Aquí estalló la bomba, pues en las declaraciones de la mujer salieron a la luz nombres de varios hombres prominentes como Bill Clinton y el príncipe Andrew.
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Contrario a su costumbre la casa real británica inmediatamente reaccionó ante dicho escándalo.
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"Las denuncias formuladas son falsas y carentes de fundamento", sentenció el Palacio de Buckingham.
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"Me ofreció un cocktail y me pidió bailar. Después me acarició los senos y el trasero", dijo Virgina al diario Daily Mirror.
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El segundo encuentro, según Virginia, ocurrió en Nueva York.
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Durante la misma entrevista reveló que hubo un tercer encuentro, este se realizó en la isla privada de Epstein en el Archipiélago de las Islas Vírgenes en las Antillas Menores, la ya famosa "Isla del Pecado".
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En esta ocasión, según las declaraciones de Roberts, se llevó acabo una orgía con algunas menores de edad.
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Ante dicha "bomba" la reina Isabel II pidió explicaciones a su hijo, el cual negó rotundamente haber tenido cualquier relación con Virginia.
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Pero el escándalo tomó fuerza y el duque de York se vio forzado a abandonar sus vacaciones de esquí en Verbier, Suiza, para reunirse con consejeros y abogados de la casa real en Londres.
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Allegados al príncipe aseguraron al diario The Daily Telegraph que Andrew está arrepentido por su amistad con Jeffery Epstein.
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Al duque de York seguirá en el 'ojo del huracán', a pesar de que Virgina ha señalado que "no fue una violación, pero tampoco amor".