los sencillos placeres como romper la capa caramelizada de la creme brülée, y que por accidente, descubre el objetivo de su vida.

Sin embargo, hay un personaje que le guiará a reflexionar sobre su propia situación a pesar que hace el intento de ayudar a los demás: Su vecino, Raymond, también conocido como “El Hombre de Cristal”, debido a la fragilidad de sus huesos.
Raymond le señala lo erróneo de dejar su felicidad en un segundo lugar. Debe buscarla, alcanzarla y vivirla.
Oh L'Amour
Mientras que Amélie atiende el llamado de la solidaridad, repentinamente, se encuentra con Nino, un chico que la flecha casi al instante.
Debido a esta nueva situación, Amélie le sigue, investigando más sobre él. Finalmente, planifica una serie de encuentros que salen mal.

Aunque podemos ver que a pesar de los tropiezos hay un final feliz, lo hermoso del film es cómo se representan los sentimientos de amor como un corazón palpitante de la emoción o el nerviosismo de ver a quien amas a pocos metros de ti. Son escenas que retratan lo que hemos vivido en alguna oportunidad.
Detalles técnicos

Si bien los personajes y la historia son los grandes protagonistas, también es necesario resaltar algunos aspectos desde la cinematografía que enriquecen notablemente la trama.
El film, por ejemplo, se desenvuelve con colores intensos: rojos, naranjas y amarillos que nos indican que hay romance, amor y nostalgia.
También hay pequeños guiños hacia artistas impresionistas y algunas de sus obras. Podemos verlo cuando Amélie lanza piedras en un puente, que nos puede recordar algunos escenarios de Monet o el mismo Renoir, a quien el personaje de Dufayel copia.

La simetría es otro recurso recurrente así como movimientos de cámara violentos que expresan sentimientos eufóricos y llenos de energía.
Finalmente, es imposible dejar de lado la música: dulce y delicada. Piezas que acompañan perfectamente cada momento del film, de principio a fin.

¿Cuántas veces viste Amélie?



