Kashima Antlers sorprendió y se impuso 3-0 frente al Atlético Nacional, que en la previa llegó como el favorito pero que se encontró con un rival organizado en defensa y eficaz en el contragolpe.
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Fue la primera vez que un equipo colombiano participó en un Mundial de Clubes y la tercera que disputa un torneo como campeón de Copa Libertadores. Tuvieron todo el respaldo de sus seguidores.
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La ceremonia previa sirvió para rendir un homenaje a las víctimas del Chapecoense, fallecidos en un accidente aéreo el pasado 28 de noviembre.
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A excepción del arquero Franco Armani, Atlético Nacional contó con jugadores colombianos.
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Atlético Nacional tuvo la iniciativa en el comienzo del partido, con Mateus Uribe como destacado en la salida del equipo verde.
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Los delanteros colombianos se acercaron pero no tuvieron suficiente claridad para definir en el arco del equipo japonés.
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La defensa del Kashima lució aplicada y demostró la capacidad que lo llevó a ganar sus dos primeros partidos en el Mundial de Clubes.
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El goleador Miguel Ángel Borja no tuvo ocasiones claras para definir. Vale la pena recordar que su aporte fue clave en el título de Copa Libertadores.
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Aunque Nacional trató de expltotar las bandas, el equipo japonés controló y aprovechó para retomar la calma luego de varias opciones de peligro en contra y atacar a los colombianos.
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El árbitro detuvo el juego y pitó un penalti luego de revisar el video, tras dos minutos de la jugada en referencia. Shoma Doi anotó el gol al minuto 33.
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La falta para el penalti en contra fue de Orlando Berrío. Una decisión arbitral hasta ahora inédita en el fútbol.
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Nacional tuvo de espaldas la suerte: tuvo varios tiros que fueron a los palos y después no supo llegar con claridad.
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El Kashima Antlers aprovechó los espacios que dejó Atlético Nacional en la defensa y sentenció el partido en el final con dos goles más, para definir con un 3-0 histórico el primer paso de un equipo asiático a una final de Mundial de Clubes.