Enamorado de sus tres reinas
-Juan, ¿cómo te sientes con dos hijas?"Completo y realizado, es hasta donde quería llegar; estoy feliz de la vida, emocionado por compartir con mis nenas y muy orgulloso de la mujer que tengo".
-¿Ha sido difícil adaptarse?"No tanto, porque Mía ya tiene dos años y es más independiente, pero en donde sí se siente la diferencia es en el tiempo, porque hay que repartirlo entre dos nenas; es que Maki y yo queremos tener a Azul en brazos todo el día y no se puede, no debemos descuidar a Mía. Entonces estamos aprendiendo a darle a cada una su espacio y a compartir en familia".
-¿Son muy diferentes entre ellas?"Van a ser diametralmente distintas. Mía es tranquila y Azul muy demandante, no soporta ni 10 segundos el hambre, el pañal mojado o no tener atención. Yo creo que ella va a ser más quisquillosa, y su hermanita más relajada".
-¿Ahora te sientes con más responsabilidades?"Sí, caray, tengo triple responsabilidad, porque soy padre de tres mujercitas a quienes debo cuidar: Valentina, que vive en Argentina, y estas dos gordas que apenas empiezan a recorrer la vida. Cuando hay un hombrecito en la casa vas tirándole también el peso, pero en mi caso yo me quedé con el paquete solito".
-¿Ves la vida de otra forma?"Desde que soy papá; con Mía me volví más consciente y ahora con Azul lo reafirmo, me queda claro que tengo que cuidarme más, porque quiero estar para ellas siempre, además como persona y como ser humano, para que tengan una imagen paterna muy sólida. Quiero que en un futuro sepan que el padre es un hombre que respeta a la familia, a la mamá, al hogar, y la mejor forma de mostrar eso es con el ejemplo".
-¿Te quedaste con ganas de un hijo?"No, estoy feliz con que me hayan tocado puras mujeres, así me van a consentir más. Además, me gusta el papel de protegerlas y enseñarles lo que pueda de la vida".
-Con puras mujeres y muy bonitas, ¿serás un papá celoso?"Seguramente sí, pero ni quiero pensar en eso, porque si tan sólo de imaginarlo me dan celos, no quiero saber qué pasará cuando sea una realidad. Sin embargo, sé que su madre y yo les vamos a dar los valores suficientes para que enfrenten la vida".
-¿Cómo le hacen para no ser sólo papá y mamá?"Nos damos tiempo para estar solos, de repente le hablo y le digo 'vámonos de novios'. Para Maki y para mí, las niñas son lo primero, pero mi prioridad máxima es mi mujer, porque algún día ellas tomarán vuelo, harán su vida y nos quedaremos otra vez Maki y yo, por eso mismo no quiero y no debo descuidar la relación de pareja; ella es la reina de mi casa y siempre la atenderé como tal. Es algo que tengo muy claro, me casé con ella para compartir el resto de nuestras vidas, no sólo para ser mamá y papá. Pero no hacemos cosas especiales, sólo seguimos con la rutina".
-¿Eres de los hombres que sí aceptan cambiar pañales y dar mamilas?"Por supuesto, y lo disfruto mucho. Una de las cosas que más me gusta es bañar a Mía, porque jugamos mucho, y con Azul, cuando le toca el baño estoy en el trabajo, pero en las mañanas, cuando la escucho llorar, me paro inmediatamente y le cambio el pañal, esterilizo sus mamilas y si hay que prepararle leche, lo hago y se la doy. La verdad, estoy comprometido con estas niñas al parejo que mi mujer".
-¿Les vas a inculcar alguna religión?"Quiero que tengan fe, es muy importante creer en algo. Estamos en tiempos de cambios muy profundos y desde mi punto de vista, la Iglesia, como tal, no está cumpliendo con su objetivo; nos sentimos muy desilusionados, porque el mundo fue evolucionando y la Iglesia se quedó estancada. Entonces yo quiero que tengan la libertad y que después profesen la religión que ellas quieran".
-¿Y culturalmente, qué pesará más en su casa, Argentina o México?"Ellas van a crecer en la forma en la que vivimos nosotros, sin comparaciones y sin decir qué es mejor, disfrutamos mucho México y Argentina, las dos son nuestras patrias y a las dos les tenemos un gran amor y respeto. Azul y Mía son orgullosamente mexicanas y también ya estamos viendo lo de su nacionalidad argentina. Mis hijas tendrán la libertad de crearse su propio criterio".
-Y tú, Maki, ¿qué nos puedes decir? ¿Cómo te ha ido hasta ahora con Azul?"Es una nena hermosa, ya tiene poco más de dos meses, pero es más delicada que Mía, más quejumbrosita, siempre quiere estar impecable, es una consentida".
-¿Entonces ustedes son quienes la consienten?"Lo que pasa es que son dos bebas, porque finalmente Mía, aunque tenga dos años, sigue siendo chiquita; por eso cuando llegó Azul tuve que contratar quién me ayudara y, la verdad, la nana no deja que haga ni '¡ah!' porque ya la está cargando, entonces está más chiqueada".
-¿Mía no se puso celosa?"Tuvo un par de días, cuando llegamos del hospital con la nena, porque no entendía ni qué onda, pero Juan y yo tratamos de dedicarle tiempo y no descuidarla, así que se le pasó rápido. Además, él todo el día se la pasa brincando con ella y también está muy pequeña, entonces todavía no siente la invasión".
-¿Qué dice de su hermanita?"Es divina, cuando no la ve cerca, pregunta: '¿mamá, Azul?, ¿bebé está dormida?', hace una carita de ternura, y cuando llegan visitas, la gente carga a la chiquita y Mía corre conmigo y me dice: 'No, má, tú Azul', o si la nena llora, ella grita 'quiere leche'; bueno, es muy protectora. Me encanta la idea de que sean buenas compañeras".
-¿Le sigues dando pecho?"Claro, es muy importante la leche materna los primeros meses, y le voy a dar hasta que pueda".
-¿Ya vas a cerrar la fábrica?"Definitivamente, me siento realizada. Cuando tuve a Mía sabía que me faltaba alguien más y ahora sé que la tarea está cumplida, Juan y yo tenemos la familia que siempre soñamos tener".